El Ciclo de Corales Internacional llena la capilla del Seminario por su 125 aniversario

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Ayer tuvo lugar en el Seminario Diocesano San José un concierto del grupo estadounidense «Great River Chorale». Una actuación enmarcada en el Ciclo de conciertos Internacionales Pro Corpus. El conjunto musical interpretó un programa que incluyó música sacra de Europa, y algunos himnos litúrgicos americanos y espirituales negros. La capilla principal fue el marco escogido para este evento que se desarrolló como parte de las celebraciones con motivo de la Solemnidad del Corpus.

 

La organización del concierto en el Seminario Diocesano no fue aleatoria. La elección de este emplazamiento para su realización coincide con la celebración de los 125 años del centro académico. Fue en noviembre de 1898 cuando el centro formativo comenzó su actividad académica. Un año antes, en abril de 1897, se ponía la primera piedra para su construcción, fundando así el seminario San José, promovido por el cardenal Fray Gregorio María Aguirre –entonces arzobispo de Burgos– y el beato Manuel Domingo y Sol.

 

El grupo «Great River Chorale» es un coro de adultos que tiene su sede en Minnesota (Estados Unidos). Está compuesto por 55 homnre y mujeres de entre 25 y 75 años y su directora es Mary Kay Geston. Este coro se encuentra actualmente girando por España, y además de Burgos recorrerán otras ciudades como Sevilla, Barcelona o Gijón.

 

El XIV Encuentro de Naciones en Aranda de Duero triunfa a pesar del mal tiempo

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El pasado sábado 17 de junio tuvo lugar el XIV Encuentro de Naciones en Aranda de Duero, un evento anual organizado por la comisión arciprestal de pastoral de migraciones. A pesar de que durante la pandemia se suspendió, esta actividad se lleva realizando desde hace 16 años, y, una vez más, se desarrolló en el patio y salón de actos del colegio Dominicas, el mismo lugar utilizado en años anteriores.

 

El objetivo principal del encuentro es acercar el conocimiento de las diversas culturas presentes en la ciudad y comarca al municipio de Aranda, fomentando el encuentro entre personas de distintas procedencias, y teniendo presente el mensaje del papa Francisco en la última Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, «aquí construimos juntos un futuro con migrantes y refugiados».

 

El evento comenzó a las 5 de la tarde e incluyó presentaciones de países participantes con sus artesanías y costumbres, degustación de comidas y bebidas representativas y música típica de sus naciones, así como una oración intercultural e interreligiosa. Como temática central, se eligieron los juegos tradicionales, donde cada país presentó uno en particular. La Asociación cultural «La Tanguilla» representó a España en esta ocasión.

 

Los diez países que asistieron al evento fueron Colombia, Honduras, Venezuela, Argentina, México, Senegal, Marruecos, Bulgaria, Rumanía y España, colocando un puesto para mostrar su identidad cultural. Sin embargo estos eventos siempre están abiertos a todas las personas interesadas, sin importar su nacionalidad o edad.

 

A pesar de la tormenta y el aguacero, más de 200 personas participaron en el encuentro, demostrando su entusiasmo y alegría. A lo largo de la tarde, se llevaron a cabo diversas actividades, entre las que se destacaron las presentaciones musicales, la oración dedicada a la solidaridad con migrantes y refugiados, el sorteo de premios entre los asistentes y las actuaciones de bailes y juegos tradicionales.

El arzobispo entrega a los sacerdotes sus nuevos destinos: «Es el Señor quien nos envía»

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El próximo 1 de septiembre se harán efectivos los nuevos nombramientos firmados por el arzobispo en diferentes parroquias y entidades de la archidiócesis. Ha sido el propio don Mario Iceta quien ha entregado a los presbíteros el acta con su nombramiento, agradeciendo que hayan aceptado la propuesta «a la primera», un gesto que, según ha indicado, «dice mucho de la calidad humana, cristiana y sacerdotal» de los nominados.

 

«No creo en el cura Macgyver», ha bromeado el pastor de la archidiócesis. «No todos estamos capacitados para todo». Por eso ha explicado que los nombramientos responden a meses de «oración y discernimiento» entre el arzobispo y su consejo episcopal, para enviar a los sacerdotes allí «donde pueden fructificar los dones que el Señor les ha dado» y atendiendo a las características de cada comunidad parroquial.

 

Asumir el pasado mirando al futuro

 

Al enviar a los sacerdotes a sus nuevos destinos, les ha pedido «recoger el testigo que otros han sembrado» antes de su llegada. «Hay que asumir la historia de las comunidades a las que se llega, conocerlas y respetarlas. Hay sacerdotes antes que tú y personas que han servido a la evangelización y hemos de acogerlo y respetarlo», ha insistido. Y hacerlo con un añadido, «pensando en la tarea conjunta». «Se ha acabado el tiempo de atender sólo a nuestras parroquias; hay que mirar lo que tenemos al lado y cambiar mentalidad, hacerlo en clave de unidades pastorales, en comunión con el arciprestazgo y la diócesis».

