El cardenal Cañizares a las religiosas de Iesu Communio: “Valencia se enriquece mucho con vosotras; estáis en vuestra casa”

por administrador,

 

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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha agradecido al instituto de vida consagrada Iesu Communio su llegada a la diócesis de Valencia, en la que establecerá su primer monasterio fuera de la diócesis de Burgos, donde fueron fundadas. En una misa de acción de gracias celebrada con ese motivo en la catedral de Valencia esta tarde, completamente abarrotada, el cardenal Cañizares ha recordado que “es la primera vez que salís de Burgos, pero seguís estando en vuestra casa: esta diócesis os quiere, os recibe con los brazos abiertos y se enriquece mucho con vosotras”.

 

En la eucaristía han participado las más de doscientas religiosas de vida contemplativa de Iesu Communio, con su fundadora a la cabeza, la madre Verónica Berzosa. Junto al cardenal Cañizares han concelebrado el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid; don Francisco  Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos; don Esteban Escudero, obispo auxiliar de Valencia; y otros cerca de cincuenta sacerdotes. Igualmente, han tomado parte más de dos mil fieles, que han llenado completamente la seo valentina.

 

En su homilía, el arzobispo de Valencia ha destacado la importancia de la vida contemplativa para la Iglesia y para el mundo, ya que a través de ella “se refleja la presencia de Dios”. Tanto es así que ha asegurado que “no hay evangelización sin contemplación”, que “la Iglesia o es contemplativa o no será” y que las religiosas que desarrollan este tipo de vida prestan “uno de los mayores servicios que se pueden prestar a la sociedad de hoy, mostrar a Dios”, ya que “un mundo sin Dios, como en esta sociedad secularizada, se convierte en asfixiante para el propio hombre”.

 

El cardenal Cañizares ha subrayado también la tarea evangelizadora de Iesu Communio entre los jóvenes y ha pedido precisamente a los jóvenes que se acerquen al monasterio que el instituto religioso abrirá en Godella “sin miedo y sin prejuicios”, así como al resto de conventos de vida contemplativa que hay en la diócesis de Valencia.
Mensaje de don Fidel

Al término de la eucaristía, se ha dado lectura de una carta que ha escrito el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, que no ha podido acudir a la celebración por encontrarse en la ciudad presidiendo el Consejo diocesano de Pastoral. En la misiva, ha expresado a las religiosas su convencimiento de que “sois un muy especial don para la vida de la Iglesia” y ha pedido a Dios que “siga derramando abundantemente su amor y vida sobre todas y cada una de vosotras”, para que “continuéis siendo gozosa bendición para la gloria de Dios, precioso regalo para la Iglesia y, desde esta, don especialmente valioso para el bien de la sociedad”.

Agradecimiento y petición
Al finalizar la eucaristía, la madre Veronica Berzosa se ha dirigido a todos los participantes para agradecer a la diócesis de Valencia y a su arzobispo su acogida [leer el texto completo]. «Me consta y emociona que nuestro Cardenal don Antonio Cañizares pidió a nuestra Madre de los Desamparados la presencia de Iesu Communio en la diócesis de Valencia», ha señalado la madre Veronica. Además, «se también de tantos que durante años os habéis arrodillado ante la Madre pidiendo por nosotras para que esta fundación se hiciera posible. Son vuestras manos juntas las que nos han traído hasta aquí «

 

Sobre el que será su futuro  monasterio en Godella, que han visitado las 200 religiosas de la congregación esta mañana, ha señalado que «nuestras  puertas estarán abiertas sobre todo a tantos jóvenes desorientados, en la primavera de su vida, por la falta de Cristo».

 

«Estamos deseando peregrinar en esta tierra, pero tenemos aún trabajo por delante: reconstruir el interior del monasterio y también preparar los lugares de acogida para todos los que deseéis compartir con nosotras la oración, el testimonio de la vida y de fe», ha añadido. Con todo, «deseamos estar lo más pronto posible entre vosotros y, aunque no disponemos de grandes recursos, confiamos a la providencia de Dios esta obra… Es fácil confiar cuando nunca nos ha faltado nada para el camino».También ha agradecido la labor de las Salesas en lo que ha sido hasta ahora su monasterio en Godella. «Ojalá sepamos tomar el relevo del fuego que nuestras hermanas Salesas mantuvieron durante tanto tiempo en esta tierra»

 

Ha concluido entregando al cardenal un ramo de doce rosas rojas para que «lo haga llegar a la Virgen de los Desamparados rindiendo mi vida y la de mis hermanas a los pies de Jesucristo».

