«Vivir la Navidad en África es un regalo de Dios»

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Jorge López llegó a Zambia en 2012 y, aquel año, todo fue una novedad para él. Desde que estaba en el Seminario, su corazón sentía que tenía que marchar a la misión y, tras servir en varias parroquias de Burgos y algunos pueblos, marchó a sembrar el evangelio en África.

 

Recién llegado a la localidad Kasempa, vivió allí su primera Navidad lejos de su familia. Junto a los chavales de la parroquia adornaron la iglesia y pusieron un sencillo belén. «Me llamó la atención cómo colocaban las figuras: según caían, sin orden ni concierto: María con la mula; el ángel más que anunciar, perecía un pastor. Lo de poner el belén no era lo suyo…», recuerda con simpatía.

 

Ahora, en la parroquia rural que atiende en Mufumbwe, la celebración de estas fiestas es muy distinta. «Los niños y niñas están preparando el belén viviente que representarán antes de la misa de gallo y ensayan villancicos en inglés, kaonde, bemba… El día de Navidad después de la eucaristía nos juntamos toda la comunidad para tomar munkoyo», una bebida tradicional. Además, durante estos días también preparan sencillos regalos y visitan una pequeña prisión cercana «para rezar juntos y dar muchos ánimos» a los que allí están privados de libertad.

 

Estar lejos de casa en estas fechas también es costoso. Este sacerdote diocesano de 46 años asegura que echa de menos familia y amigos, las uvas, la noche de Reyes y las demás tradiciones «que tenemos tan adentro». De ahí que reciba con ilusión una llamada, un sms o una postal durante los días de Navidad. A pesar de la lejanía, Jorge ha encontrado allí otra familia con la que compartir estos días tan especiales: «Los curas del arciprestazgo de Kasempa nos juntamos a cenar una noche y les encanta que cantemos nuestros villancicos. Además, los compañeros del IEME –el instituto español de misiones extrajeras, del que es miembro– preparamos un encuentro para intercambiar sencillos regalos y desearnos feliz Navidad y año nuevo».

 

Jorge afirma que «esperar, preparar y vivir la Navidad en África es un regalo de Dios. Tocar la sencillez de nuestro Dios, acompañar a nuestra gente para que descubran quién es Jesús y qué significa Belén» es su razón de ser. Allí, las tradiciones son muy distintas a las de España. No hay cenas de empresa, ni siquiera la cena de Nochebuena. Sin embargo, a Jorge le gustaría exportar a nuestro país un poquito de aquella Navidad: «El gozo que muestran los africanos por Jesús (Mupulushi–Salvador) que está con ellos y que vive con ellos; y la sencillez de estos días, donde la principal decoración es su vida, su testimonio y su lucha por un mundo más fraterno y justo».

Una charla para denunciar las injusticias que viven los migrantes

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La Asamblea General de Naciones Unidas declaró en 2000 el día internacional del Migrante, «alentada por el creciente interés de la comunidad internacional en proteger efectiva y plenamente los derechos humanos de todos los migrantes, y destacando la necesidad de seguir tratando de asegurar el respeto de sus derechos humanos y sus libertades fundamentales».

 

Con este motivo, la Plataforma Burgos con las Personas Refugiadas, de la que forma parte Cáritas, organizó ayer por la tarde una charla en el Foro Solidario de Caja de Burgos, en la que se pudieron escuchar los testimonios de dos de sus integrantes, Pilar Gutiérrez y Benilde Hernández. La exposición giró en torno a su experiencia, el verano pasado, en la caravana «Abriendo Fronteras en Melilla», a través de la cual pudieron denunciar en persona, junto con cientos de asistentes de diversas ciudades de España, la situación de injusticia que padecen los migrantes forzosos. El Foro albergará también, hasta enero, una exposición sobre este mismo tema, organizada por Amnistía Internacional.

La Universidad de Burgos muestra en la Catedral un belén en realidad virtual

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Desde la pasada semana y hasta el 6 de enero, la Universidad de Burgos muestra en el claustro bajo de la Catedral un Portal de Belén en realidad virtual, como complemento para los visitantes del Belén Monumental del Regimiento de Transmisiones 22.

 

Mediante esta experiencia los usuarios visualizarán, con unas gafas de realidad virtual Oculus Rift  diferentes escenarios inmersivos, guiados por una locución que narra la historia de la Natividad. El visionado es de cuatro minutos.

 

La aplicación ha sido desarrollada por estudiantes, docentes e investigadores de la Universidad de Burgos de manera voluntaria, coordinados desde UBUespacio. El equipo 3DUBU cuenta con una amplia experiencia en aplicaciones de realidad virtual para diferentes ámbitos: patrimonio, industria, divulgación científica, educación…

 

Los visitantes –que se estima alcanzarán la cifra de 30.000 a lo largo de todas las fiestas– serán asistidos por dos becarios que les explicarán cómo ponerse las gafas y atenderán sus dudas o problemas, facilitando el tránsito de los participantes.

 

El rector de la Universidad de Burgos, Manuel Pérez Mateos, acompañado de parte del equipo rectoral y del Regimiento de Transmisiones, visitó el pasado viernes la instalación.

Monseñor Dominique Banlene: «Trabajamos para asegurar lo que los misioneros nos han dejado»

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Monseñor Dominique Banlene Gugbile, junto con los misioneros burgaleses José Antonio Arroyo (izq.) y Ramón Delgado (dcha.).

