2018 06 11 lunes: Resumen de prensa

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Actualidad

Mensaje del arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, en Ecclesia:

 

Burgos celebra la fiesta del «Curpillos»:

 

Centenario catedral

 

 

 

 

 

«Gitanos y cristianos», lema de las próximas jornadas de pastoral gitana

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Encuentro de pastoral gitana en 2016.

 

Los próximos días 18 y 21 de junio se celebrarán en la Facultad de Teología de Burgos las jornadas de pastoral gitana. El lema de este año será «Gitanos y cristianos», haciendo referencia la realidad de los diferentes cultos que los gitanos celebran, pero todos ellos enraizados en el evangelio de Jesús de Nazaret.

 

La jornada del lunes 18 de junio comenzará a las 19:00 horas con una mesa redonda en la que intervendrán representantes de las diferentes asociaciones y entidades del colectivo gitano en Burgos representantes de la Unión Gitana, del Secretariado Fundación Gitana, de Promoción Gitana, del grupo de vendedores, de Pastoral Gitana, etc. Todos ellos tratarán de responder a la realidad que ha planteado este colectivo, y que se centran en cuáles son las dificultades y problemas a los que hacer frente, los retos que cada grupo ha identificado y poder realizar sus propias aportaciones a la sociedad, con el compromiso de mantener la identidad en la integración en la sociedad.

 

Además de tratarse estos temas, en esta mesa también se darán a conocer los resultados y los premios del concurso literario que la delegación de pastoral gitana convocó hace unos meses y que se centraba en la realidad del pueblo gitano a través de diversos géneros. La tarde finalizará con un aperitivo en que los participantes seguirán compartiendo sus experiencias y testimonios, y es que, tal y como señalan desde la delegación de pastoral gitana, «hay que aprovechar cada encuentro debido a la dispersión de las familias».

 

Por otra parte, en la jornada del 21 de julio, la capilla de la Facultad de Teología acogerá una eucaristía a las 20:00 horas en la cual se recordará y se celebrará a dos beatos gitanos: Ceferino Jiménez Maya y Emilia Fernández Rodríguez.

Descenso de bodas: «Falta tomarnos en serio las relaciones interpersonales»

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El miedo al compromiso se refleja en el descenso de matrimonios en la provincia.

El miedo al compromiso se refleja en el descenso de matrimonios en la provincia.

 

La contundencia de las estadísticas no deja fuera a una provincia tan tradicional como la nuestra: la cifra de matrimonios ha caído en picado en las últimas décadas, y ello afecta tanto a las uniones civiles como canónicas. En este último caso, los datos son especialmente preocupantes: hoy día, en la diócesis de Burgos, de entre todas las parejas que deciden casarse, no llegan al 40% las que optan por pasar por el altar [ver estadística más abajo]. ¿Qué se esconde detrás de las cifras? ¿La secularización de la sociedad o el miedo al compromiso?

 

Jorge Lara y Laura Pérez son los delegados diocesanos de Familia y Vida. En su opinión, el descenso tanto del número de matrimonios civiles como religiosos responde a lo que el papa Francisco ha llamado «crisis del compromiso comunitario», que tiene su principal exponente en la crisis del compromiso matrimonial. Aumentan los hogares unipersonales, y en Inglaterra crean un «ministerio de la soledad». En la misma línea se manifiesta el vicario judicial adjunto, Donato Miguel Gómez Arce: «Yo creo que nos falta tomarnos en serio las relaciones interpersonales y a eso se le añade una progresiva inmadurez de la sociedad. La sociedad está desestructurada. Y si tú tienes una sociedad desestructurada, una de sus instituciones básicas y elementales, que es la familia, la tienes desestructurada. Es una pescadilla que se muerde la cola.

