El Burgo de Osma reúne a los obispos de la provincia eclesiástica

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Don Mario Iceta Gavicagogeascoa ha presidido esta mañana la reunión que han mantenido los obispos que componen la provincia eclesiástica de Burgos, de la que es arzobispo. El encuentro ha tenido lugar en el palacio episcopal de El Burgo de Osma y, además del prelado burgalés, han participado los obispos de Palencia (don Manuel Herrero Fernández), Vitoria (don Juan Carlos Elizalde Espinal), Bilbao (don Joseba Segura Etxezarragade) y el de la diócesis anfitriona, don Abilio Martínez Varea, obispo de Osma-Soria.

 

Los obispos han temas comunes a sus respectivas diócesis, principalmente en torno a la catequesis, aspectos económicos, nueva evangelización y familia. También abordaron cuestiones que tratarán, junto con el resto de obispos, en la próxima sesión plenaria de la Conferencia Episcopal, que tendrá lugar en abril.

 

El Código de Derecho Canónico establece que «para promover una acción pastoral común en varias diócesis vecinas y para que se fomenten de manera más adecuada las recíprocas relaciones entre los obispos diocesanos, las Iglesias particulares se agruparán en provincias eclesiásticas delimitadas territorialmente». Así, en el caso de Burgos, las citadas diócesis conforman una única provincia eclesiástica, siendo la burgalesa su diócesis metropolitana desde el año 1574. De ahí que la Iglesia en Burgos posea el título de «archidiócesis» y que el pastor que la preside sea «arzobispo».

 

Los prelados mantienen cada año, al menos, dos reuniones, de las cuales, una siempre se realiza en Burgos capital, archidiócesis de la provincia eclesiástica. La última tuvo lugar el pasado mes de noviembre.

Nuevos costaleros para el Cristo de la Santa Columna

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La Cofradía de la Santa Columna del Círculo Católico de Obreros llevaba un tiempo dando vueltas a la posibilidad de llevar en andas el paso de Jesús atado a la columna. Entonces llegó la pandemia y una pausa por tres años en la celebración con normalidad de la Semana Santa. Así que, tras mucha espera, este año por fin podrán llevar a cabo la procesión del paso a hombros de sus costaleros. «Lo único que nos podrá frenar esta vez será la lluvia», señala Jesús González, secretario de la cofradía y el encargado de poner en marcha este proyecto de llevar en andas el paso de Jesús atado a la columna.

 

Pero no es tarea fácil adaptar el paso para que pueda ser llevado a hombros. Comenzaron hace unas semanas poniendo las andas, y haciendo cambios en la estructura para poder ser transportado por los costaleros sin poner en riesgo la imagen. Es un reto porque se trata de «una figura con mucha altura y con un peso que está totalmente vertical», explica Jesús. Para poder procesionar el paso completo tendrían que ser en torno a cuarenta costaleros, pero la realidad es que, hasta el momento, solo cuentan con la mitad. La primera toma de contacto de los costaleros fue vivida con «muchísima ilusión», a pesar de que la lluvia no les permitió salir a la calle. Eso sí, también «con sumo cuidado» y sin la imagen en el paso, por lo que «hasta que no se coloque la imagen no se va a saber la auténtica realidad», señala el secretario de la cofradía.

 

Para poder llevar este nuevo reto adelante han hecho un llamamiento, no solo a sus cofrades, sino también a través de las redes sociales. Está costando encontrar a personas que se animen a portar la talla sobre sus hombros. Jesús es consciente de la realidad geográfica de Burgos, «hace a penas diez años no había tradición de costaleros en la ciudad, es normal que cueste encontrarlos», señala. Aún así, la convocatoria no fue mal y algunas personas sí que se animaron a apuntarse como porteadores de la imagen tras ver la publicación en sus móviles. Jesús lo tiene claro, «hay que sacarlo pese lo que pese» y espera que esta primera procesión a hombros por las calles de la ciudad «luego enganche a la gente y el próximo año se peleen por poner el hombro». Además planean una última campaña de difusión pegando carteles, «porque un hombro más hace mucho en este caso» y lo van a intentar hasta el último día. «El fervor por la Semana Santa va aflorando cuando se acerca la fecha», explica Jesús, y por eso, esta última semana antes de la procesión volverán a lanzar la convocatoria para conseguir más costaleros.

