José Luis Lastra: «Ser vicario de pastoral es una tarea que aprenderé poco a poco»

por administrador,

 

DSC_0820

José Luis Lastra toma posesión de su cargo ante el arzobispo.

 

P.: ¿En qué consiste la labor del vicario de pastoral?

R.: Es algo que hay que ir aprendiendo poco a poco; yo me hago a la idea según lo que he ido viendo en mis predecesores, de lo que han hecho. Aunque me imagino que cuando más me vaya metiendo en esto, iré viendo mejor de qué se trata. Me lo sé en teoría, me falta ir adquiriendo la práctica. En teoría sería quien en nombre del obispo, junto con éste, anima y coordina la actividad pastoral de la diócesis, y especialmente es la relación de animación con los arciprestazgos y las delegaciones, porque además ahora, al haberse suprimido la vicaría social, prácticamente la mayoría de las delegaciones dependen de la vicaría de pastoral, con lo cual el campo es un poco más amplio que hasta ahora.

 

Una tarea muy importante en la que estamos ahora mismo es la de confeccionar el plan pastoral de estos próximos cuatro cursos, que está prácticamente terminado: ha pasado ya por tres filtros o fases de aportaciones y ahora está ya con los últimos matices y por eso calculo que a mitad de agosto más o menos, puede estar el texto definitivo. Lo único que nos falta en este momento es determinar cuáles son las tres o cuatro prioridades. Luego, durante los cuatro cursos que vienen, la tarea principal será ir desarrollando y animando la aplicación de este plan que ahora aprobamos.

 

P.: ¿Qué es lo que se espera del vicario de pastoral?

R.: Otra cosa que el obispo nos ha dicho a todos y especialmente a mí, es que tenemos que estar en movimiento, y esto significa que tenemos que acercarnos a los diversos ámbitos, lugares, reuniones de sacerdotes, encuentros arciprestales, actividades de las delegaciones… Es decir, que no es una tarea de despacho, sino de que se haga presente de algún modo en la diócesis y que el obispo esté presente a través del vicario de pastoral en todos aquello lugares, actos, reuniones programaciones y encuentros que a lo largo y ancho de la diócesis vayan teniendo lugar.

 

P.: ¿Cómo estás afrontando esta nueva responsabilidad?

R.: De momento muy a medias, porque la cuestión es que este verano lo tengo que compatibilizar todavía con el resto de actividadees. Especialmente hay dos que me están llevando mucho tiempo, que es la parroquia de San Gil y la mesa de pastoral con inmigrantes, porque en verano estamos en temporada alta en ambas cosas: San Gil por el tema de bodas, obras, etc., e inmigrantes porque la mayoría de las fiestas, celebraciones y actividades especiales son ahora, en verano.

 

No me dan las horas para compaginar todo, aunque es un momento más tranquilo para la vicaría de pastoral porque no hay prácticamente reuniones ni actividades, pero sí que estoy aprovechando el verano para ir hablando poco a poco con delegados y arciprestes. De hecho ya tuvimos una reunión de arciprestes a finales de junio, y con lo demás voy poco a poco, hasta donde llego, y de paso pues también ir pensando en cómo poner en práctica a partir de septiembre el plan diocesano.

 

De hecho ahora mismo estamos pergeñando una primera jornada que va a haber en septiembre de reflexión y concienciación en torno al plan. Ese va a ser el primer momento fuerte. Después, a partir de ahí se va a invitar a que en cada arciprestazgo o varios arciprestazgos juntos se reúnan a finales de septiembre o principios de octubre para tener asambleas arciprestales donde hacer suyo y concretar el plan diocesano. Luego va a haber un tercer momento que va a ser en el mes de octubre durante tres días. El obispo se va a hacer presente para tener tres retiros con los sacerdotes en Burgos, Aranda y Miranda. Allí intentaría animarles en el espíritu del plan. Y finalmente, todo este proceso, como es para cuatro cursos, no importa que sea un poco largo el comienzo concluiría el 12 de noviembre, que va a ser la clausura del Año de la Misericordia, pero que por la mañana tendremos un encuentro-jornada diocesana, de convivencia, celebración, de compartir cómo estamos viviendo lo que en el plan está determinado.

 

P.: ¿Cuáles son las prioridades de este plan pastoral?

