La diócesis pide a los burgaleses marcar las dos «x» en la declaración para lograr una «sociedad más justa»

por administrador,

 

IRPF Iglesia

Imagen de la rueda de prensa de esta mañana.

 

Inmersos en plena campaña de la declaración de la Renta, la diócesis de Burgos ha querido esta mañana hacer públicos los resultados de lo recibido en la última declaración a través de la “x” en el IRPF, a la vez que ha vuelto a invitar a los burgaleses ha marcar la casilla en la declaración de este año. En esta ocasión, lo hace además pidiendo marcar tanto la “x” de la Iglesia católica como la destinada a otros “fines sociales”, respaldando así la campaña “A la hora de ayudar, multiplícate por dos” de Cáritas Española, quien secunda a su vez la reciente campaña “Marca la X solidaria y declárate feliz”, promovida por las organizaciones sociales y que se presentó recientemente. Estas campañas promueven que todas las personas que realicen la declaración de la renta marquen las dos casillas. Esta campaña es compartida por el Consejo General de Cáritas, el presidente de la Plataforma de Organizaciones de Acción Social y la Conferencia Episcopal (Vicesecretario para Asuntos Económicos y Director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia) obteniendo de todos ellos gran apoyo para que la campaña llegue al mayor número posible de personas, lo que indica que hay un gran consenso entre asociaciones por pedir a la población marcar la doble casilla.

 

Y es que, para los responsables económicos de la diócesis, marcar la doble «x» en la declaración hace posible «que el entramado social se siga fundando en valores clave como la solidaridad, la igualdad o el respeto a los derechos básicos de las personas», tal como ha indicado Vicente Rebollo, ecónomo diocesano. Un entramado que defiende no solo la Iglesia, sino también «otras entidades sociales que trabajan por hacer una sociedad más justa». De hecho, si todos los burgaleses marcasen la doble «x» en su declaración, se podrían obtener algo más de cuatro millones de euros más de los actuales destinados a tal fin. De ahí que hayan pedido a los burgaleses que todavía no lo hacen marcar ambas casillas, para hacer que ese dinero se destine realmente a crear una sociedad con valores.

Más estima por la labor de la Iglesia entre los declarantes

Entre los datos aportados por Vicente Ruiz de Mencía, miembro del consejo diocesano de economía, destacan cómo ha crecido el porcentaje de contribuyentes que marcó el año pasado la «x» de la Iglesia en su declaración. En el ejercicio 2013, un total de 93.978 burgaleses marcaron esta casilla, lo que supone un 48,04% del total de declarantes, medio punto más que el año precedente. Sin embargo, el dinero recaudado de tal casilla ascendió a 2.609.678 euros, 60.000 menos que el año anterior.

 

Para Mencía, estas cifras demuestran que «la Iglesia no escapa tampoco de la crisis», a la vez que ven reflejadas en ellas «una estima cada vez más alta por parte de la sociedad hacia la labor que realiza la Iglesia también en medio del drama económico». Una estima que en la provincia burgalesa está 13 puntos por encima de la media española (a nivel nacional, el 35,20% de los contribuyentes marca la “x” de la Iglesia).

 

asignación tributaria burgos

Evolución de las declaraciones a favor de la Iglesia y «fines sociales» en la provincia de Burgos en los últimos años.

La labor asistencial de la Iglesia gracias a la «x» de fines sociales

De otro lado, el director de Cáritas diocesana de Burgos, Jorge Simón, ha señalado que «si más declarantes marcaran las dos casillas, habría más dinero para realizar la labor de promoción social y cultural que realiza la Iglesia». Y es que Cáritas Burgos recibe de la casilla de «fines sociales» 266.660,38 euros, lo que supone solamente el 6,5% del total de su financiación. Con este dinero, Cáritas ha llevado a cabo programas tan variados como la puesta en marcha de varios economatos, un programa de apoyo a las personas mayores en el mundo rural, un centro de día para personas sin hogar o programas de apoyo a madres gestantes.

