El acuerdo entre el Arzobispado de Burgos y la Diputación Provincial para restaurar templos en riesgo de ruina -conocido popularmente como «convenio de las goteras»- alcanza este año a 52 iglesias de la provincia. En ellas se van a invertir 2,6 millones de euros entre los dos próximos años, de los que la archidiócesis pondrá 600.000. A eso hay que sumar el desembolso que hacen los ayuntamientos y, especialmente, las parroquias. Y es que el convenio de las goteras solo cubre el 80 % de los proyectos de restauración, corriendo a cargo de los consistorios y las comunidades parroquiales el 20 % restante.
La resolución del convenio ha llegado ahora, aunque la convocatoria para recibir esta subvención se cerró en septiembre de 2023, con 168 candidaturas de iglesias que necesitan recibir fondos para su restauración. No ha sido fácil seleccionar qué templos si reciben el dinero y cuáles no, aunque los criterios están claros: se opta a la subvención en un régimen de concurrencia competitiva, con una serie de puntuaciones que valoran la necesidad o urgencia de la obra, el valor histórico-artístico del templo, la implicación de la localidad y el uso social del inmueble.
Entre los templos que recibirán esta ayuda se encuentran, entre otros, el de Sedano, con un proyecto de 153.333,33 euros, de los que 92.000 serán de subvención (la cuantía máxima que ofrece el convenio), o los de Castrillo de Murcia, Hermosilla, Bezana, Penches, Pino de Bureba, Bárcenas, Quintana del Pidio y Villambistia, que también recibirán una subvención de 92.000 euros sobre un presupuesto de 115.000.
Precisamente, el caso de la iglesia de Hermosilla es el ejemplo ideal de la utilidad de este convenio. Desde 2021, este templo románico dedicado a santa Cecilia se encuentra cerrado al público y al culto por riesgo de derrumbe. Un riesgo debido a las grietas surgidas en los muros y los daños en las bóvedas interiores, que amenazan con desprendimiento de piedras. Ahora con la subvención del convenio de las goteras, el templo podrá tener una nueva vida.
Consulta aquí la relación completa de localidades beneficiadas por el Convenio.
El grupo ‘Cartel’ recupera la representación de la Pasión, que este año vuelve a la programación de la Semana Santa de Aranda de Duero después de cuatro años de ausencia por la pandemia. Este grupo de teatro, cuyos orígenes se asocian a la comunidad claretiana ribereña, comenzó en 2007 a recrear las escenas de la Pasión en la víspera del Domingo de Ramos, un hueco que recuperará este año el sábado de Dolores, la noche del 23 de marzo, como pórtico y anticipo de las celebraciones que se sucederán durante la semana siguiente.
Con su montaje, el director de ‘Cartel’, Valentín Martín, quiere evitar el «morbo y el latigazo» tan típicos de estos montajes en pro de un espectáculo «más íntimo», donde destacan los diálogos entre Jesús y su madre o el monólogo de Judas cuando expresa sus sentimientos después de haber entregado a la muerte a Cristo. «Uno se mete en la mente de estos personajes y se preguntaría qué haría» ante esas situaciones, explica el dramaturgo. «Quiero llegar a la gente a través de esos sentimientos», subraya.
Martín logra de esta manera un espectáculo en el que la palabra, la imagen y la música se combinan para narrar los episodios centrales de la pasión y resurrección de Jesús y consiguen provocar un clima de intimidad. Unas setenta personas participan en este montaje en el que se incluye la interpretación de ocho piezas musicales en directo a cargo de agrupaciones y artistas de Aranda de Duero y la Ribera.
Aunque la representación de la Pasión se llevará a cabo en el auditorio del Centro Cultural Caja de Burgos de la plaza del Trigo, el grupo ‘Cartel’ hará un guiño a las primeras representaciones que se llevaron a cabo en la calle, con un breve comienzo en la plaza de Santa María, desde donde se acudirá en procesión hasta el auditorio. El importe de las entradas, de 8 euros, se destinará íntegramente a Cruz Roja.
Además de su tradicional Operación Bocata –que ha cumplido ya 25 ediciones– y las habituales colectas que se han realizado días atrás en las parroquias de toda la archidiócesis, Manos Unidas pone en marcha un año más su popular mercadillo solidario. Abrirá sus puertas el próximo viernes día 15 y se prolongará hasta el 24 de marzo. Se ubicará en la sala de exposiciones del monasterio de San Juan de la capital burgalesa en horario de 11:30 a 13:30 por las mañanas y de 17:30 a 20:30 por las tardes. Los domingos abrirá sólo de 11:30 a 13:30 y cerrará los lunes.
Como explica Cristina Romano, responsable de esta ONG católica en Burgos, el objetivo de este mercadillo es recaudar fondos con los que construir un proyecto solidario en Tanzania. Se pretende mejorar el acceso al agua potable, principalmente en épocas de sequía, recogiendo agua de lluvia, almacenándola en depósitos especiales y derivándola con bombas y canalizaciones hacia zonas de consumo humano.