El título es «Discípulos misioneros», que recuerda esa doble condición nuestra de discípulos de Jesucristo en conversión y revisión, y al mismo tiempo con la tarea de transmitir el evangelio, siendo así discípulos misioneros. Los cuatro objetivos del plan coinciden con las cuatro grandes áreas que se tocaron en el sínodo diocesano: el recibir la novedad del evangelio, celebración del mismo –aquí abordamos el tema de cómo atender las pequeñas parroquias rurales y otras cuestiones litúrgicas–, el testimonio y compromiso –cómo transmitir esa buena noticia que hemos recibido, mediante las acciones de primer anuncio, reforzando lo que ya se ha hecho (centinelas, cursos Alpha, tareas con voluntariado de iglesias…)– y levando la presencia del evangelio a los pobres –Cáritas, cárceles, salud, migraciones–. El último punto sería la comunidad. Aquí se aborda la revitalización de los consejos y ministerios de las parroquias y también la reestructuración de la diócesis: arciprestazgos, delegaciones, consejos, vicarías… que está al servicio de toda esta pastoral

Solidaridad para curar las cicatrices de la historia

por administrador,

 

protemplos1

Vicente Ruiz de Mencía, Vicente Rebollo y Fermín González en la rueda de prensa de presentación de la campaña.

 

Más de un millón y medio de euros invertidos y treinta y siete templos rehabilitados. Es el balance que la diócesis hace respecto al cuidado y mantenimiento de su rico patrimonio histórico artístico en el último año. Una cifra que, sin embargo, es pequeña a los ojos de los responsables de economía de la Iglesia burgalesa y que esperan pueda crecer gracias a la colaboración económica de los cristianos de la provincia. Y es que son tantas las iglesias y ermitas que necesitan una urgente intervención que un año más la «campaña Protemplos» pretender salir en ayuda de aquellas que quedan excluidas de otro tipo de subvenciones y convenios.

 

Bajo el lema «Las cicatrices de la historia las cura la solidaridad», la campaña –que se celebrará este domingo en todas las parroquias de la diócesis– pretende hacer hincapié en la necesidad de colaboración de todos los cristianos de la provincia en el mantenimiento «de nuestro patrimonio, un legado de fe que no es ajeno al paso del tiempo y que es necesario conservar», tal como ha señalado Vicente Rebollo. De esta forma, la campaña «Protemplos» supone una ayuda para aquellos templos que sin poseer fondos propios quedan al margen de otras ayudas, como las que la Junta de Castilla y León ofrece para los templos BIC o el conocido como «Convenio de las Goteras».

 

Con esa idea nació esta campaña hace ahora diez años. Desde entonces, y gracias a la implicación de diversas instituciones, se ha intervenido en 410 edificios religiosos, con gasto total de 14.537.881,74 euros. De ese dinero, la aportación que han hecho las parroquias ha sido de 4.166.664,62 y 4.409.191,73 lo aportado desde el arzobispado. La Diputación y la Junta de Castilla y León han aportado, entre ambas entidades, 5.961.829,39 euros.

 

La inversión que hace la diócesis en su inmenso patrimonio es, por tanto, considerable. Allí donde no llegan las subvenciones ni los convenios con las administraciones se pide la colaboración especial de los cristianos a través de la colecta «Pro-Templos». Una colecta que, en tiempo de crisis, también ha disminuido. En la última colecta, la de 2015, se recaudaron 38.563,43 euros, mientras que en las de 2013 y 2014 las aportaciones ascendieron a 40.960,56 y 39.941,31 euros respectivamente. De ahí que Vicente Ruiz de Mencía, miembro del Consejo diocesano de economía, haya pedido a los cristianos de Burgos un nuevo esfuerzo económico por mantener en pie el rico patrimonio cultural y religioso que encierran las iglesias de toda la diócesis.

Bóvedas, muros y tejados

En total, han sido 37 los templos intervenidos en la diócesis a lo largo del año pasado. Templos que, según Fermín González, miembro de la comisión diocesana de templos y casas parroquiales, presentaban imperfecciones de diversa índole debido a problemas con goteras, humedades o fallos en la cimentación. Estas dificultades han llevado a mantener trabajos de mejora en los tejados y las cubiertas, obras de cimentación y la consolidación de bóvedas o muros.

 

De las 37 intervenciones –excluidas las realizadas en templos de categoría BIC–, 23 se llevaron a cabo gracias al «Convenio de las Goteras» (17 subvencionadas por la diócesis y 6 por la Diputación). Otras 7 intervenciones se realizaron gracias a los fondos propios de algunas parroquias como San Esteban, San Gil Abad, San Lorenzo, San Antón, Hornillos del Camino, Villalmanzo o Madrigalejo del Monte. Las otras siete intervenciones restantes se llevaron a cabo gracias a la «Colecta Protemplos» y se refieren a los templos de Ayuelas, Padilla de Abajo, San Quirce de Riopisuerga, Valverde de Miranda, Santibáñez Zarzaguda, Orón y Villarmero.