Una delegación al servicio de las vocaciones

por administrador,

 

Como cada cuarto domingo de Pascua o domingo del Buen Pastor, se celebró en el día de ayer la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Creada por el beato papa Pablo IV, alcanzaba ya su quincuagésima segunda edición. Para ella se eligió como lema “Qué bueno es caminar contigo”. Estas palabras quieren significar el gozo de la llamada y alegría de servir al evangelio. Jesús es el camino, el itinerario a seguir por el discípulo misionero, con la convicción de que nunca camina solo. Además, la vocación es un doble ‘contigo’, con mayúscula y con minúscula: Contigo Dios da la vida, y contigo, cada persona que Dios nos pone en el camino.

 

Al hilo de esta jornada, subrayamos hoy la labor que realiza la delegación de pastoral vocacional de la diócesis de Burgos, la cual se encarga de la promoción de numerosas actividades de cara a niños y jóvenes. Su objetivo es provocar la llamada  en el seguimiento a Cristo en la vida sacerdotal o religiosa. De hecho, “llamados” es la denominación de la página web de esta delegación, en la que se presentan un conjunto atrayente de iniciativas, como encuentros, convivencias, retiros, campamentos o concursos vocacionales. A este respecto existe también la llamada cadena de oración, una red de personas que en cada parroquia o comunidad, se comprometen a rezar un día a la semana, durante todas las semanas del año, ofreciendo al menos un misterio del Rosario con intención vocacional. El próximo sábado 16 de abril se preparan ya para celebrar, un año más, el tradicional encuentro diocesano de monaguillos.

 

Precisamente ayer, el monasterio de las madres Salesas de la capital, acogió a media tarde el rezo de las vísperas solemnes, con las que se oró por el aumento de vocaciones de especial consagración en la Iglesia burgalesa. Para el delegado de pastoral vocacional, Enrique Ybáñez, «las vocaciones dependen de cuánto recemos por ellas». De ahí que la jornada de ayer pretenda recordar que hacerlo es una «tarea irrenunciable», porque «quienes desean que la Iglesia siga siendo bella, santa, grande y que pueda seguir trabajando por el Reino de los Cielos necesitan que siga habiendo jóvenes que consagren su vida en la vida consagrada, en el sacerdocio o en la misión».

Un día en el despacho de don Francisco

por administrador,

 

francisco gil hellín

El arzobispo, Francisco Gil Hellín, en la mesa de su despacho.

 

Son las doce del mediodía. Fiel a la tradición romana y “siempre que puede y se acuerda”, se levanta, eleva la vista hacia una vidriera de la Anunciación -su actual despacho fue otrora un comedor para invitados de honor- y reza el Ángelus. Es el parón de media mañana de una frenética jornada de trabajo entre documentos, visitas, entrevistas con colaboradores y firmas de todo tipo de escritos. El pastor de la diócesis, Francisco Gil Hellín, realiza cada mañana una intensa actividad administrativa en su despacho de la Casa de la Iglesia.

 

Pocos imaginan el trabajo que el arzobispo realiza en una jornada cualquiera. Su agenda es muy apretada, “como para no aburrirse”, comenta con una sonrisa. Recuerda, de sus tiempos mozos como seminarista, que “los obispos eran más lejanos, y guardaban las visitas para el final de la mañana, a última hora”. Algo que él, ahora, intenta cambiar: “Recibo las visitas en cualquier momento de la jornada, y dejo los trabajos que puedo hacer personalmente, mientras estoy solo en el despacho; pero las visitas tienen prioridad en mi agenda”, revela. Recibe a gente de todo tipo, aunque los más habituales son los sacerdotes, los religiosos, algunos laicos y, “los misioneros que siempre que se acercan a Burgos aprovechan para visitar al arzobispo, y yo los recibo muy gustoso”.

 

Y, entre visita y visita, revisa el correo, responde las cartas y firma los documentos que tiene pendientes de aprobar. Un intenso trabajo en el que le ayuda mucho Javier, su secretario, al que “agradece enormemente el servicio prestado”; “sin él todo sería mucho más complicado”, asegura. Javier Pérez Illera es, además, sacerdote en una parroquia de Burgos, pues “quería que su dedicación como secretario no fuese incompatible con su servicio sacerdotal”. Él es quien colabora directamente con Gil Hellín: concreta las visitas, planea y organiza su agenda y atiende a todos los que acuden a encontrarse con él, “siempre con una sonrisa y muy atento”, en palabras del arzobispo.