 

Fotos: A. Sáiz / AVAN
Texto: AVAN (Archidiócesis de Valencia) · Delegación MCS Archidiócesis de Burgos

Palabras de la madre Verónica en la misa de acción de gracias por la nueva fundación en Godella

por administrador,

 

Creo que empiezo a entender la pujanza y la alegría que irradia la Iglesia de Dios que peregrina en Valencia, lleváis en vuestras entrañas una Madre, un nombre grabado: hijos de la Virgen de los Desamparados. Sin duda, os sentís seguros en brazos de quien siempre escucha vuestras súplicas.

 

El día 8 de mayo pudimos participar en la celebración de la Eucaristía en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, en ella percibí un ambiente ungido que me invitó a arrodillar el corazón, todavía tembloroso ante la decisión que debíamos tomar. La mirada de la Madre expresaba: “Haced lo que Él os diga”. Subí a la capilla de los confesionarios y me quedé clavada ante el Cristo crucificado y abandonado que grita su sed: que ninguno se pierda; su sed extrema: que todos conozcan el don de Dios. ¡Es impresionante ese Cristo roto por amor!… y enmudecí. Entré con dudas a la Basílica y salí con el sí confiado, el hágase de la Madre en el corazón y consciente de que donde se planta una cruz brotará una fuente.

 

Me consta y emociona que nuestro Cardenal D. Antonio Cañizares pidió a nuestra Madre de los Desamparados la presencia de Iesu Communio en la diócesis de Valencia. Sé también de tantos que durante años os habéis arrodillado ante la Madre pidiendo por nosotras para que esta fundación se hiciera posible. Son vuestras manos juntas las que nos han traído hasta aquí. Nosotras también queremos ser dignas hijas de esta Madre y de esta Iglesia que peregrina en Valencia y que hoy nos acoge.

 

Nos hemos puesto en camino… suplicando la audacia de la fe a la que invita el Papa Francisco: “Dejaos guiar por el Espíritu Santo. No tengáis miedo de los riesgos, como Él no tuvo miedo. Docilidad al Espíritu, amor a la Iglesia y adelante… el Señor hará todo” (Palabras del Santo Padre Francisco con motivo de la peregrinación de la diócesis de Bérgamo, 3.6.2013).

 

De nuevo me vienen al corazón las palabras-guía de la Madre Teresa, tan claves en el peregrinar de Iesu Communio: “Cuando Dios quiere algo, es fácil e imparable; cuando Dios no lo quiere, es imposible”. ¡Que es ‘imparable’ lo que Dios quiere, no hay duda! Incansable se ha manifestado en el empeño de D. Antonio, capaz de mover montañas, ¡y también casas! Gracias, padre.

 

Desde el año 2000 pensábamos en una posible fundación. Ha sido una búsqueda larga y esperanzada, pero también sufriente, porque no veíamos que se pudiera hacer realidad, hasta llegar incluso a pensar que el Señor de momento no quería ese paso. Pero el día 9 de diciembre de 2016 el Cardenal D. Antonio Cañizares, que nos conocía desde hace años, me llamó para comunicarme que las hermanas Salesas dejaban un 2 Monasterio en Godella, y que él pensaba que podía servir a nuestra forma de vida; el Monasterio estaba en venta o quizá también se podría alquilar. Le contesté: “Padre, no podemos comprar, no tenemos medios; y alquilar, con bastante dificultad. Pero, por si acaso, me podría poner en contacto con la Madre de las Salesas”. El Cardenal Cañizares me respondió: “No, no hagas nada, espera, ya te diré”. Y os confieso que en el fondo me dio descanso. Pasaron más de dos meses y entonces pensé: “El Cardenal se habrá olvidado de ese tema o no resulta viable”. Pero el 28 de febrero de 2017 me volvió a llamar para decirme con voz muy alegre: “Ya está, Madre, el Monasterio de las Salesas es del Arzobispado. Si lo queréis, os lo podemos ceder”. Una llamada ya inesperada; y en mí, un corte de respiración. Muy pronto fuimos a visitar el Monasterio; nos acompañó el Cardenal D. Antonio Cañizares quien, con firmeza y ternura, me repetía: “Venid, esta diócesis espera a Iesu Communio. Venid, os esperamos”. Yo callaba, pero en mi interior se levantaban inquietudes que a él no le pasaban desapercibidas.

 

Muchos sabéis que desde hace años soñábamos con venir algún día a esta querida diócesis, pero la hora de Dios solo la marca Dios.

