Una mirada al mundo rural desde el corazón

por redaccion,

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

Acabamos de bendecir nuestros campos en la festividad de San Isidro Labrador. La tierra extensa que cultivamos y los pequeños núcleos rurales que lo jalonan nos recuerdan a Nazaret, el lugar donde Jesús creció y aprendió el arte de vivir su humanidad junto a María y a José; era un pequeño pueblo asentado en la ladera de una colina, habitado por pocas familias. Hoy, desde lo humilde, lo sencillo y lo pequeño, ponemos la mirada desde el corazón al mundo rural.  La pastoral que en él se desarrolla está arraigada en el cuidado de comunidades pequeñas, en el servicio silencioso y constante de sacerdotes que se multiplican en sus tareas y laicos que colaboran generosamente para que la llama de la fe continúe iluminando los campos y sus gentes.

 

La pastoral en el mundo rural es una escuela inestimable de generosidad. Un Evangelio escrito desde la escucha, desde la confianza y desde pequeños detalles de amor y de servicio que, como decía san Juan de la Cruz, «solo con amor se pagan». La Iglesia, como madre, esposa y maestra, se hace camino, verdad y vida en esta realidad humilde a la que Dios nos envía como pastores, discípulos y misioneros para nutrir de su vida nueva la capilaridad del Pueblo de Dios con la savia del Evangelio que inunda los pliegues y llanuras de nuestra tierra.

 

Porque en esta heredad sagrada, donde el Señor se hace uno entre nosotros, somos enviados a sembrar la semilla fecunda del Evangelio: en el cuidado de lo pequeño, en lo diario, en la profundidad de los gestos, en lo sencillo, en la hondura de cada detalle, en la mirada afable, en lo común, en el trasfondo de los signos, en el Pan nuestro de cada día. Como decía Don Bosco: «Si quieres volar alto, empieza desde abajo; la humildad es el fundamento de todo».

 

La pastoral rural necesita de la corresponsabilidad de todo el Pueblo de Dios, donde también los laicos tienen su tarea y son invitados a trabajar en el campo del Señor. Vosotros colmáis de belleza el Pueblo santo de Dios. Quienes cuidáis de las zonas rurales de nuestra Iglesia sois palabra delicada, compañía segura y apoyo en los momentos de tormenta. En las celebraciones, en las comunidades, en los hogares, en la acción social, en las calles, en las catequesis, en realidades inesperadas, en los campos, en las fronteras, en la familia… En todos esos rincones sencillos pero maravillosos donde servís, acariciáis y cuidáis el rostro humilde de Cristo. Ahí, mientras sostenéis el sufrimiento y la alegría del hermano, moldeáis la acción creadora de Dios que viste de belleza y fecundidad los campos y provoca la fiesta y el agradecimiento por los frutos de la tierra que tan generosamente nutren nuestros hogares y grandes ciudades más allá de nuestros límites y fronteras.

 

Por eso, quienes cuidáis de estas comunidades sois discípulos y testigos de Cristo servidor, que os donáis con generosidad convocando la Iglesia doméstica que cuida con corazón de madre. Sin buscar reconocimiento ni gloria, os hacéis ofrenda en una entrega gratuita que, a veces, solo encuentra recompensa bajo la luz del sagrario o en el milagro del altar donde el pan amasado con el trigo que cultiváis y el vino que se forma de las vides que cuidáis, se convierten en todos los lugares del mundo en el Cuerpo y Sangre del Señor, pan vivo para caminar y bebida que nos introduce en la eternidad.

 

Queridos hermanos y hermanas: hoy desde la catedral, iglesia madre, hasta el más alejado de los pequeños pueblos que conforman, embellecen y dan sentido al caminar del Pueblo de Dios, podemos elevar juntos el agradecimiento a Dios porque ha esparcido generosamente la semilla de la fe en tantos lugares recónditos y maravillosos que conforman nuestra Iglesia diocesana. Y hoy de modo particular, me gustaría mostrar mi apoyo y agradecimiento por vuestra tarea generosa y entregada en cuidar y trabajar la tierra que nos sostiene y formar parte de esas comunidades que hacen presente el Reino de Dios. Que María, venerada de modo particular en este mes de mayo dedicado a su memoria, siga sosteniendo vuestra ilusión y entrega para ser allí donde os encontréis sembradores de vida y esperanza.