 

Aunque sea pequeña, atender una diócesis como la de Burgos, no es tarea sencilla. “Su estructura es más reducida que la de otras grandes diócesis”, como Madrid o Barcelona. Pero, aún así, hay mucho trabajo por hacer: “Lo que más nos ha costado a lo largo de mis años en Burgos ha sido registrar todos los inmuebles de la Iglesia, tal como nos pedía la administración civil”, indica. “Gracias a todos los colaboradores hemos hecho las cosas a tiempo y no nos ha pillado el toro como en otras diócesis”, señala no sin cierta satisfacción.

Inmensa tarea de gestión

Y es que son muchas las cuestiones por gestionar en la diócesis burgalesa. Por fortuna, Gil Hellín cuenta con otros colaboradores que le ayudan a “dar respuestas oficiales a algunos documentos”, atender diversos aspectos judiciales, resolver cuestiones económicas o repensar mejor la actividad pastoral en las parroquias y delegaciones. Con sus vicarios episcopales y vicarios de zona se reúne al menos una vez al mes, junto con el equipo de gobierno de la diócesis, para repensar los aspectos que requieren una mayor atención. También se reúne con frecuencia con el vicario de pastoral, “quien me comunica todo lo que los delegados de las distintas secciones están realizando en sus respectivos campos”.

 

A pesar de toda la ayuda que le brindan sus colaboradores, hay cuestiones que no se pueden escapar de la supervisión directa y exclusiva del arzobispo. Especialmente sensible es a todo lo que atañe al “Seminario diocesano y a la Facultad de Teología”, donde procura “no tirar la toalla y seguir esforzándonos por cuidar la calidad y la cantidad de nuestros seminaristas”. También está bajo su responsabilidad directa, “y en último término”, los nombramientos de los sacerdotes, así como “las relaciones con la Conferencia Episcopal Española y con la Nunciatura” y su servicio de puente entre la diócesis y la Santa Sede.

 

En definitiva, una tarea de gestión, entre papeles y visitas, que pasa desapercibida. Mientras el reloj avanza, la actividad del arzobispo no para. Menos mal que esta tarde su agenda le da un respiro que seguro aprovecha para cuidar las flores de su jardín o continuar escribiendo sobre el Vaticano II. Porque los obispos también tienen derecho a su descanso.

Alumnos de los colegios de la Sagrada Familia participan en un encuentro vocacional en Burgos

por administrador,

 

Casi un centenar de jóvenes, procedentes en su mayoría de los colegios que los hermanos de la Sagrada Familia tienen en España, han participado a lo largo de este fin de semana en un encuentro vocacional en la ciudad de Burgos. Bajo el lema «Da el paso Sa-Fa», los jóvenes han participado en varias actividades encaminadas a «escuchar la Palabra de Jesús que cada día nos interpela y nos llama a ser generosos con nuestra vida y opciones», según detallan los organizadores.

Ágora del evangelio

El encuentro, que este año cumplía su vigésimo primera edición, gira en torno a la música. En él, los jóvenes pertenecientes a los colegios de la Sa-Fa de toda España -aunque también había algunos llegados desde Italia- componen una canción que interpretan en un festival denominado «ágora del evangelio». El único requisito es que las canciones sean «originales en letra y música» y que «hablen sobre la vocación». Así los hermanos de la Sagrada Familia han descubierto en la música «un medio excelente para fomentar el trabajo en grupo y que su propia creación sirva de reflexión y oración». Para los organizadores, además, «es importante que hagan suyas estas composiciones, que interroguen sus opciones, que alienten su compromiso».

 

Todo este programa musical se enmarca así en un amplio fin de semana de «encuentro vocacional», que tiene como objetivo motivar a estos jóvenes «en su pertenencia a los grupos Sa-Fa» y ofrecerles «la oportunidad para descubrir la vivencia de la fe desde estos grupos».

Una luz en la noche
una luz en la noche

La segunda edición de Una Luz en la Noche tuvo lugar en la catedral.