 

«En sentido positivo, ahora nos encontramos con que el que se quiere casar por la Iglesia, lo hace, y el que no, no tiene que salvar el obstáculo de la presión social o familiar»

 

Como contrapartida, el vicario judicial de la diócesis apunta que se ha producido «una depuración». «Antes, mucha gente se casaba por la Iglesia porque era un acto social o porque en su familia no se concebía el no casarse por la Iglesia. Vestido de novia, alfombra roja, retablo bonito… y es curioso, en las iglesias modernas, salvo que existiese un vínculo muy profundo con esa parroquia, no había bodas, todo el mundo se iba a una Catedral, a un San Nicolás, a una iglesia espectacular. En el sentido positivo, ahora nos encontramos con que el que se quiere casar por la Iglesia, lo hace, y el que no, no tiene que salvar el obstáculo de la presión social o familiar. De hecho, en las nulidades matrimoniales hemos contemplado casos de muchas personas se habían visto abocadas al matrimonio por una falta de libertad, cosa que ahora mismo no se da, salvo en unos sectores o en unas familias de tradición fuerte católica».

 

¿Se sabe lo que hace?

 

Todas las parejas que van a contraer matrimonio eclesiástico pasan por un cursillo, lo que podemos llamar una preparación inmediata para cubrir un expediente cuando ya se ha fijado fecha de boda. Pero tanto el vicario como los delegados de Familia consideran que no es suficiente.

 

«Aunque la gran mayoría acaban muy contentos de los cursillos, muchos llevaban años alejados de la vida eclesial. La fe había dejado de significar algo en sus vidas. Desde distintas delegaciones se está profundizando en esa preparación remota, Catequesis, Juventud, Pastoral Vocacional, Familia… pero queda mucho por hacer. Hay alguna experiencia en marcha de grupos de novios sin horizonte inmediato de boda, pero hay que extenderlas más. También se sigue trabajando en la educación afectivo sexual tanto en colegios como en parroquias, y para ello estamos formando monitores», explican Jorge y Laura.

 

Una vez que la pareja ha pasado por el altar, queda aún una importante tarea: el acompañamiento. «A todos se les invita a incorporarse a sus comunidades parroquiales, se les presentan distintas realidades de movimientos… No es suficiente, porque la llama que se prende en los cursillos es fácil que se vuelva a apagar. Se están haciendo experiencias de matrimonios jóvenes, que son gérmenes o ensayos que esperamos que se consoliden. También hemos iniciado las experiencias de las ITV matrimoniales, y hay que animar más a tener experiencias como los fines de semana de Encuentro Matrimonial, los encuentros conyugales del Movimiento Familiar Cristiano, Cursillos de Cristiandad y otras, como retiros o grupos de oración para matrimonios y familias».

 

Cuando llega la crisis

 

El Centro de Orientación Familiar (COF) es el recurso diocesano donde desembocan algunas de las situaciones de crisis conyugal y al que se pretende dar una mayor difusión para que se pueda intervenir antes de que las rupturas sean irreversibles. También en este punto desempeña un papel fundamental el propio tribunal eclesiástico, cuya dimensión pastoral es, según Donato Gómez, obligada. Todas las parejas que presentan demanda de nulidad pasan un filtro (el pasado año mantuvo 72 entrevistas y solo 24 terminaron en demanda). «Hay un porcentaje al que he enviado a hacer terapia porque los problemas no eran esenciales, porque esas personas necesitaban darse la oportunidad de reconducir su situación. Incluso dentro de las que sí que se ve que hay realmente nulidad, en algunos casos hemos ido a una sanación y se ha podido reconducir ese matrimonio».

 

Lo cierto es que las demandas de nulidad están creciendo porque hay más información, sobre todo a a raíz del documento motu proprio del papa Francico «Mitis Iudex Dominus Iesus» para la reforma del proceso canónico de nulidad del matrimonio. «Hasta entonces todas las personas que venían lo hacían desde una situación ya bastante rota, en su mayoría, o habían ya iniciado o consolidado una relación nueva, no había visos de volver atrás».

