La causa de beatificación de Valentín Palencia se incorpora al Archivo Diocesano

por redaccion,

<
>

 

La archidiócesis de Burgos acaba de recibir una donación especial. Se trata de una colección de Positios sobre distintos procesos de beatificación y canonización de los últimos años, entre los que se encuentran, entre otros, el sacerdote diocesano Valentín Palencia y compañeros mártires. Forman parte de la biblioteca personal de mons. Vicente Cárcel Ortí, sacerdote valenciano y actual vicario episcopal personal para los sacerdotes valencianos residentes en Roma. Actualmente reside en el Pontificio Colegio Español de San José en Roma, donde también estudian algunos sacerdotes burgaleses. El último de ellos, Cecilio Haro, ha sido el encargado de recoger los documentos.

 

Vicente Cárcel Ortí nació en Manises (Valencia) el 4 de julio de 1940. Es el mayor de tres hermanos. Estudió en el seminario metropolitano de Moncada y, después, en el Real Colegio-seminario del Corpus Christi en Valencia. Ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1963, fue nombrado coadjutor de la parroquia de San Pedro Apóstol de Paterna, en enero de 1962. En 1967 se trasladó a Roma por motivo de estudios. Allí se doctoró en Historia Eclesiástica por la Pontificia Universidad Gregoriana y en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum), y en 1977 obtuvo el doctorado con premio extraordinario en Filosofía y Letras (Sección Historia) por la Universidad de Valencia.

 

En 1969 entró a trabajar en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica como bibliotecario, compaginando su trabajo con los estudios de archivística y biblioteconomía en las respectivas escuelas vaticanas. San Juan Pablo II le nombró jefe de la cancillería, cargo que mantuvo hasta su jubilación, en 2005.

 

Tiene en su haber una gran obra, entre las que se cuentan más de cincuenta libros y cerca de 400 artículos, sin contar sus colaboraciones con diversas revistas y periódicos, como L’Osservatore Romano.

 

La donación de parte de su biblioteca personal será tratada e incorporada al Archivo Diocesano de Burgos, que servirá para enriquecer el fondo de la oficina para la Causa de los Santos y será puesta a disposición de todos los estudiantes de la Facultad de Teología de Burgos para futuras investigaciones.

La archidiócesis entrega casi 27.000 euros a proyectos de misioneros burgaleses

por redaccion,

Jorge López, junto al arzobispo, el pasado mes de agosto.
<
>
Jorge López, junto al arzobispo, el pasado mes de agosto.

 

El arzobispo de Burgos, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha hecho entrega hoy a algunos misioneros burgaleses el dinero recolectado a través del fondo solidario puesto en marcha durante el Año Santo de la Catedral. La dimensión social y caritativa propia del Jubileo se focalizó en la colaboración económica con Iglesias jóvenes donde desempeñan su labor algunos misioneros de origen burgalés, recaudando un total de 26.774,30 euros que posibilitarán el fortalecimiento y crecimiento de algunas diócesis en formación.

 

Coincidiendo con sus días de descanso en la ciudad, el obispo del vicariato apostólico de Puyo, en plena Amazonía ecuatoriana, mons. Rafael Cob, y los sacerdotes José María Rodríguez Redondo y Jorge López, misioneros en Tailandia y Zambia, respectivamente, han recibido el dinero en un acto que se ha desarrollado en la Casa de la Iglesia y al que ha acudido también el delegado diocesano de misiones, Ramón Delgado.

 

Proyectos solidarios

 

El dinero recaudado irá destinado a financiar cuatro programas de formación en distintos continentes. En América, el dinero costeará principalmente programas de formación de agentes pastorales. El obispo Rafael Cob destinará el dinero a financiar becas de estudio para los jóvenes seminaristas que se forman en el Seminario de Quito y que servirán después a las comunidades indígenas del Amazonas. Además, el también obispo burgalés en San Pedro Sula (Honduras), mons. Ángel Garachana [ausente en el acto], fortalecerá los programas de formación de agentes laicos, catequistas y animadores de comunidades, que suplen la labor de los sacerdotes en un amplio territorio que ha sufrido recientes catástrofes naturales a causa de los huracanes. Sus parroquias, con una población de más de 100.000 habitantes, están subdivididas en comunidades rurales de unas 4.000 personas animadas por consejos de laicos, a los que se quiere implementar su formación.