 

En la cofradía tienen otra novedad preparada para la Semana Santa de este año, y es que cuentan con una nueva talla, la de Nuestra Señora de las Lágrimas y del Santo Sudario. Una imagen creada por Antonio Fernández Jiménez de 2014 que fue bendecida el pasado domingo. Por la mente de los organizadores pasa que esta talla pueda ser llevada a hombros también en la procesión de la Luz de Cristo el Sábado Santo, pero para ello habrá que esperar a ver cómo se sucede la de la Santa Columna programada para el Martes Santo a las 20:15 horas. Lo que sí está claro es que ambas tallas se podrán ver expuestas en la sede del Círculo Obrero Católico (C/Concepción, 21), donde se prepararán altares para que las personas interesadas puedan ver estas obras desde la calle.

San Cosme y San Damián, nueva parada de la visita pastoral del arzobispo

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Toda una semana para conocer la parroquia. En el transcurso de la visita pastoral, San Cosme y San Damián mostró al arzobispo, don Mario Iceta, la riqueza de sus grupos –22 en total– a través de varias reuniones con unas 225 personas, las más implicadas en la actividad pastoral de la parroquia. Encuentros que, como detallan desde esta comunidad, han conformado un mosaico de «luces y estímulos para seguir creciendo» gracias «al contacto directo que los grupos tuvieron con el arzobispo, que se vivió como una comunión muy natural».

 

En cada encuentro, los agentes de pastoral trasladaban al arzobispo la vida de sus grupos y éste sugería caminos para trabajar en el futuro y acoger y acercar a los que aún no forman parte de la comunidad parroquial.

 

Tras una semana de encuentros, la parroquia señala que la visita pastoral ha servido para poner el foco en aspectos en los que seguir trabajando. Entre ellos figura una mejor formación litúrgica; reforzar el equipo de limpieza, mejorar la acogida con cariño, ofrecer a las personas no tanto propuestas establecidas desde la parroquia, sino «lo que necesitan y les interesa». También apuestan por seguir acompañando a los inmigrantes, mejorar la calidad musical de los coros y elegir canciones litúrgicas o restaurar el órgano de la parroquia. Igualmente desean incorporar al consejo pastoral a los religiosos presentes en el barrio, dar conocer el grupo Raquel (madres solas) y Gracia (mujeres separadas), ofrecer a la cofradía espacios para reunirse y sobre todo trabajar la adoración al Santísimo los martes con los otros grupos de la parroquia y la formación mensual. También seguirán apostando por el trabajo pastoral que realizan con adolescentes a través de Life Teen, cuidar la preparación remota al matrimonio y los sacerdotes programarán semanalmente objetivos y actividades.

 

La parroquia de San Cosme y San Damián señala que las sugerencias nacidas en torno a la visita pastoral son «atinadas». Como indican, la presencia del arzobispo les ha «animado para seguir en la tarea del primer anuncio, dado que la parroquia dedica muchos esfuerzos y medios para realizarlo». Durante la última semana, además, don Mario también ha tenido oportunidad de conocer los centros de enseñanza insertos en el barrio (el instituto Cardenal López de Mendoza y los colegios Jesús Reparador y Nuestra Señora de Lourdes).

Clausura para contemplar «la entrega total» de Cristo en su pasión

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Fotos: Quique Ugarte

 

En 1313, Sancho Sánchez de Velasco, adelantado mayor del rey Alfonso XI, y su mujer Sancha García, camarera mayor de doña Leonor de Aragón, fundaron un monasterio en Medina de Pomar. Encomendaron el cuidado del lugar a una treintena de monjas «de velo negro» que, 710 años después, se mantienen en número tras la reciente incorporación, hace cuatro años, de las últimas moradoras del cenobio de San Martín de Don, «un tesoro, un regalazo para la comunidad». Las veintiocho Clarisas que habitan el lugar viven con intensidad estos días de pasión como lo han hecho siempre, el clausura, en recogimiento espiritual, si bien las rejas del monasterio se abren durante la Semana Santa para acoger a numerosos medineses y foráneos –cada año más– que quieren celebrar con ellas los actos centrales del año litúrgico.

 

«Vivimos estos días en silencio y recogimiento, esperando la transformación del corazón, unidas a la Madre Iglesia, que nos ayuda a vivir este misterio de Pasión y de amor», relatan las hermanas. Ellas perciben cómo estos días muchas personas acuden a este santuario para rezar al imponente Cristo yacente de Gregorio Fernández o participar junto a las religiosas en sus liturgias, que pueden llevar a cabo, «gracias a Dios», a la atención pastoral que les brindan los sacerdotes de la parroquia, con los que están «encantadas».

