2017 10 20 viernes: Resumen de prensa

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Provincia

Comienza el curso en el movimiento Vida Ascendente

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vida ascendente burgos

 

El pasado 17 de octubre, el movimiento Vida Ascendente inauguraba de forma oficial su curso pastoral 2017 – 2018 en la Facultad de Teología. Lo hizo con una Eucaristía presidida por el consiliario del movimiento, don Gregorio, quien acompañado por varios sacerdotes de las parroquias donde hay grupos de Vida Ascendente.

 

En el transcurso de la ceremonia, se dio lectura al nombramiento de la nueva presidenta, otorgado por arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, a Amelia Diez Reoyo. A esta inauguración del curso se unieron, también, compañeras de Miranda de Ebro y Aranda de Duero.

 

Una vez finalizada la misa, y en el aula magna de la Facultad de Teología, Román Ángel Pardo Manrique impartió una conferencia sobre la eucaristía según los primeros cristianos. Una vez finalizada la disertación tuvo lugar un ameno coloquio con el conferenciante.

«Lo peor que le puede pasar a la Teología es que se contente con repetir. Hay que adaptar el mensaje a los tiempos»

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¿Por qué un congreso de Teología hoy?

Este congreso nace de la conmemoración del 50 aniversario de la Facultad. La idea es presentar la teología y su dimensión pastoral y su incidencia en el mundo contemporáneo. Porque la Teología no es una cuestión que quede reducida a las paredes de este edificio, sino que intenta dar respuesta a los problemas, a los planteamientos y a la comunicación de la fe para el mundo contemporáneo. Por eso hemos querido dar a la Teología ese carácter pastoral que tanto necesita.

 

¿La Teología tiene algo que decir al mundo?

La Teología dice mucho, otra cosa es que se escuche. La Teología -lo estamos diciendo mucho estos días en el congreso-, es una propuesta al mundo de hoy. Su recepción en el mundo actual no está en nuestras manos, sino que es una opción de la gente. Ello puede ser debido a varios factores. Nosotros nos preguntamos muchas veces si nuestro leguaje es el adecuado, si tenemos buena capacidad de comunicar el mensaje o si el interés que mostramos al preocuparnos sobre la mentalidad actual es el necesario. Queremos encontrar un cauce de comunicación adecuado de nuestro mensaje sin renunciar a la propuesta cristiana, pero que sea entendible y significativa para el mundo de hoy.

 

Precisamente, en un mundo donde cada vez se rechaza más a Dios, ¿cómo hacer atrayente el mensaje cristiano?

A lo mejor hay que dejar aflorar la pregunta por Dios, porque está latente también hoy. A veces nos empeñamos o queremos que se formule según nuestro estilo. A Dios no le hemos quitado del mundo; quizás los teólogos lo hemos ocultado con nuestro modo de hablar sobre él. Pero Dios aflora en los acontecimientos, las circunstancias personales… y hemos de ser capaces de conectar con esas personas en las que despunta el interrogante sobre Dios. O incluso provocar entre nuestros contemporáneos que nazcan las preguntas esenciales que ni la ciencia ni la técnica pueden responder de modo inmediato. Nosotros tenemos que estar ahí como la respuesta que les puede llenar de sentido. Ahí es donde adquiere sentido nuestra Facultad de Teología; la gente debería saber que intentamos dar respuesta a las grandes preguntas fundamentales.

 

Estáis celebrando vuestro 50 aniversario. Sois la primera Facultad teológica en España tras el Vaticano II y la primera en Burgos en otorgar titulación universitaria. ¿Por qué ha decaído el auge de entonces?

Nos tenemos que situar hace medio siglo. Era el momento del boom, cuando Burgos comenzaba a convertirse en una de las grandes ciudades, con desarrollo de la industria, del trabajo, la migración del campo… También fue una época floreciente para la Iglesia. Había muchas vocaciones y en la ciudad existían dos seminarios y había numerosas casas de formación de religiosos y religiosas. El Vaticano II también fue un revulsivo para toda la Iglesia. En aquel contexto, la Facultad nació prácticamente por demanda: las aulas estaban llenas y en algunos momentos se pensó incluso en ampliar la oferta. Hoy, la situación ha cambiado: ni los seminarios están llenos ni las casas de formación tienen tantos candidatos a la vida consagrada. Por el contrario, tenemos a los laicos. Cada vez son más los que descubren que la Teología no es una ciencia exclusiva para los eclesiásticos, sino para todos los bautizados, que tienen la necesidad de seguir formándose y ampliando sus conocimientos sobre Dios y la Iglesia. La Facultad de Teología fue puntera en abrir sus estudios a los laicos y por aquí han pasado miles de personas, y eso hay que tenerlo en cuenta. La situación ha cambiado, sí. El público al que se dirigía nuestra oferta hace cincuenta años ha disminuido, pero por el contrario ha crecido la mentalidad de que la Teología es para todos.