 

Durante la noche, los jóvenes de «Encuentro Sa-Fa» se desplazaron hasta la catedral para participar en la segunda edición de «Una Luz en la Noche», la actividad estrella de los Centinelas de la Mañana de Burgos. Respaldada por la delegación diocesana de juventud, en esta actividad los jóvenes burgaleses salen por parejas a las calles de la ciudad para invitar a otros jóvenes a acercarse hasta la catedral a encontrarse con Jesús eucaristía, expuesto en la custodia. Bajo el lema «Yo tampoco te condeno», en la edición de la última noche participaron más de veinte centinelas que pasaron la tarde, además, con momentos de formación y convivencia.

Jornada de Oración por las Vocaciones

por administrador,

2015 04 26 mensaje del arzobispo de Burgos pdf

 

Dios no quiere que el mundo sea una inmensa sacristía sino un templo grandioso en el que todas las criaturas, siendo cada una lo que debe ser según su plan creador y redentor, entone un prodigioso concierto para gloria suya y deleite de todos sus hijos. Para ello es indispensable que la familia, la educación, el trabajo, la sanidad, la economía, la política, la ciencia, el arte, el deporte y el ocio cumplan el fin para el que él las ha llamado a la existencia.

El Vaticano II ha hecho suya esta teología de la creación en diversos documentos, sobre todo en la constitución pastoral sobre “La Iglesia en el mundo actual”. El Concilio ha puesto de relieve que todas las cosas salidas de las manos del Creador son buenas en sí mismas y se rigen por unas leyes propias. El agua, por ejemplo, no necesita ser bendecida para que alabe al Creador y sirva al hombre. Basta que sea limpia, fresca y sin contaminar. Luego podrá hacerse bendita para ser usada en algunos ritos y lugares, pero siempre a condición de que no deje de ser agua. Lo mismo puede decirse de las demás realidades señaladas.

Situados en este horizonte no resulta difícil comprender la absoluta necesidad de hombres y mujeres bien formados, comprometidos y responsables que estén presentes en cada una de las realidades humanas nobles y las gestionen según el diseño del Creador. Aquí se encuentra uno de los pilares esenciales que reclaman y justifican la presencia de los seglares cristianos en el inmenso panorama de las realidades humanas. Sin la presencia responsable y comprometida de muchos hombres y mujeres en dichas actividades, será imposible llevar a cabo el concierto al que aludí al principio. Habría que añadir que esta presencia, pese a la mejoría llevada a cabo en las últimas décadas, continúa siendo una de las asignaturas pendientes y uno de los retos más formidables de la nueva evangelización.

El mundo y la Iglesia, por tanto, necesitan seglares competentes, responsables y sumamente generosos que estén presentes en todas las actividades humanas nobles. Ahora bien, esta presencia no es suficiente. Necesita el complemento de otros hombres que les faciliten el alimento intelectual autorizado de la Palabra de Dios actualizada permanentemente por la Iglesia, la fuerza de la Eucaristía y la sanación de la Penitencia. Estos hombres son los sacerdotes ministeriales. En comparación con los seglares son un mínimo tanto por ciento. Pero tan indispensable, que sin ellos los seglares no podrán participar y alimentarse de la Eucaristía ni ser perdonados de sus deficiencias y pecados ni nutrirse del alimento verdadero de la Palabra de Dios.

A nadie se le oculta que en algunas partes del mundo occidental, sobre todo, en Europa, acusamos una notable carestía de vocaciones sacerdotales. Nuestros seminarios, que antaño se encontraban repletos de seminaristas, hoy están en una situación de notable precariedad, salvo contadas excepciones. No es que Dios haya dejado de suscitar vocaciones, porque nadie conoce mejor que él la imperiosa necesidad que tiene la Iglesia de buenos y doctos pastores. Dios sigue llamando, pero hay demasiado ruido en el corazón de tantos jóvenes que les dificulta escuchar la llamada.

En este cuarto domingo de Pascua la Iglesia celebra una Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, tanto sacerdotales como religiosas. Pidamos al Señor que sean muchos los y las jóvenes que oigan la llamada que él les hace para entregarse a la causa del Evangelio. Pidamos, sobre todo, para que sean muchos los jóvenes y adultos que sigan la voz del Buen Pastor para ser sacerdotes.