 

«A todos nos cuesta cambiar, porque el corazón se hace a los sitios y la gente se hace a nosotros y nosotros a la gente», ha reconocido. De ahí que haya pedido a los sacerdotes aceptar el cambio de parroquias como «un acto de fe»: «Somos enviados por el Señor. Lo encontraréis a él y a lo que él más quiere, que son sus fieles».

Los arciprestes cierran el curso con una jornada de convivencia

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El colegio de arciprestes celebró recientemente su última reunión del curso pastoral. Como viene siendo habitual, esta sesión de trabajo se desarrolló dentro de una jornada de convivencia. Además de mantener la reunión ordinaria, que repiten cinco veces al año, en los locales del centro parroquial de Salas de los Infantes, los arciprestes disfrutaron de una visita al museo de Dinosaurios de dicha localidad y al cementerio de Sad Hill, uno de los decorados donde se rodó la película «El bueno, el feo y el malo».

 

En la reunión, el vicario Territorial, que desde este curso coordina la acción de parroquias y arciprestazgos, y los vicarios de Pastoral y del Clero, revisaron el trabajo realizado durante el curso pastoral y comentaron las aportaciones de los arciprestazgos sobre la revisión que han realizado de los retiros y la formación permanente de los sacerdotes. También compartieron algunas informaciones sobre la visita pastoral en el arciprestazgo de Vega, las próximas elecciones de arciprestes en septiembre y algunas fechas a tener en cuenta en el comienzo del próximo curso pastoral.

«La obra es de Dios, no la llevamos nosotros»

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ordenacion presbiteral

 

Cristian Tomás Alonzo y Aarón de Jesús Marchelli Campos, originarios de Panamá y El Salvador, respectivamente, son dos diáconos que pertenecen a la archidiócesis de Burgos y que el próximo domingo 25 de junio darán un paso más en su formación como sacerdotes, recibiendo el sacramento de la ordenación presbiteral de manos de don Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos.

 

Ambos recibieron el diaconado el 19 de noviembre de 2022 y desde entonces han estado preparándose para seguir avanzando en este camino. Cristian ayuda en la parroquia de la Sagrada Familia, asistiendo en las necesidades que vayan apareciendo, mientras que Aarón presta sus servicios acompañando al sacerdote Julián Palencia en sus labores diarias.

 

En este acto, como en cualquier otra celebración importante, se requiere de una preparación previa: «Es un poco agobiante, aunque también hay alegría», relata Cristian acerca de todo el proceso, «es como el matrimonio, no sabes cómo va a ir la cosa, siempre hay miedo». También otro aspecto importante en este proceso es el recibimiento de su familia y amigos desde Panamá, puesto que este diácono lleva en Burgos 10 años y quiere mostrarles la ciudad donde ha vivido y madurado en la fe, una ciudad que, según él, «tiene mucha historia y siempre ha estado caracterizada por ser una ciudad de misioneros».

 

En cuanto a la labor principal que van a adoptar, cuentan que, haciendo referencia al arzobispo, «los presbíteros no son solterones, se deben a la Iglesia, ella es su esposa», es decir, que al igual que Jesucristo es el esposo de la Iglesia, también lo son todos los sacerdotes, por lo que tienen que estar a su servicio, y eso es algo que se aprende a hacer y para lo que se tienen que preparar.

 

Al hablar de su experiencia de vida y de fe narran cómo «cada vez se ve más en la sociedad lo que de verdad se necesita», y es por eso mismo que «la Iglesia necesita de personas santas y también de presbíteros santos», dice Aarón. Así recalca la responsabilidad que tienen todos los cristianos, afirmando que esa misión da «un poco de temor», pero que aun así «con el Señor siempre hay esperanza porque la obra la lleva Él, la Iglesia la lleva Él, no la llevamos nosotros».

 

Ambos diáconos cuentan que el camino que han recorrido hasta llegar a la ordenación «no ha sido fácil», puesto que han tenido que salir de su país, dejar a su familia y amigos y abandonar su vida anterior, pero que pese a esas dificultades saben que están «haciendo lo correcto». «El Señor te pone ciertas dificultades que tienes que ir pasando, pero eso también te va ayudando a ti como persona, te va ayudando a crecer, a madurar, a ver la voluntad de Dios en tu vida», relatan.

 

Por último, en relación a cómo vieron cuál era la voluntad de Dios para su vida, ambos cuentan que, a pesar de las vidas tan diferentes que habían tenido, habían podido ver y experimentar el amor de Dios en muchas situaciones. Por ello, estando en medio de un encuentro Neocatecumenal sintieron que «aquello que se nos había predicado era verdad» y que el Señor les llamaba para algo más, por lo que, confiando en su palabra dijeron «hágase tu voluntad», como dijo la Virgen María.