 

¿La Teología se puede adaptar a los tiempos? ¿No debería ser siempre igual?
Cuando Juan XXIII inauguró en concilio Vaticano II propuso que  la fe que la Iglesia  había recibido y no se podía cambiar debía comunicarse de tal manera que fuera entendible para el mundo contemporáneo. Eso es lo que la Iglesia hizo y lo que seguimos haciendo hoy. A lo largo de la historia, la Iglesia siempre ha hecho un esfuerzo por adaptar la herencia de fe que ha recibido a los modos de pensar de cada época, a la mentalidad oriental, griega o latina. Nosotros seguimos haciendo lo mismo hoy: traducimos a nuestra mentalidad occidental la herencia recibida. Ese es el esfuerzo permanente que debe hacer la Teología. Lo peor que le puede pasar a la Teología es que se contente con repetir, porque acaba por convertirse en un lenguaje cifrado entendible solo para iniciados. Nuestra Facultad, según dicen sus estatutos, está llamada a dar respuesta a los hombres y mujeres de su tiempo, los de hace cincuenta años, los de hoy y los de mañana…

 

¿Y qué hace la Facultad por adaptarse a los nuevos tiempos?

Estos cincuenta años demuestran que hemos intentado hacerlo en cada momento. Inventamos la Teología para laicos; el instituto de Teología a distancia; las cátedras específicas sobre diversos temas como familia, patrimonio o Doctrina Social de la Iglesia, que respondieron a peticiones específicas de los alumnos… Ahora vamos a poner en marcha uno, dada la importancia que tiene en el mundo actual, sobre comunicación de la fe y nuevas tecnologías. Por no hablar de simposios, congresos específicos, los intentos por adaptarnos a los nuevos medios y metodologías pedagógicas… Siempre sin desanclarnos ni perder de vista la tradición recibida y nuestra razón de ser, meditar la fe que hemos recibida y hacerla creíble y entendible. Y sin olvidar la Teología reglada, los estudios sistemáticos que componen la columna vertebral de la Facultad.

 

¿Y el futuro?
¿Quién lo sabe? Yo creo que los que iniciaron la Facultad no pudieron prever hace cincuenta años nuestro presente, creo que ni se lo imaginaron. Yo hago lo mismo, creo que no podemos prever el futuro. No sabemos ni la respuesta ni la demanda que va a haber. Solo tenemos la certeza de que aquellos tiempos no van a volver, y quizás no sea bueno que vuelvan, pero es verdad que el futuro lo iremos haciendo. Tendremos que estar alerta para que no nos sobrevenga sin estar preparados. Todo lo que sea prepararnos, habilitarnos para hacerle frente es siempre bueno. Todo sin perder nunca el horizonte: para qué hemos nacido como Facultad y cuál es nuestra finalidad. Aunque los números no son todo, una buena Teología para pocos puede ser más efectiva que para muchos, porque el efecto multiplicador de unas personas bien formadas en su fe puede dar mucho fruto. Y ahí está nuestro trabajo.

NP. Entidades de Iglesia denuncian la invisibilidad que afecta a mujeres y niñas en situación de movilidad forzada

por redaccion,

Las organizaciones de Iglesia que acompañan a las personas víctimas de trata recuerdan, con motivo del Día Europeo contra la Trata de Seres Humanos celebrado ayer, el principio establecido en el artículo 4 de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, donde se señala que “nadie podrá ser objeto de esclavitud o servidumbre; la esclavitud y el comercio para la esclavitud están prohibidos en cualquiera de sus formas”.

 

A pesar de que han transcurrido casi 70 años de la Declaración, denunciamos que esta esclavitud no ha desaparecido, sino que la hemos invisibilizado.