 

A la espera del fallo sobre el «Convenio de las Goteras» el próximo mes de octubre, todavía no se conoce con exactitud qué iglesias podrán beneficiarse de la campaña de este año. Se sabe que hay una amplia lista de templos que necesitan ayuda y será la comisión diocesana de templos quien determine dónde es más urgente la intervención. En el último curso se han llevado a cabo o se están realizando obras en Albillos, Cadiñanos, Calzada de Bureba, Castil de Lences, Castildelgado, Castrillo Mota de Judíos, Cubillo del Campo, Fresno de Riotirón, Lences de Bureba, Mambrilla de Castrejón, Orbaneja Riopico, Tapia de Villadiego, Toba de Valdivielso, Los Valcárceres, Valverde, Villaescusa del Butrón, Villalázara, Villalmóndar, Villasandino y Villorejo.

Fernando García Cadiñanos: «Estoy al servicio de todos»

por administrador,

 

DSC_0817

Fernando García Cadiñanos, en su toma de posesión el pasado 1 de junio.

 

P.: ¿En qué consiste la tarea de vicario general?

R.: La labor del vicario general es fundamentalmente ayudar al obispo en el gobierno ordinario de la diócesis, asesorarle en todas las cuestiones del gobierno ordinario de la diócesis, coordinar toda la labor de la curia diocesana, del resto de los vicarios y de lo que es la acción administrativa y pastoral de la diócesis. También tiene una misión vicaria, como dice la misma palabra, que es la de representar al obispo en los lugares y ámbitos donde él delegue o no se pueda hacer presente. El Código de Derecho Canónico incide en su potestad ejecutiva de poder actuar como ordinario en la diócesis al igual que el obispo y en comunión con él.

 

P.: ¿Cómo afrontas este cargo?

R.: Como un reto personal y de servicio a la Iglesia diocesana para la que me ordené hace veintitrés años. Las personas crecemos humanamente en función de los retos que tenemos que afrontar. En ese sentido me siento discípulo: tengo mucho que aprender, que escuchar, que acoger, que valorar, que reconocer… Desde el punto de vista sacerdotal, cualquier cargo es una nueva misión de entrega y de servicio desde otro lugar diferente en la misma misión eclesial que nos une a todos los cristianos: la extensión del Reino. Poco a poco, voy aprendiendo lo que supone esta tarea, situándome en este puesto de servicio y sintiéndome muy acompañado por el resto de compañeros sacerdotes así como de tantos cristianos y consagrados que me animan y sé que están orando por el buen éxito de mi misión. Ello hace que lo viva con paz y gozo.

 

P.: ¿Qué es lo que se espera de esta nueva responsabilidad?

R.: Creo que estamos en un tiempo de gracia eclesial y social. Y se necesitan vigías que sepan otear el horizonte para, en comunión con todos, situarnos adecuadamente como auténticos misioneros. La función de pastorear esta Iglesia de Burgos recae en nuestro obispo, don Fidel, que viene para, recordando la Evangelii Gaudium, ser un pastor que a veces se sitúe delante, otras junto a nosotros y en ocasiones detrás. La función del vicario general estaría en esa tarea de ayudar a nuestro obispo en esta difícil misión. Por ello, la actitud propia con la que afronto esta responsabilidad es única: la disponibilidad total y absoluta para un buen servicio a nuestra Iglesia diocesana, y así a nuestra sociedad.

 

P.: ¿Qué retos se te presentan por delante? 

R.: Existen los retos del día a día que consisten en la dinámica habitual del funcionamiento de nuestra Iglesia. Pero es bueno que, como decía antes, abordemos los retos fundamentales que hoy debemos afrontar y que el papa Francisco nos está recordando insistentemente. De la misma manera, don Fidel, unido a su magisterio, nos recuerda algunas características en las que tendremos que caminar y profundizar: ser una Iglesia más creíble y más evangélica, desde una profunda espiritualidad que nos lleve a las periferias sangrantes de nuestra diócesis; ser una Iglesia en salida, una Iglesia que sea buena noticia para nuestro mundo, que se haga presente involucrándose en los sufrimientos y esperanzas de nuestro mundo; ser una Iglesia que camine en comunión, para que los diferentes carismas y las diferentes vocaciones (sacerdotal, religiosa y laical) iluminen y embellezcan el tiempo presente que nos ha tocado vivir; ser una Iglesia que sepa transmitir la buena noticia de Jesús a las generaciones más jóvenes, desde la belleza del amor vivido en la familia.