 

Otras de las consecuencias del documento pontificio han sido la agilización de los procesos y, sobre todo, «acabar con el mito de que la nulidad cuesta un dineral». «En Burgos, por lo menos, hemos tenido siempre un porcentaje de en torno al 50% de causas de beneficio de justicia gratuita. Hay una serie de criterios: cuando una persona no tiene recursos, se le concede la exención de las tasas. Y también los abogados que están ayudando al tribunal llevan el proceso de manera gratuita. Estamos hablando de unas cifras de 200 euros para quien puede pagarlo».

 

Hay quien piensa que hoy la nulidad del matrimonio canónico es «un café para todos», y frente a ello Gómez Arce subraya que «esto no es un divorcio encubierto». «No, aquí no se trata de dar nulidades, si hay visos, a partir de unas pruebas, de que ese matrimonio no ha sido válido, declaramos que es nulo. Si no hay visos de nulidad, declaramos que es válido. Lo que sí intento es que el proceso no sea sangrante en el sentido personal, sino que sea terapéutico. Ayudamos a que se traten de sanar las heridas que una relación ha provocado, hay que tener en cuenta que detrás de quien viene a solicitar una nulidad hay mucho sufrimiento, muchas heridas, traumas, entonces es muy importante entrar al fondo, no desde el morbo ni desde la curiosidad, sino desde el afán sanador y terapéutico».

 

Hace una década (2007) el total de matrimonios civiles y eclesiásticos contraídos en la provincia de Burgos alcanzaba la cifra de 1.637 uniones, de ellas, 876 religiosas (860 entre católicos y 16 entre un católico y un no católico).

 

En 2016, esas cifras habían descendido ya hasta 1.234, y del total, solo 459 fueron matrimonios entre católicos y 7 entre un católico y un no católico.

 

El pasado año, del que el Instituto Nacional de Estadística solo ha publicado cifras provisionales correspondientes al primer semestre (390 matrimonios en total), en nuestra diócesis pasaron por el altar 433 parejas (422 entre católicos y 11 entre un católico y un no bautizado).

Una ética para la economía

por redaccion,

En esta breve reflexión dominical, hoy quiero referirme a la caridad, que como pilar de la acción de la Iglesia, está llamada a expresarse también en el amor social civil y político. Un amor que se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor. Podría pensarse que los campos de la economía o las finanzas son algo distante de la misión de la Iglesia. Sin embargo, la Iglesia se preocupa por todo aquello que puede ayudar u obstaculizar el verdadero desarrollo humano, y las actividades económicas no son una excepción.

 

Todos somos conscientes de la importancia que está cobrando el mundo económico, y especialmente el financiero, en nuestra vida personal y colectiva. El mismo Papa Francisco, al analizar la realidad del momento presente, ha hablado en numerosas ocasiones de una economía que mata, que provoca exclusión y sufrimiento y que está marcada por el dictado de la idolatría del dinero. No cabe duda de que, siendo esto así, este campo de la economía se descubre como un reto para nuestra sociedad en el que los cristianos podemos aportar la enseñanza social de la Iglesia y la sabiduría del Evangelio.

 

A fin de animar este compromiso transformador, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba en fechas recientes un pequeño documento, que se llama «Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico financiero», y que os invito a leer. En él se abordan algunas cuestiones que pueden ayudar en el necesario discernimiento de estas temáticas, porque la economía, como cualquier otra esfera del progreso humano, tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento. El documento ofrece algunas pautas que ayuden a discernir cómo administrar los recursos del mundo con libertad, responsabilidad, justicia, solidaridad y amor; y cómo contrarrestar una economía que tiende a «gobernar en lugar de servir» a la humanidad. Desde luego que se tratan aspectos concretos y específicos que tienen que ver con la fiscalidad, el ahorro, el mundo empresarial, los mercados, la bolsa, los productos financieros…, pero lo que se busca es recordar el alma que tiene que guiar y acompañar la vida económica; y, de hecho, interpela a todas las mujeres y los hombres de buena voluntad.