 

Una vez más el Señor nos ha tomado de la mano, y con todo el corazón queremos seguirle. Seguir al Maestro… este es el gran aprendizaje de un discípulo de Cristo. Todo consiste en no hacer planes propios, sino en desear los suyos. Seguir al Maestro, porque… si caminamos delante de Él, lo perdemos de vista y entonces se desdibuja el Camino, la Verdad y la Vida. Tampoco procede ponerse ‘al lado’, Él es el Señor, ¡cómo pretender un diálogo de iguales! Solo cabe seguirle, ir detrás… para que Él y su designio sean abrazados en la nitidez y claridad con que se nos ofrecen.

 

Que lo de Dios es imparable, ¡sin duda!; pero lo de ‘fácil’ me costaba creerlo… Queridos padres y hermanos todos, nos habéis abierto las puertas y el corazón entero, y habéis preparado con tanta oración y cariño esta aventura de Dios que ‘hasta nos ha sido fácil’ tomar la decisión. Aunque ‘fácil’ no quiera decir que no conlleve cruz.

 

Tantos se preguntan hoy dónde están los cristianos; nosotras estamos siendo testigos de que el fuego de Jesús sigue ardiendo en tantos creyentes. Nos sentimos arropadas, queridas, apoyadas… y se nos regala el espectáculo de ver hecha realidad la experiencia de las primeras comunidades cristianas: “El grupo de los creyentes vivían unidos, tenían un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba propio a lo suyo, pues lo poseían todo en común. Cuanto tenían, lo ponían a los pies de los discípulos”.

 

Ayudadnos, deseamos aprender y servir con el carisma recibido del Espíritu Santo. Nuestra comunión quiere ser templo donde, en adoración, se custodie la presencia del Dios vivo, se ame al Esposo con todo el ser, y arda día y noche la oración continuada que acoge y abraza el dolor, el sufrimiento y la esperanza de todos los hijos que Dios nos confía. Nuestra comunión quiere ser casa encendida para todos los que tenéis sed; posada donde el Buen Samaritano siga otorgando salud, reposo, ánimo, esperanza, fortaleza para emprender, continuar o retomar el camino de la fe. Y sobre todo, nuestras puertas estarán abiertas a tantos jóvenes desorientados, en la primavera de su vida, por la falta de Cristo.

 

Estamos deseando peregrinar en esta tierra, pero tenemos aún trabajo por delante: reconstruir el interior del Monasterio y también preparar los lugares de acogida para todos los que deseéis compartir con nosotras la oración, el testimonio de la vida y de fe. Deseamos estar lo más pronto posible entre vosotros y, aunque no disponemos de grandes recursos, confiamos a la providencia de Dios esta obra… Es fácil confiar cuando nunca nos ha faltado nada para el camino.

 

No puedo dejar de agradecer a tantos obispos que, con gran generosidad y cariño, nos habéis ofrecido lo que teníais en vuestras diócesis, ¡el Espíritu seguirá abriendo caminos!, porque “donde actúa el Espíritu Santo hay futuro”, como afirma el Papa Benedicto XVI.

 

Gracias a todos los que nos amáis, gracias a la Alcaldesa y a la Corporación municipal de Godella; gracias a cuantos habéis hecho posible este día, y… lo que aún esté por venir. Y ojalá sepamos tomar el relevo del fuego que nuestras hermanas Salesas mantuvieron durante tanto tiempo en esta tierra.

 

Le ruego, padre, que haga llegar a la Virgen de los Desamparados este ramo de doce rosas rojas rindiendo mi vida y la de mis hermanas a los pies de la Madre. “Jesucristo, nuestro inseparable vivir, en comunión hágase tu voluntad”.

 

¡Vixca la Mare de Déu, Mare dels Desamparats, la nostra Geperudeta!

Mensaje de unión al Instituto Pontificio Iesu Communio al inicio de su recorrido en Valencia

por administrador,

 

Muy querida Comunidad Iesu Communio:

 

Doy muy sentidas gracias a Dios, uniéndome a la celebración de la Eucaristía con la que se inicia vuestro recorrido en esa querida Iglesia diocesana en Valencia.

 

Confiado en el Espíritu de Dios, me siento con firme y claro convencimiento de que sois un muy especial don para la vida de la Iglesia.

 

Todas vosotras, abiertas a la acción de Dios y entregadas en amor total a Él, estáis manifestando en vuestras vidas la presencia cercana y transformadora de su Espíritu.

 

Quiero evocar, porque para mí vienen al caso, aquellas palabras del libro de Jeremías: «¿Qué ves Jeremías?», pregunta el Señor; «Veo una rama de almendro», contesta el profeta; y dice el Señor: » Bien has visto, porque Yo velo, para cumplir mi palabra» (Jer 1, 11-12). Hoy vemos también que algo nuevo florece, como una rama de almendro, en otra tierra. El Señor vela y cumplirá fielmente sus promesas que son siempre gracia y misericordia. Y la rama, con su ayuda, dará abundante fruto para su gloria y alabanza, y para bien de la misma tierra donde ahora florece.