 

En la actualidad, en el mundo se trafica cada año con miles de personas para extraerles órganos y comercializar con ellos. Lejos de disminuir, se trata de una lacra que va en auge: existen niños y niñas soldados que son obligados a tomar un fusil, y personas con discapacidad explotadas en la mendicidad, al tiempo que aumenta la trata de mujeres forzadas a ejercer la prostitución. Mientras, los ingentes beneficios generados por estas actividades se blanquean en paraísos fiscales que operan con el beneplácito de la comunidad internacional.

 

La explotación sexual es una de las formas más graves de esclavitud del siglo XXI, que genera un movimiento económico diario de grandes dimensiones y que deja miles de víctimas en el camino. España es uno de los primeros países de Europa consumidor de sexo y prostitución, y en los últimos años estamos observando cómo aumenta el número de víctimas de trata españolas. No podemos acostumbrarnos a ver esta práctica como algo “normal”, ni permanecer indiferentes ante la cosificación de lo más sagrado, como es la vida humana en toda su dimensión de libertad y de dignidad.

 

La violencia contra las mujeres y las niñas es, probablemente, la violación de los derechos humanos más habitual, y que afecta a un mayor número de personas. Este escándalo cotidiano, que se manifiesta de diferentes maneras y tiene lugar en múltiples espacios, posee una raíz única: la discriminación por ser mujer. Como ha señalado la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “aún se precisan esfuerzos ingentes para garantizar la realización del derecho de las niñas y las mujeres a una vida libre de violencia”. En el caso de la trata, a la desigualdad entre hombres y mujeres, hay que sumar las situaciones de pobreza, e incluso de conflicto, que atraviesan los países de origen de las víctimas.

 

El fenómeno migratorio en Europa genera, también, situaciones de alta vulnerabilidad, sobre todo en mujeres y niñas. La falta de protección en materia de derechos humanos que padecen las personas en situación de movilidad contribuye a que se acentúe el abuso de poder y las agresiones sexuales, que deja a las víctimas totalmente desamparadas ante la justicia internacional y europea. El drama de las violaciones sufridas por miles de mujeres refugiadas ha sido, precisamente, la “voz de alerta” que muchas organizaciones han lanzado en los últimos meses tanto a los responsables políticos como a la opinión pública.

 

En territorio de guerra, lo más peligroso no es ser soldado, sino ser mujer. En diversas ocasiones hemos observado como el cuerpo de las mujeres se convierte en campo de batalla, utilizado por todos los actores del conflicto. Sabemos que las mujeres son secuestradas y trasladadas a las zonas de guerra para ser utilizadas como esclavas sexuales. Se ha constatado que, durante las huidas masivas, miles de mujeres, niñas y niños desaparecen y se convierten en la mercancía de un lucrativo e inhumano negocio.

 

Desgraciadamente el número de víctimas de trata aumenta considerablemente de año en año y, según las estadísticas de Naciones Unidas, un tercio de las víctimas de trata son niños y niñas. En el mundo hay dos millones de niños y niñas objetos de explotación sexual. Como ha exclamado el Papa Francisco, nuestras organizaciones quieren recordar que “son niños, no esclavos” y, como infancia vulnerable, estos niños y niñas tienen derecho a ¡tener derechos! La adopción de medidas en favor de todos ellos no puede esperar más.

 

En esta Jornada Europea, como entidades cristianas respaldadas por la Sección de Trata de la Comisión Episcopal de Migraciones, denunciamos las políticas que aumentan la vulnerabilidad de las personas y el riesgo de ser sometidas a trata, especialmente los niños y niñas menores de edad y que se encuentran en procesos migratorios.

 

Urgimos a la sociedad civil y Administraciones públicas a sumar esfuerzos para erradicar esta lacra social, protegiendo a las víctimas y persiguiendo a aquellas personas y organizaciones criminales que se enriquecen a costa de las víctimas.

 

Secretariado de trata

 

La diócesis de Burgos creó en febrero de este mismo año un secretariado de trata, con el objetivo de atender a las personas que, en nuestro entorno, son víctimas de esta lacra. Su dirección está a cargo de Consuelo Rojo, religiosa Adoratriz, muy vinculada al acompañamiento a mujeres víctimas de la trata con fines de explotación sexual.