 

Es cierto e indudable que el bienestar material ha aumentado en los últimos años. Pero, junto a ello, no podemos olvidar que también lo han hecho las desigualdades entre los países y aún dentro de ellos. La crisis económica que hemos vivido y que, pese a los datos macroeconómicos sigue enraizada en amplios sectores de nuestra sociedad, como nos recuerda Cáritas, podría haber servido, como invitaba Benedicto XVI, a revisar lo que hemos hecho bien y lo que nos llevó a esa situación. Sin embargo, parece que nada ha cambiado y se sigue funcionando con los mismos criterios especulativos y depredadores, sin que la actividad financiera dé valor a la economía real. Se ha consolidado así la inversión de orden entre los medios y los fines.

 

En el fondo de esta situación se encuentran unos criterios incapaces de guiar sana y eficazmente la vida económica: en nuestro horizonte se ha prescindido de la guía que supone la búsqueda del bien común y, por el contrario, nos hemos agarrado a la competencia, al egoísmo y a la inmediatez como últimos criterios de conducta. Todo ello fundamentado en una concepción extendida de la persona que se entiende únicamente como un ser material, individual y consumista. Ante esta situación es urgente recuperar una ética que ayude a orientar el mundo económico en lo que es su propia verdad: contribuir al desarrollo integral de todos los seres humanos, que es mucho más que el mero incremento de bienes materiales. Para ello, esta ética amiga de la persona, tendrá que partir de una visión completa del ser humano que le lleve a profundizar y a sacar consecuencias del respeto a su dignidad y de su apertura al bien común.

 

En ayuda de la ética se encuentra el necesario concurso de los agentes políticos: de esta manera, la política y la economía, en diálogo enriquecedor y desde la necesaria autonomía y distinción, confluirán en la búsqueda del bien común «al servicio de la vida, especialmente de la vida humana». El documento reitera que el amor al bien integral del ser humano es la clave del auténtico desarrollo. Y concluye con estas palabras: «Frente a la inmensidad y omnipresencia de los actuales sistemas económico-financieros, nos podemos sentir tentados a resignarnos al cinismo y a pensar que, con nuestras pobres fuerzas, no podemos hacer mucho. En realidad, cada uno de nosotros puede hacer mucho, especialmente si no se queda solo» (nº 34).

 

A ese compromiso os invito y os animo desde la luz de la enseñanza social, de los valores evangélicos y de ese bien común último que la Iglesia quiere lograr, como «sacramento universal de salvación» (LG 1,2).

El arciprestazgo de San Juan de Ortega celebra su día en Los Balbases

por redaccion,

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Las parroquias rurales que abrazan por el sur la capital burgalesa se han reunido hoy en Los Balbases para celebrar el día del arciprestazgo de San Juan de Ortega. En un clima de convivencia y amistad, la jornada ha contado con momentos para la celebración, el homenaje a algunos de sus miembros y visita a los monumentos de la localidad.

 

Los actos comenzaban a mediodía con la celebración de una eucaristía concelebrada por los sacerdotes de esta zona de la diócesis presidida por su arcipreste, Emilio Maestro, y en la que ha animado el canto litúrgico la coral de Voces del Arlanzón. Tras la misa, ha llegado la mesa, una comida fraterna amenizada por un grupo de dulzaineros y en la que se ha rendido especial homenaje tanto a Herminia -guía durante muchos años de los templos de Los Balbases- como a Constancio Escolar, sacerdote que fue de esa zona. La jornada ha concluido con una visita a los templos de San Millán y San Esteban y al museo etnográfico de la localidad.

 

El día del arciprestazgo es una de las muchas actividades que, a lo largo del año, realizan las parroquias de esta zona rural de la provincia. Además de las celebraciones de confirmaciones conjuntas, este curso han realizado una peregrinación a Santiago de Compostela, su tradicional certamen de villancicos en Navidad o el reparto pascual de los óleos sagrados.