Celebremos con fervor nuestra Semana Grande

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«Bendito el que viene en el nombre del Señor» (Sal 118,26). Con este canto de bendición y alabanza, que proclamaremos hoy, en la celebración del Domingo de Ramos, llegamos al umbral de la Semana Santa. Y nos disponemos a entrar con fe y con fervor en estos días santos, para acompañar a Jesús contemplando los misterios de su Pasión, Muerte y Resurrección. Así, os invito a todos, burgaleses y visitantes, a penetrar en el sentido profundo de la Semana Santa, a participar no sólo como espectadores de los actos y procesiones que se desarrollan en nuestras calles y plazas sino también en las celebraciones que tienen lugar en los templos, donde la comunidad cristiana se reúne para celebrar el misterio de la salvación.

 

Los cristianos consideramos la Semana Santa como nuestra Semana Grande. Esa grandeza se manifiesta a lo largo del Triduo Pascual, porque celebramos el núcleo y el contenido central de nuestra fe, lo que hace que seamos cristianos: Como decía san Pablo, hacemos memoria de Jesús que «murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación» (Rm 4,25). No se trata de vivirlo como un simple recuerdo del pasado o como una manifestación meramente cultural. Con la Iglesia, actualizamos y re-vivimos el memorial del amor de Dios para con nosotros, que en Jesucristo se derrama sobre toda la humanidad.

 

Es una semana grande porque estos días la vivencia religiosa se hace más intensa, más auténtica, pues brota de un encuentro más personal con el Señor que muere y resucita por nosotros. Los acontecimientos de esta semana nos hacen ver que Jesús experimenta desde dentro la injusticia y la crueldad, el abandono y el sufrimiento, pero que sigue vivo acompañándonos en la peregrinación de nuestra existencia, dándonos continuamente consuelo y esperanza. Vemos a Jesús, como el gran paciente del dolor humano y el único que nos justifica y nos hace renacer de nuevo (cf. Rm,4, 25).

 

Es grande también porque en las procesiones que recorren nuestras calles, con la riqueza de los pasos -magníficas obras de arte- se hacen presentes las sucesivas generaciones de cristianos que han conseguido expresar el esplendor y la belleza del misterio de la fe. Esas obras, expresiones dolorosas unas o luminosas otras, tan profundamente humanas, reflejan la cercanía de Dios mismo en nuestra historia y el testimonio duradero de la fe y de la piedad de nuestro pueblo.

 

Esta grandeza se va renovando sin cesar por la creatividad e ilusión de tantas comunidades cristianas. La Semana Santa burgalesa se hace cada vez más grande, pues tanto en las ciudades como en las diversas localidades de la provincia se multiplican las representaciones, logrando que el misterio que celebramos se haga visible y cercano en todos sus aspectos y dimensiones. Todos los que de un modo u otro os hacéis presentes en estos actos, desde la cercanía o desde la distancia, como participantes o como observadores, hacedlo con respeto, recogimiento y admiración; y  encontrareis una ocasión magnífica para captar la fuerza íntima del cristianismo y la respuesta que ofrece a los grandes interrogantes y expectativas del corazón humano.

 

De modo especial me dirijo a los cofrades, que durante estos días ejercen un protagonismo necesario en la vida de la Iglesia. Podéis sentiros orgullosos de lo que hacéis de modo callado a lo largo del año, porque durante estas jornadas se convierte en testimonio público de la fe y en una fuerza evangelizadora. Gracias a vosotros Jesús sale al encuentro de todos los hombres y mujeres que recorren nuestras calles. Gracias a vosotros pueden percibir que su salvación sigue siendo actual y significativa para nuestros contemporáneos.

 

Que nuestra Semana Santa siga siendo realmente grande al mostrar la necesaria armonía entre fe y vida, entre sentimiento y arte, entre devoción personal y celebración comunitaria, entre la contemplación de Jesús en la Cruz y la mirada a ese Jesús presente en el dolor de nuestros hermanos. Acompañemos también estos días a la Virgen Dolorosa. A Ella le encomendamos los frutos del Espíritu en esta Semana Santa Burgalesa y el paso del Señor por nuestras vidas.

Hombros de mujer para la Virgen de las Angustias

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El auge por reivindicar el digno papel de la mujer en la sociedad ha llegado también hasta la Semana Santa. Y, por segundo año consecutivo, el paso de la Virgen de las Angustias ha sido portado a hombros por dieciséis mujeres de diferentes cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad. Han estado acompañadas de otras que se prestaban para hacer los relevos y que portaban las horquillas sobre las que reposa el paso en los momentos de descanso. Entre ellas, todo era emoción y nervios instantes antes del inicio de la procesión.