 

Con gran afecto, recibid la bendición de Dios y mi felicitación en este domingo de la Ascensión del Señor.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

El cantautor Migueli participa en varias actividades relacionadas con el VIII Centenario de la Catedral

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Migueli

 

 

El cantautor Miguel A. Marín, más conocido como Migueli, participará en los próximos días en diversas actividades vinculadas al VIII Centenario de la Catedral, recogidas bajo el eslogan «800 Años de Arte y Oración».

 

Su itinerario por la provincia comenzará en el Seminario de San José el miércoles día 19, donde compartirá con los seminaristas una comida seguida de café coloquio. A las 20:00 h participará en un encuentro-taller en la parroquia de San Juan de Ortega y Cáritas Burgos será su siguiente destino, donde se reunirá con trabajadores y voluntarios, para concluir la jornada en la parroquia de San Rafael.

 

El viernes, el cantautor se desplazará a Miranda de Ebro, donde mantendrá sendos encuentros en la parroquia de El Buen Pastor, a las 18:00 h con jóvenes del Proyecto ITERA y voluntarios de Cáritas, y a las 20:00 h con el público en general.

 

Finalmente, la mañana del sábado celebrará en Quintanilla del Agua un encuentro con personas del Arciprestazgo de Arlanza y por la tarde, a las 17:30 h., ofrecerá un concierto testimonio dirigido a Apostolado Seglar en el Salón de Actos de la Calle Concepción y participará en la Vigilia de Pentecostés en la Capilla de Santa Tecla de la Catedral, a las 19:30 h.

 

Migueli, uno de los principales referentes de la música cristiana de España y Latinoamérica, compatibiliza su carrera musical con un trabajo de acompañamiento a personas en situación de vulnerabilidad social y riesgo de exclusión. Ha compartido escenario con artistas de máximo nivel como Bebe, Jorge Drexler, Revólver, El Canto del Loco, Manuel Carrasco, Pereza, La Cabra Mecánica, Pedro Guerra, Carlos Núñez, Víctor Manuel, Celtas Cortos, Ismael Serrano, Manolo Tena y Danza Invisible.

 

Un Rosario de la Aurora para implorar el fin de la pandemia

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Al igual que está ocurriendo en numerosos santuarios marianos de todo el mundo, que se han sumado a la llamada del papa Francisco de realizar un «maratón de oraciones» para implorar el fin de la pandemia, una vela encendida a los pies de la Virgen de Fátima arderá durante todo el día de hoy en la Catedral para suplicar de María salud para los enfermos y fuerza para sus familiares, cuidadores y personal sanitario. El cirio ha sido encendido esta mañana en el tradicional Rosario de la Aurora que se ha celebrado en el interior del templo gótico cumpliendo con todas las medidas sanitarias exigidas por la crisis sanitaria y como otro de los numerosos actos con motivo del Año Jubilar.

 

Tal como ha indicado el arzobispo, «las fiestas marianas arrasan, siempre hay muchedumbres en torno a la Virgen». De hecho, aunque por segundo año consecutivo no haya habido procesión por las calles del centro de la ciudad (en 2020 se celebró de forma virtual), numerosos fieles se han sumado a la convocatoria hasta copar el aforo total permitido en la basílica. Allí han rezado los misterios del santo Rosario y han participado en la celebración de la eucaristía. «Solo la Virgen María puede allanarnos el camino a Cristo, porque solo ella está capacitada para acoger el don de Cristo. Por eso el pueblo cristiano siempre se reúne en torno a María, para recibir de sus manos a Cristo», ha insistido el arzobispo.

 

En el día en que se cumplía el 40 aniversario del atentado al papa san Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano, don Mario Iceta ha subrayado que la Virgen María, en todas sus apariciones, siempre escoge a los humildes para lanzar al mundo una llamada a la conversión: «El Señor se esconde ante los soberbios pero se derrite ante los humildes; por eso el mundo no comprende a Cristo. María siempre se manifiesta a personas humildes e iletradas, porque la humildad es el camino hacia Dios». Junto a ello, ha subrayado que, en sus manifestaciones, María invita a la «conversión, a volver nuestra mirada distraída hacia la luz de Jesús», pues ella es «Estrella de la mañana».