Este mercadillo se basa en el reciclaje y la reutilización. «Muchos de los artículos que se venden son donados y así tienen la posibilidad de una segunda vida útil», explica Romano. Con este gesto, queda patente el lema de la campaña de Manos Unidas para este año 2024, «el efecto ser humano», pues es el único «capaz de cambiar el planeta con sus acciones», para bien o para mal.
En los puestos de este popular mercadillo solidario se venderán pastas artesanas además de otros alimentos, ropa, complementos, libros, regalos y juguetes. También se habilitará una sección con obras donadas por distintos artistas burgaleses. «Agradecemos a todas las personas que hacen posible este mercado y ayudan a financiar nuestros proyectos», que siempre buscan la mejora de las condiciones de vida en países en vías de desarrollo, donde las comunidades locales se implican en la consecución de los mismos, concluye Romano.
Este martes, 12 de marzo, se ha presentado, en un acto celebrado en la capilla de los Condestables de la Catedral, la programación de la Semana Santa de Burgos 2024. Una edición que trae novedades como la incorporación de dulzaineros a una de las principales procesiones, entre otras.
Al acto, presidido por el arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, y presentado por el vicepresidente del Cabildo Metropolitano y abad de la Semana Santa, Agustín Burgos, han acudido el vicealcalde de la ciudad, Fernando Martínez-Acitores, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Roberto Sáiz, y el presidente de la Junta de Semana Santa de Burgos, Luis Manuel Isasi.
En su intervención, el arzobispo de Burgos ha pedido a los cofrades que no se desanimen y ha pedido a la gente de Burgos vaya a las procesiones, pero no solo al principio, sino durante todo el recorrido. Mons. Mario Iceta también ha señalado que los desfiles procesionales son «un recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo». Y, en ese sentido, ha recordado que las procesiones no pueden entenderse como actos aislados, sino que nacen «de lo que se celebra esos días».
El arzobispo también ha animado a los organizadores a continuar con su importante labor al frente de la Semana Santa burgalesa y ha reclamado que se defienda «la identidad propia de la Semana Santa castellana» y, en concreto, burgalesa, evitando emular tradiciones ajenas a las costumbres de esta tierra.
El acto ha concluido con la entrega de los premios XXIV Concurso Fotográfico sobre la Semana Santa en Burgos 2023, con los que la Junta de Semana Santa ha querido reconocer el inmenso trabajo de los fotógrafos, muchos de ellos no profesionales, que dedican su tiempo a captar la esencia de los misterios que se celebran durante estos días.
El salón de Caja Círculo se ha quedado pequeño para acoger a los más de 800 alumnos que han secundado la llamada de Escuelas Católicas para celebrar su jornada en Burgos. Un día para festejar «lo que somos y las infinitas posibilidades que nos oferta el futuro» y que los colegios de titularidad eclesiástica afrontan con optimismo.
Representantes de los casi 19.000 alumnos y más de 1.700 docentes que configuran estos centros –en Burgos 29– han leído un manifiesto en el que han dejado constancia del trabajo que realizan de forma conjunta. «Somos un proyecto educativo fundamentado en la educación de calidad y en valores cristianos destinados a una formación integral y completa, donde la educación va más allá de las aulas», se ha leído en un manifiesto. «Juntos construimos un futuro en el que cada alumno pueda alcanzar sus sueños, guiados por los valores comunes del evangelio y un compromiso firme con la calidad y la excelencia educativa».
Al acto ha acudido el director provincial de educación, José Antonio Antón Quirce, quien ha aplaudido la labor realizada en estos colegios, donde estudia el 34% del total del alumnado de la provincia. «Es un tipo de escuela que enseña en valores, que te enseña a caminar en la vida, a construir tu futuro; no sólo a estudiar y a saber de matemáticas, de física, de ciencias naturales o de lengua española, que también, sino a construir otras cosas que tiene que haber en nuestra persona para ser mejores y ofrecer más a la gente», ha explicado al micrófono. Por su parte, Leandro Roldán, presidente de Escuelas Católicas en Castilla y León, se ha felicitado de tener «un proyecto común, una escuela basada en la innovación, el compromiso y los valores cristianos».
Hace dos años que la patronal que integran las escuelas de titularidad católica celebran este día. Si en 2022 y 2023 lo hicieron al aire libre, esta vez han evitado el frío en un acto festivo, que ha contado con la música del grupo «SUM», de alumnos del colegio Niño Jesús. La celebración continuará a las 18:00 horas de esta tarde, con una conferencia para docentes impartida por Javier Cortés, también en el salón de actos Fundación Caja Círculo. La charla «Inteligencia artificial: retos, desafíos y oportunidades para la escuela» servirá para conmemorar este día y aprender sobre los últimos avances del mundo educativo.