 

José María Rodríguez Redondo, único misionero burgalés en Oceanía, destinará el dinero a programas de formación de catequistas basados en cursos bíblicos y teológicos que permitan establecer un diálogo con la comunidad budista. En la diócesis en la que trabaja, Udon Thani, viven unos 16.000 católicos dispersos entre más de cinco millones de budistas. «Aunque los católicos seamos una minoría podemos trabajar juntos a favor de los que sufren la injusticia» de la trata de personas o la pena de muerte, explica.

 

Por último, otra parte del dinero recaudado se enviará a la diócesis de Solwezi, en Zambia, donde trabajan los misioneros burgaleses Jorge López y Gabriel Domingo Rodríguez. Se financiará la traducción del misal al kaonde, que permitirá una mejor vivencia de la eucaristía en lengua vernácula con la impresión de 3.000 volúmenes. «A la gente le gusta seguir las celebraciones. El misal será un material de ayuda para catequistas y celebrantes», detalla López, ya que contiene las lecturas de la liturgia, las plegarias y los prefacios.

 

El arzobispo se ha felicitado de contribuir a la financiación de estos proyectos, a la par que ha recordado el compromiso misionero de la archidiócesis. «Os tengo siempre presente en el corazón. Nuestra economía diocesana es modesta, pero la gente es generosa y colabora con su oración, actividad y dinero» a ayudar en vuestros trabajos, les ha trasladado. «Un gesto de agradecimiento por vuestra tarea y labor a la que nosotros queremos colaborar desde la retaguardia».

Werner Barasch: El judío al que Pío XII liberó del campo de prisioneros de Miranda de Ebro

por redaccion,

Pio XII Werner Barasch

 

«Beatísimo Padre. Queráis perdonarme si me confío a Vuestra paternidad y caridad demostrada copiosamente en la asistencia y protección de tantas infelices víctimas de la situación política actual; me permito exponer a Vuestra Benevolencia el caso de Werner Barasch». Con estas palabras, la joven Paola Malchiodi escribe el 9 de febrero de 1942 al papa Pío XII suplicando ayuda para liberar a su amigo, «hijo de Arturo e Irene, nacido en Berlín en 1919, de origen judío, bautizado en junio de 1938 en el Instituto de los Neófitos de Roma» y hecho prisionero «en el campo de concentración de Miranda de Ebro». 

 

Su historia es una de las miles que el papa Francisco ha sacado a la luz al hacer públicas de forma online y para todo el mundo cerca de 2.700 cartas del antiguo «Archivo Secreto» vaticano con las que se desmota el mito del supuesto ‘conchaveo’ entre el papa Pacelli y el régimen nazi. Las historias publicadas demuestran que si bien Pío XII –sabedor de lo que se cocía en Alemania, donde fue nuncio– no pudo condenar públicamente las atrocidades del Tercer Reich, sí actuó en la sombra para prestar ayuda a miles de judíos.

 

Werner emigró de Alemania a Roma en 1933 para comenzar sus estudios. De ahí se trasladó a Suiza y más tarde a París, donde apenas graduado como profesor le sorprendió la guerra en 1939. Huyó a Marsella con la intención de obtener un visado y escapar a Cuba, donde se refugiaba su madre. Pero fue detenido y lo condujeron al campo de concentración de Les Milles, de donde escapó para emprender un largo recorrido en bicicleta hasta llegar a Ginebra. Allí fue de nuevo extraditado, lo condujeron al campo de Argelès-sur-Mer, en Francia, y de ahí a Miranda de Ebro, donde fue obligado a diversos trabajos en la oficina de censura del campo de prisioneros.

 

Fue en Miranda donde se acordó de su vieja amiga romana y decidió enviarle una misiva firmada el 17 de enero de 1941, sabedor de que ella le podría «ayudar desde lejos» en la obtención de su visado para América desde Lisboa. La petición es clara: «Alguna autoridad tiene que dar su consentimiento para mi liberación», explica en la carta. «Pero necesariamente tiene que intervenir una persona de fuera». Y ese candidato para «salvar a estas ovejas», según Werner, no sería otra que el nuncio apostólico de Su Santidad en Madrid, Gaetano Cicognani. «Si lograra con una audiencia a Su Santidad el Papa o por otros medios proponerle mi caso, con lo que tenga que hacer, sería fácil liberarme para partir». «Otros, con esta intervención desde Roma han podido dejar el campo de concentración», explica Werner, sabedor de que la Santa Sede estaba logrando la liberación de varios presos de origen judío. 