 

Monseñor Dominique Banlene Guigbile, obispo de la diócesis de Dapaong, en Togo, ha visitado estos días la diócesis de Burgos para agradecer la labor de los misioneros José Antonio Arroyo y Ramón Delgado en su país, y agradecer al arzobispo don Fidel Herráez la colaboración misionera.

 

Don Dominique cuenta que se bautizó con diez años, algo poco usual porque los niños en su país suelen bautizarse antes de los cuatro años. «El motivo es que mi padre se convirtió y tras realizar la catequesis y bautizarse, se decidió bautizar a toda la familia». Tras el bautismo, empezó a ir a la escuela, donde vino un misionero con el objetivo de impartir catequesis a los chicos de trece años que no estaban bautizados. «Como estos chicos eran mis amigos, se metí también en la catequesis». Ya con 21 años decidió que quería ser sacerdote, y es entonces cuando a través de su párroco conoce a un hermano de La Salle que le permitirá formarse en el colegio de esta institución que hay en Togo. Se ordenó el 30 de diciembre de 1992 y se marchó a Estrasburgo donde realizó los estudios de antropología, para después volver a la diócesis de Dapaong.

 

Convivencia entre religiones

 

La diócesis de Dapaong es muy joven, teniendo en cuenta que el 80% de la población en África tiene menos de 25 años, y los católicos concentran la mayoría de estos jóvenes, ya que la religión tradicional, «que es la más numerosa», la practican sobre todo los más mayores, que ya no van a convertirse. Esta religión tradicional es de práctica familiar y culto a los antepasados, y contrariamente a lo que se piensa es monoteísta. Los antepasados son considerados intermediarios ante el ser supremo. «Son los jóvenes los que van a la iglesia. En la diócesis hay unos 860.000 habitantes, de los cuales 102.300 son católicos. Religión tradicional es practicada por el 53% de la población, mientras que hay un 33% de cristianos y el 14% son musulmanes», resume monseñor Dominique. La juventud presenta uno de los principales desafíos que su diócesis debe abordar: «Viendo la cantidad de jóvenes y niños que llenan los templos, hay que invertir en ellos porque son el futuro de la Iglesia, pero en esa formación falta estructuración y referencias». Es tan importante la juventud y su formación que este año pastoral en Dapaong se centra precisamente en los jóvenes, bajo el lema «La Iglesia a la escucha de los jóvenes, los jóvenes al servicio de la Iglesia». Don Dominique explica que «se trabaja para saber qué quieren los jóvenes e invitarles a tomar responsabilidades dentro de la Iglesia, a servir en lo que ésta necesita. Se preparan diversas acciones dirigidas a los jóvenes en la diócesis y que hemos preparado entre todos los obreros del Evangelio: sacerdotes, religiosos, catequistas, etc.».

 

Otra de las peculiaridades que presenta Dapaong es la convivencia  que se da entre las religiones antes mencionadas, «por lo tanto, el diálogo interreligioso es una de nuestras prioridades», expresa don Dominique. «Para la diócesis es una gran alegría la armonía que hay entre las tres religiones y cómo interactúan en diversas actividades. Este diálogo no sólo es necesario, sino también obligatorio, ya que ninguna familia es enteramente cristiana: dentro de una misma familia se pueden encontrar con facilidad miembros de las tres religiones, que se juntan para comer y para realizar cualquier otra actividad de la vida cotidiana. Así, este diálogo no solo se hace a nivel jerárquico, sino en la vida diaria».

 

Asentar la labor misionera

 

Especialmente orgulloso se muestra con la confraternización que hay entre los musulmanes y los cristianos. «La relación es muy buena. Hay respeto mutuo y convivencia pacífica y colaborativa. Como ejemplo, la carta de felicitación que los musulmanes envían a los cristianos cuando se celebra la Navidad. Y a la inversa, el obispo escribe y envía una felicitación a  los musulmanes cuando estos celebran sus fiestas más importantes, el Tabasqui y el Ramadán». Además, monseñor Dominique recibió la felicitación y los rezos por parte del responsable de los musulmanes y de su comunidad musulmana cuando fue ordenado obispo, y no dudaron en ofrecer un novillo y cinco sacos de arroz para celebrar la buena noticia.

 

Estos no son los únicos retos que debe abordar como obispo, ya que también se ha de asegurar el relevo de la Iglesia misionera. «La cuestión es cómo pasar de la Iglesia misionera a la Iglesia local y que este paso sea firme y quede bien asentado, ya que estamos hablando de una una Iglesia muy joven, de poco más de 50 años desde que es diócesis. Fue fundada por misioneros y ha dado muchos frutos en todo este tiempo. Hay bastantes sacerdotes y religiosos y religiosas nativos, catequistas y laicos comprometidos…no hay problema en cuanto al personal y la cantidad de fieles. Pero sí que existe el reto de abordar la formación de las personas, que es algo que necesita su tiempo. En el aire están otras cuestiones en cuanto a lo que los misioneros han aportado y que no sabemos si seremos capaces de asegurar, y es que la evangelización y el desarrollo han ido siempre unidos. Las personas de las localidades esperan que los misioneros sigan trabajando en los mismo que hacían cuando llegaron: construir un pozo o una escuela y además evangelizar. Pero una vez se da el paso a la Iglesia local, ya no se puede actuar exactamente igual, y por eso estamos trabajando en cómo asegurar lo que los misioneros nos han dejado y como desarrollarlo para hacerlo nuestro». Y es que los misioneros del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras) que estaban en Togo han ido dejando el país hasta que recientemente se han marchado los dos últimos, por eso se habla de pasar de una iglesia misionera a una iglesia local. y cómo continuar con la labor de la Iglesia una vez que  estos se han marchado.