 

La talla del escultor sevillano Juan Manuel Montaño Fernández ha salido de la iglesia de San Cosme y San Damián pasadas las 22:30 de la noche bajo una colorida lluvia de pétalos de rosa y ante la atenta mirada de cientos de fieles, que la han acompañado a lo largo de todo el recorrido por las calles de San Cosme, plaza Vega, puente de Santa María, Paseo del Espolón y plaza del Rey San Fernando para enfilar de nuevo el puente de Santa María hasta la parroquia de origen. A su paso, la Virgen ha conquistado varios aplausos y «vivas», así como miles de fotografías que se disparaban desde cientos de teléfonos móviles.

 

En la procesión han participado también miembros de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas y su banda de cornetas y tambores y representantes de otras cofradías y hermandades de la ciudad.

 

Ha sido una de las tres procesiones desarrolladas hoy en Burgos, tras la infantil del Amor y la Esperanza y la penitencial que ha recorrido las calles de la barriada Juan XXIII. Los desfiles continuarán mañana, Domingo de Ramos, con las procesiones de la Borriquilla, por la mañana, y el Cristo de las Santas Gotas, por la tarde.

 

Más: galería fotográfica de la procesión

Ya huele a Pasión en Aranda de Duero

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Aranda de Duero ya celebra su Semana Santa. El pasado Viernes de Dolores, la iglesia de Santa María fue el lugar escogido para dar el pistoletazo de salida al conjunto de celebraciones y desfiles procesionales que se sucederán en la capital de la Ribera en los días de Pasión y entre los que se encuentra, este año como novedad, una procesión de la Santa Cena en la noche del Domingo de Ramos.

 

Miembros de todas las cofradías y hermandades penitenciales de la Villa se reunieron para escuchar la meditación sobre la Pasión a cargo del párroco del lugar, Miguel Ángel Díez Villalmanzo. Además, la banda de cornetas y tambores de la cofradía del Santo Cristo fue la encargada de poner la nota musical a la celebración.

Los niños de la Sierra, luz para todo el arciprestazgo

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En la jornada de este sábado, los niños y niñas de catequesis del arciprestazgo de la Sierra se han congregado en Quintanar para participar el tradicional encuentro anual de niños. Este año, el lema elegido ha sido «Tú también puedes ser luz», siguiendo el texto del evangelista san Mateo en el que Jesús invita a sus discípulos a ser «luz del mundo».

 

Tras los habituales talleres, organizados por los catequistas y monitores de las distintas parroquias de la comarca, los niños han participado en un momento de oración en la capilla, donde han descubierto que Jesús es la luz que alumbra a todos y que en él todos pueden irradiar esa luz en su día a día.

 

Tras la comida, una gran yincana ha puesto a prueba sus habilidades. La jornada ha concluido con la actuación de Ainara, una animadora muy divertida que ha hecho las delicias de todos los participantes en el encuentro.

Una Semana Santa con mucha cantera

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Lejos de languidecer, la Semana Santa burgalesa tiene mucho futuro por delante. Hermandades y cofradías de la ciudad se afanan cada día por transmitir a los más pequeños el entusiasmo por las tradiciones de la Semana de Pasión y hoy ha quedado más que demostrado en la procesión infantil del Amor y la Esperanza. Congregados por la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores, numerosos niños de varias cofradías y agrupaciones católicas de la ciudad se han dado cita esta mañana para participar en la que es «su procesión».

 

Con mucha profesionalidad, como si de adultos se tratara, niños y niñas han portado a hombros la imagen de la Virgen del Socorro, una talla del siglo XVI, al ritmo que marcaban los tambores de una banda infantil y la atenta mirada de sus padres y abuelos, que han abarrotado las calles aledañas a la parroquia de San Gil, desde donde ha partido el desfile. Tras una breve liturgia de la palabra presidida por el delegado diocesano de Infancia y Juventud, Óscar Moriana, los niños han portado la imagen de la Virgen por las calles de San Gil, Avellanos, Laín Calvo y Arco del Pilar para volver a su lugar de salida pasando de nuevo por las calles de San Gil y de San Francisco.

 

Fue el año pasado cuando la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores decidiera organizar esta procesión, si bien la lluvia hiciera acto de presencia impidiendo el desarrollo de la misma. Desde hace años, esta cofradía trabaja por crear cantera entre sus filas, entre los que hay muchos matrimonios jóvenes con hijos. De ahí que decidieran hace casi una década crear una banda infantil –la única de esas características en la ciudad– con el objetivo de incentivar el relevo generacional en la Semana Santa burgalesa. Ahora, con el desarrollo de esta procesión de niños y para niños, seguro que el futuro está garantizado.

 

Más: galería fotográfica completa