 

Don Mario también ha querido resaltar la figura de santo Domingo de Guzmán, burgalés y difusor de la devoción del Rosario y del que se cumplen 800 años de su fallecimiento. «A él nos encomendamos, para que nuestra tristeza se convierta en alegría, para que acaben las consecuencias de la pandemia, que está haciendo estragos en la salud, en la economía y en la vida de tantas personas que sufren soledad y angustia», ha concluido.

Migrantes, trabajadores de hostelería y servicios, cuentan cómo viven en pandemia

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El salón de Cáritas de la calle San Francisco acogió ayer la segunda de las sesiones del encuentro diocesano de Pastoral de Migraciones que, bajo el título «hacerse prójimo para servir», recorre distintos emplazamientos de la ciudad para dar a conocer cómo los migrantes están viviendo la crisis sanitaria y social provocada por el coronavirus. Tras el primero de los encuentros, centrado en los trabajos y cuidados del hogar, en la sesión de ayer se puso el foco en los trabajadores migrantes de hostelería y otros servicios afectados por ERTEs o EREs.

 

Mohamed Chograni, miembro de Comisiones Obreras, clarificó a los presentes los distintos tipos y causas de los expedientes de regulación de empleo. Trasladó cómo los ERTEs son buenos para los trabajadores, más allá de que algunas empresas puedan no estar jugando limpio con este tipo de expedientes laborales. Después, tocó el turno a las intervenciones de Erika, de Costa Rica, y Luz, de Colombia, quienes narraron sus experiencias al quedarse en ERTE con la irrupción de la pandemia. Según contaron, han vivido inseguridad, algunos meses sin cobrar (sobre todo al inicio), apuros económicos en casa, incapacidad para saber ocupar el tiempo e incertidumbre, aunque también trasladaron sentir cierta esperanza ante el futuro y la reapertura progresiva de la hostelería con el fin del estado de alarma y el avance de la vacunación.

 

Después de unos minutos en silencio con la ayuda de unos textos bíblicos y de la ‘Fratelli Tutti‘ llegó el tiempo de la reflexión y el compromiso. Isabel Olazagoitia compartió la experiencia de acompañamiento que están llevando a cabo desde Atalaya Intercultural durante el último año, destacando la buena coordinación existente entre las entidades sociales y eclesiales en Burgos para impedir las «colas del hambre» en la ciudad, así como la buena respuesta de algunos empresarios que han mantenido sus empleos y ofertas a pesar de las dificultades. Invitó a los presentes a estar cerca de las personas, y recordó que la mejor solidaridad es conseguir un trabajo digno para todos. También criticó la situación preexistente a la pandemia, de unos sueldos demasiado pequeños para poder sostener una familia y pidió que desde la Iglesia se siga promoviendo la justicia social. En el coloquio final se abundó en algunos de estos aspectos, a la vez que se reconoció cómo la Iglesia de Burgos ha sabido responder en estos tiempos complicados.

 

Dentro de cuatro semanas se continuará con el último capítulo de este XV Encuentro diocesano de pastoral de migraciones, que girará en torno a «la soledad sobrevenida». Será el miércoles 9 de junio a las 18:00 horas en la parroquia de Fátima, en el arciprestazgo de Gamonal.

La parroquia de San Nicolás peregrina a la Catedral

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El pasado martes 11 de mayo, la parroquia de San Esteban y San Nicolás de Burgos peregrinó hasta la Catedral para participar de la gracia de este Año Jubilar.

 

Cuando quedaban cinco minutos para las 19:00 horas, el grupo de feligreses comenzó a caminar desde el cercano templo de San Nicolás hasta la Puerta Santa del Perdón. Precedidos por la cruz parroquial, llegaron hasta el templo gótico cantando por la plaza de Santa María. En la Puerta fueron acogidos y recibidos por algunos canónigos para atravesar después del dintel santo y vivir, ya en el interior del templo, la ceremonia que rememora el bautismo y recuerda el sentido del Año Jubilar.

 

Acompañados por su párroco, Elías González, participaron de la oración mariana del Rosario y de la misa capitular con el rezo de las Vísperas. El rito del bautismo y atravesar la Puerta Santa (a las 19:00) y la celebración de la santa misa a las 19:30 horas, son gestos que se repiten cada día de este Año Santo. Con el fin del estado de alarma y la apertura de los cierres perimetrales, se espera que sean cada vez los peregrinos que acudan al templo a vivir las gracias jubilares.