 

Malchiodi no duda en escribir al Papa, a quien recuerda que en agosto de 1941 otros solicitaron la intervención del nuncio para mediar en la liberación de Werner. Páginas más adelante del archivo, encontramos una petición de la Secretaría de Estado vaticana solicitando la intervención del nuncio madrileño. 

 

El registro documental [ver páginas 7 a 26] calla sobre el éxito de la comunicación. No hay más cartas. Sin embargo, el United States Holacust Memorial Museum nos da una pista sobre el destino de Werner. Él mismo, en un vídeo grabado cuando sumaba 82 años, cuenta cómo su petición fue escuchada, fue liberado y cruzó el Atlántico para encontrarse con su madre en Estados Unidos. Allí estudió en las Universidades de Berkeley y Colorado, trabajando finalmente como químico toda su vida. Es la historia, con final feliz, de un huido de guerra al que salvó Pío XII de las garras del nazismo.

Programan un viaje para asistir a la ordenación episcopal de Vicente Rebollo

por redaccion,

vicente rebollo

 

El secretariado de Peregrinaciones y Turismo de la archidiócesis de Burgos ha programado un viaje a Tarazona el próximo sábado 17 de septiembre para participar en la ordenación episcopal de Vicente Rebollo Mozos y su toma de posesión de la diócesis turiasonense, que tendrá lugar en la Catedral de Santa María de la Huerta.

 

El viaje, de ida y vuelta en el día en cómodo autocar, tiene un precio de 40 euros e incluye comida en un restaurante, con primer y segundo plato, postre, agua, vino, gaseosa y café. Quienes estén interesados pueden contactar con Julián Gumiel a través del teléfono 689 977 094.

 

El hasta ahora vicario episcopal para los asuntos económicos de la archidiócesis de Burgos, Vicente Rebollo Mozosfue nombrado el pasado 28 de junio por el papa Francisco obispo de la diócesis de Tarazona tras haber aceptado la renuncia del ministerio episcopal, por razones de edad, de quien ha sido su pastor desde 2011, el agustino Eusebio Hernández Sola.

Burgos homenajea a su patrona, Santa María la Mayor

por redaccion,

procesion extraordinaria santa maria la mayor

 

Como cada año, la catedral celebra con el honor habitual a la patrona de la archidiócesis, Santa María la Mayor, en su misterio de la Asunción en cuerpo y alma a los cielos. Desde el pasado domingo, cada tarde tiene lugar el ejercicio de la novena, que comienza a las 19:00 horas horas con el rezo del Rosario  y sigue, a las 19:30horas, la celebración de la eucaristía. Además del vicario general, Carlos Izquierdo, del nuevo canónigo, José Luis Cabria, y del párroco de San Lesmes, Alfonso Sáez, que predicaron días atrás, las eucaristías estarán presididas por próximos días por el obispo emérito de Jaén, Ramón del Hoyo (miércoles 10); el arzobispo emérito, don Fidel Herráez (jueves 11 de agosto); el canónigo Micael Hellín (viernes 12 de agosto); el obispo electo de Tarazona, Vicente Rebollo (sábado día 13) y el arzobispo de Burgos, don Mario Iceta (domingo 14 y lunes 15).

 

El domingo 14, a las 19:00 horas, tendrá lugar una procesión con la imagen de la patrona que, saliendo de la catedral, recorrerá las calles aledañas a la seo acompañada del rezo del santo Rosario.

 

El lunes día 15, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, presidirá una solemne eucaristía a las 12:00 horas en la nave central de la catedral.

 

Coincidiendo con el misterio de la Asunción de la Virgen al Cielo, el primer templo de la diócesis conmemora el título que el rey Alfonso X, el Sabio puso como blasón de la catedral en el año 1260: «Es esta la iglesia dedicada a Santa María, la mayor de Castilla». La imagen venerada que recibe este título data del siglo XV y, desde 1596, ocupa el espacio central del retablo mayor, justo debajo de la escultura de la Asunción de la Virgen, de Juan de Anchieta (1578). La imagen se venera también de modo especial por los burgaleses durante las fiestas mayores de la ciudad con una tradicional ofrenda de flores.