 

P.: Alguna cosa más…

Que estoy al servicio de todos y que me siento discípulo misionero con todos los cristianos de Burgos para acertar en la misión…

La campaña «Protemplos» costeará la rehabilitación de varias iglesias

por administrador,

 

pro templos burgos

La campaña se desarrollará el domingo 14 de agosto.

La diócesis de Burgos celebra el próximo domingo 14 de agosto la X «Campaña Protemplos» con la que se pretende costear los gastos de rehabilitación de varias iglesias de la provincia que se han quedado fuera del conocido como «Convenio de las Goteras». Bajo el lema «Las cicatrices de la historia, las cura la solidaridad», la Iglesia burgalesa hace un llamamiento a la colaboración económica de los fieles de la diócesis para la restauración de varios de sus templos.

 

Gracias a la última edición de esta campaña, se van podido restaurar las iglesias de 20 pueblos de la provincia: Albillos, Cadiñanos, Calzada de Bureba, Castil de Lences, Castildelgado, Castrillo Mota de Judios, Cubillo del Campo, Fresno de Riotirón, Lences de Bureba, Mambrilla de Castejón, Orbaneja Riopico, Tapia de Villadiego, Toba de Valdiielso, Los Valcárceres, Valverde, Villaescusa del Butrón, Villalázara, Villalmóndar, Villasandino y Villorejo. La campaña de este año se centrará de manera especial en apoyar a los templos excluidos de otras ayudas.

Convenio de las Goteras

Por otro lado, el arzobispado colabora con la diputación provincial en el llamado «Convenio de las Goteras», pero este no alcanza a sufragar los gastos de rehabilitación y mantenimiento de las numerosas iglesias de la diócesis de Burgos. Anualmente, el convenio supone una inyección económica de 600.000 euros, de los cuales la Diputación aporta 400.000 y la diócesis los 200.000 restantes. La convocatoria de este año permitirá la rehabilitación de entre 20 y 25 iglesias.

 

Tanto el «Convenio Goteras» como la «Campaña Protemplos» suponen el mantenimiento del patrimonio que posee la diócesis, lo que se traduce en una inyección en la economía de la provincia.

 

La archidiócesis de Burgos agradece la colaboración de quienes intervienen en dicho proyecto: parroquias, ayuntamientos, juntas vecinales, voluntarios, Junta y Diputación provincial.

La burgalesa Mª Carmen Martín, nueva superiora provincial de España-Italia de las Hijas de Jesús

por administrador,

 

mcarmen

La hermana Mª Carmen Martín.

 

La Superiora General de las Hijas de Jesús acaba de nombrar nueva provincial de España-Italia a Mª Carmen Martín Criado, fi. Este gobierno comenzará el 1 de septiembre tras la asamblea provincial. La Superiora general de la congregación, Maria Inez agradece a todo el consejo anterior, «muy especialmente a la hermana María Teresa Pinto Terradillos que, sin medir esfuerzos y entrega personal, ha estado colaborando con el empeño propio de las Hijas de Jesús. Igualmente agradezco a las que dejan este servicio -HH. María Josefa García Junco y María Pilar Brufal Jaén- y a las dos que permanecen, ayudándonos a favorecer la continuidad de gobierno que la mayoría deseábamos en este momento de la Provincia».

 

La provincia de España e Italia de la congregación ha surgido no hace mucho tiempo como una unificación de varias provincias anteriores.

 

La congregación de las Hijas de Jesús fue fundada a finales del siglo XIX por santa Cándida María de Jesús y hoy se definen como «un grupo de mujeres consagradas a Dios que nos hemos encontrado por caminos diversos. Vivimos en comunidad y discurrimos por 19 países, allí donde las necesidades de las personas son mayores». Su familia religiosa «se siente especialmente llamada a vivir en una actitud filial hacia Dios como Padre, caracterizada por la confianza, la seguridad en su amor incondicional, la alabanza. Ese rostro de Dios que contemplamos nos invita a la fraternidad con todos, la gratuidad, la sencillez, la alegría».

 

En Burgos, las religiosas cuentan con dos comunidades y su labor apostólica se centra en la enseñanza en el colegio Blanca de Castilla y en diversos ámbitos de la pastoral diocesana.