 

La austeridad se vive entre los muros de este monasterio desde el inicio de la Cuaresma. Desde el miércoles de ceniza, la clausura se vuelve más rígida y se suprimen las visitas. Los viernes alimentan el cuerpo con un solo plato a la comida y una frugal cena. Las torrijas solo se prueban a partir de Pascua. Y durante los días del Triduo, todo rezuma un ambiente especial: «Queremos acoger la belleza del amor de Dios; contemplar cómo sólo por amor se puede llegar a esa entrega total», explican las hermanas.

 

Además de las habituales celebraciones de la Cena del Señor, la Pasión o la solemne vigilia pascual, estas Clarisas viven en comunidad otras liturgias paralelas, heredadas de su propia historia y tradición. El Jueves Santo, sin ir más lejos, la abadesa preside a puerta cerrada un particular lavatorio de pies después del rezo de Tercia. Durante la celebración, la superiora lava y besa los pies de todas las hermanas de la comunidad antes de fundirse en un «sentido abrazo fraterno». Después de la misa del Jueves Santo, hacen turnos de oración durante toda la noche para acompañar al Señor en el manifestador «de la paloma» de su retablo mayor y el Viernes Santo el menú se compone –«para las que mejor aguantan»– de pan y agua.

 

Porque, aunque procuren vivir en recogimiento, no siempre es posible y el trajín también se multiplica durante estos días santos. De hecho, las hermanas se encargan de almacenar las andas de las tallas que procesionan por la ciudad, así como los hábitos de los cofrades y otros ajuares de estos actos de piedad. Ellas son las responsables, además, de ornamentar el paso de la borriquilla del Domingo de Ramos, cuya procesión inicia en las inmediaciones del monasterio, al igual que el Via Crucis del Viernes Santo, que congrega a decenas de medineses.

 

Hace tres años, la pandemia obligó a los fieles a celebrar la Semana Santa confinados. Estas monjas llevan haciéndolo toda la vida, en clausura. Vivir en recogimiento es la mejor manera, como explican, de «encoger el corazón para recibir el amor de Dios».

La cuaresma solidaria y orante de las cofradías arandinas

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Como un aldabonazo a la solidaridad sonaban el pasado sábado 25 de marzo las trompetas y tambores de la Hermandad del Santísimo Cristo del Milagro de Aranda por las calles del barrio Allendeduero. La banda de esta hermandad procesionaba de manera anticipada junto a los costaleros y costaleras pero sin la imagen que les da nombre. En su lugar, sobre las andas, vecinos y vecinas, supermercados, tiendas de alimentación y establecimientos de hostelería fueron depositando alimentos y productos de primera necesidad cuyo destino será el economato de Cáritas. A través de él serán distribuidos a un buen número de familias en situación de precariedad a las que atienden. La operación «Échame un kilo» es desde hace ya varios años uno de los últimos y el más público de los ensayos que llevan a cabo banda y costaleros de esta hermandad. En esta ocasión más de medio centenar de cofrades, mayoritariamente jóvenes, han secundado la iniciativa. En la banda también destacaba la presencia de algunos niños y niñas con sus respectivas cornetas y tambores.

 

Preparando con hondura la Semana Santa

 

Por su parte las cinco cofradías y hermandades vinculadas a la parroquia de Santa María se han sucedido en la organización de diversos actos de oración, formación y profundización durante los viernes de cuaresma, abiertos a todos los fieles de la localidad como preparación de la Semana Santa. La programación comenzó con un concierto meditado, con la soprano Virginia Rodríguez, organizado por la Hermandad del Santo Entierro de Cristo. Las cofradías y hermandades de Nuestra Señora de los Dolores, Nuestra Señora de la Piedad, Santo Cristo de la Salud y Nuestra Señora Virgen de la Soledad se unieron en una tarde de oración, reflexión y silencio centrada en el acompañamiento al Señor, con alabanza, agradecimiento y súplica y también desde el silencio y la escucha. La Hermandad de la Resurrección de Cristo se sumó a la organización de estos actos cuaresmales con una sesión de oración y formación, entretejiendo palabra, música y silencio.

 

Para completar esta preparación cofrade de la Semana Santa las hermandades arandinas celebrarán una meditación de la Pasión este viernes 31 de marzo a las ocho y media de la tarde, precedida de un Vía Crucis por el barrio de Santo Domingo que organiza la Hermandad del Santísimo Cristo del Milagro. Al día siguiente, Sábado de Pasión, y víspera de Domingo de Ramos las bandas de cornetas y tambores de todas las hermandades y cofradías anunciarán la Semana Santa por las calles de la villa desde las seis de la tarde. Interpretarán conjuntamente varias marchas procesionales en la plaza Mayor en un acto que será presentado por el arcipreste de Santo Domingo de Guzmán, Daniel Gumiel.