 

El año pasado, contactaron a través de sus distintos programas con 478 personas, se acompañaron a 95 y 14 mujeres pasaron por los recursos y residenciales. De las 95 mujeres acompañadas, 33% eran víctimas o presuntas víctimas de trata.

 

Para más información, entrevistas o declaraciones, se puede contactar con Consuelo Rojo (telf. 679 862 925)

El misionero: «Anunciar el evangelio entre los pobres como un pobre más»

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Luis Carlos Rilova es uno de los numerosos misioneros burgaleses que están diseminados por los cinco continentes. Desde 2007 trabaja en Zimabwe «haciendo lo que tengo que hacer, anunciar el evangelio». Sacerdote diocesano natural de Sasamón, siempre ha tenido en mente salir a la misión y ahora desarrolla su tarea en una zona rural del país. Asegura que el misionero «no es especialmente valiente; la valentía se puede demostrar aquí y allí», revela. Pero matiza que sí es necesario «dar el paso, lanzarse, arriesgarse, abandonar miedos» para salir de la propia tierra y crear Iglesia allí donde todavía no existe.

 

Asegura que en la misión «se pasa un poco de miedo». Ha tenido que hacer en más de una ocasión de ambulancia y ha visto morir a niños y mayores en su propio coche, camino del hospital. En un país que sufrió una dura epidemia de hambruna durante 2008 y donde muchos comen solo cada tres días, «lo que más me cuesta es vivir entre los pobres como un pobre más». Y no porque la pobreza sea una opción que no vaya con él, sino porque «es muy fácil instalarse». «Pero el misionero tiene que ser pobre; sin nada he ido y en esa pobreza tengo que anunciar el evangelio», revela.

 

Parecida opinión sostiene Pilar Serrano, misionera franciscana de María y natural de Cogollos que marchó a África cuando solo contaba con 27 años. En sus años como misionera, ha desempeñado diferentes tareas en Niger, Togo y Burkina Faso. Ella también ha vivido en sus propias carnes la carencia de alimentos que sufría la población en la que desarrollaba su misión: «Una cosa es ver el hambre en la televisión y otra es vivirlo en tus propias carnes. Se me caía el alma cuando veía a un niño amamantarse de su madre ya fallecida», recuerda.

 

Ha trabajado en tres de los países más pobres del globo en medio de una Iglesia minoritaria cercada por el radicalismo islámico. Ha llevado a cabo numerosas tareas humanitarias, paliando hambrunas y curando enfermos de sida. A pesar de las dificultades y sus problemas de salud, está deseando regresar a la misión: «En noviembre volveré a Burkina, donde sin nada hay que anunciar el evangelio».

 

Burgos, generosidad misionera

 

Son solo dos de los de los 730 misioneros burgaleses que anuncian el evangelio por todo el planeta. De ellos, el 54% son mujeres y el 45% hombres. Están diseminados por los cinco continentes: 520 en América, 22 en Asia, 101 en Europa, 86 en África y uno en Oceanía. Entre los misioneros burgaleses hay 6 obispos; 24 sacerdotes diocesanos; 366 religiosos; 344 religiosas y 20 laicos pertenecientes a siete familias. En este sentido, Burgos sigue estando a la cabeza en número de misioneros del país, solo superada por la diócesis de Pamplona-Tudela.

 

Además, la diócesis de Burgos puede presumir en ser la más numerosa de Castilla y León no solo en número de misioneros, sino también en generosidad con sus proyectos. En 2016, la diócesis contribuyó a los proyectos misioneros con un total de 356.417€, una cantidad inferior a la del año anterior (518.859€), ya que la recaudación ha disminuido en las parroquias. No obstante, ese descenso se ha visto compensado con algunas herencias importantes y un incremento en los donativos en colegios, residencias de religiosas, iglesias que no son parroquias, particulares… Lo cierto es que Burgos sigue siendo la diócesis castellano leonesa que más aporta al Domund, seguida de Valladolid, con 234.950€.

 

Bajo el lema «Sé valiente, la misión te espera», este domingo se celebra el día del Domund. En todas las parroquias se hará una colecta especial para ayudar a las misiones. Además, este viernes a las 20:00 horas, tendrá lugar una vigilia de oración por nuestros misioneros en la iglesia de las Agustinas Canónigas, conocidas popularmente como Doroteas.

 

domund burgos 2017