 

Un acto diocesano ineludible me impide estar hoy personalmente presente en esa celebración eucarística. Contad, no obstante, con mi unión espiritual y con la comunión de la Iglesia que peregrina en Burgos.

 

Confío poder acompañaros cuando iniciéis la vida concreta de Comunidad en esas bellas tierras valencianas.

 

Mi abrazo muy cordial y fraterno a mis queridos hermanos y amigos el Cardenal Antonio Cañizares y sus Obispos Auxiliares.

 

Pido a Dios que siga derramando abundantemente su Amor y su Vida sobre todas y cada una de vosotras, para que continuéis siendo gozosa bendición para la gloria de Dios, precioso regalo para la Iglesia y, desde ésta, don especialmente valioso para el bien de la sociedad.

 

                                                                       Burgos, 10 de junio, 2017

+ Fidel Herráez Vegas

Arzobispo de Burgos

 Custodio Eclesiástico del Instituto Iesu Communio

Éxito de participación en la segunda edición del torneo San José

por administrador,

 

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La segunda edición del Torneo de Fútbol San José ha sido un éxito. Después de la acogida que tuvo su puesta en marcha el año pasado, hoy han sido numerosos los niños, adolescentes y jóvenes que han secundado la llamada de la delegación de Pastoral Vocacional y han participado en esta pequeña competición. Más de cien asistentes venidos de parroquias y movimientos de la ciudad y provincia han pasado la jornada entre partidos de Fútbol 7, baloncesto, chapuzones en la piscina del Seminario y momentos de convivencia y oración.

 

Tras la conclusión del resto de ligas y campeonatos que se organizan en la provincia durante el curso, la delegación de Pastoral Vocacional ofrece esta iniciativa para dar a conocer el Seminario y educar en los valores del deporte desde el punto de vista cristiano. Después de varias eliminatorias bajo un sol abrasador, ha ganado el campeonato el equipo «Casta», formado por varios jóvenes de las comunidades del Camino Neocatecumenal. En segunda posición han quedado los «Quebrantahuesos», del colegio Círculo Católico, mientras que la medalla de bronce ha sido para los «KRVS», del colegio Blanca de Castilla. Además, han participado otros jóvenes procedentes de la parroquia de San Cosme y San Damián, Seminario, colegio Liceo Castilla, amigos del colegio Concepcionistas y participantes de parroquias de Aranda, Miranda y Briviesca.

 

Antes de la entrega de premios, los deportistas han participado en un momento de oración con exposición de Santísimo, donde se ha bendecido cada uno de  los equipos y se han firmado los balones oficiales del campeonato. El arzobispo, don Fidel Herráez, también ha querido saludar a los participantes en esta peculiar liguilla de fútbol.

El consejo diocesano de pastoral revisa los itinerarios de iniciación cristiana

por administrador,

 

El consejo se ha desarrollado en el Seminario de San José.

El consejo se ha desarrollado en el Seminario de San José.

 

El Seminario diocesano de San José ha acogido esta mañana la última sesión ordinaria del curso del Consejo diocesano de Pastoral. La reunión, presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez, ha servido para reflexionar sobre la marcha de los itinerarios de iniciación cristiana, así como de revisión y evaluación de la implantación del plan diocesano de pastoral «Discípulos misioneros».

 

Tras haber analizado en las últimas reuniones el contexto social en el que la diócesis realiza su misión y los procesos formativos que en ella se desarrollan, la sesión de hoy supone un proceso de discernimiento sobre los itinerarios de iniciación cristiana.

 

A raíz de las diversas aportaciones que han enviado varias parroquias de la ciudad y provincia, el Consejo ha conocido sus sugerencias y ha reflexionado sobre la dinámica que debería seguir la catequesis de cara al próximo curso. En este sentido, y tras un trabajo en grupos, el Consejo ha sugerido que los procesos de iniciación deberían ser en el futuro más vivenciales, capaces de introducir a los catequizandos a la vida de la comunidad parroquial donde reciben los sacramentos del bautismo, la eucaristía y la confirmación. También se aboga por implicar a las familias en los procesos formativos y consensuar la edad mínima para recibir la confirmación.

Plan pastoral

Tras un descanso a media mañana, la última sesión del Consejo ha evaluado la puesta en marcha del plan diocesano de pastoral «Discípulos Misioneros». Se ha constatado la buena recepción e implantación del mismo en parroquias, delegaciones y organismos, a la vez que se ha sugerido implementar aspectos que aún no se han consolidado. La reunión ha concluido con una reflexión sobre las acciones a seguir en el comienzo del próximo curso pastoral.