El arzobispo de Burgos y gran canciller de la Facultad de Teología, Francisco Gil Hellín, ha sido el encargado de inaugurar hoy el nuevo curso académico en el centro de estudios. Con el título «Mirada agradecida y esperanzada sobre algunas cuestiones del Vaticano II», Gil Hellín –gran experto en el tema– ha ido desgranando el modo en que el concilio ha marcado el devenir de la historia teológica del último medio siglo en una lección inaugural a la que ha asistido todo el claustro de profesores y un más que significativo número de alumnos. El acto, con el que ha dado comienzo de forma oficial el nuevo curso, ha estado precedido por una solemne eucaristía, el saludo de bienvenida del nuevo decano, José Luis Cabria, y la lectura de la memoria del curso pasado, a cargo del secretario de la Facultad, Antonio Martínez Serrano.
Una moderna facultad
La Facultad es hoy por hoy uno de los referentes en formación teológica en la península y ofrece diversas posibilidades de acercamiento a la teología, desde el ciclo institucional, sus ciclos de licenciatura y doctorado o la diplomatura en ciencias religiosas. En total, más de ochocientos alumnos se inscribieron el año pasado en su secretaría para cursar varias de sus materias. Y es que, aunque parezca mentira, la teología sigue hoy teniendo gancho entre burgaleses y foráneos. En palabras de su decano, ello es debido a que «la teología moderna no se queda solo en el laboratorio; no solo reflexiona sobre los fundamentos de la fe, sino que intenta iluminar la realidad en que vivimos».
Sus pasillos y su nutrida e importante biblioteca acogen a estudiantes y profesores cualificados que se acercan a la ciencia teológica con convencimiento. Este año, además, afrontan el nuevo curso marcado por el año de la misericordia; un evento con el que la teología no cambiará pero sí «supondrá el marco de acercamiento» a la misma, como señala Cabria, quien augura que, en este sentido, «será muy interesante la reflexión teológica que se desarrolle este año».
A pesar de las iniciativas y la ilusión en el inicio del curso, Cabria señala además que el centro de estudios afronta también nuevos retos: «La renovación del profesorado que, en estos cincuenta años han crecido en edad, y de alumnos, ampliando la oferta y haciendo la teología más atrayente a un público que vaya más allá de los candidatos al sacerdocio».
Hacia el medio siglo
Ya son casi cinco décadas las que la Facultad lleva formando generaciones de alumnos desde que fue erigida canónicamente el 6 de febrero de 1967 como la primera en España después del Concilio Vaticano II. Lo dispuso el decreto “Memorandorum virorum” de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades de la Santa Sede. En el documento se invocaba el peso de la tradición teológica española proponiendo a la nueva Facultad la tarea de preparar a sus alumnos en las modernas ciencias afines a la Teología. También se aprobaban y confirmaban los primeros estatutos del centro, el 26 de marzo de 1967.
Actualmente están afiliados o agregados a la Facultad de Teología del Norte de España los seminarios mayores diocesanos de Astorga y el Burgo de Osma, el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias “Virgen de la Candelaria”, en sus sedes de Tenerife y de las Palmas, y el Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid. En cuanto a las áreas de gestión académica, estas se estructuran en los departamentos de Dogmática, Espiritualidad e Historia de la Iglesia, Filosofía, Moral y Derecho Canónico y Sagrada Escritura.