La diócesis se une para orar contra la trata de personas

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Un año más, la diócesis se une a la celebración de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, con el lema «Jun­tos con­tra la tra­ta». El papa Fran­cis­co con­vo­ca esta Jor­na­da des­de 2015 cada 8 de febrero, día en el que se re­cuer­da la me­mo­ria li­túr­gi­ca de San­ta Jo­se­fi­na Bakhi­ta, la re­li­gio­sa su­da­ne­sa que pa­de­ció du­ran­te su vida los su­fri­mien­tos de la es­cla­vi­tud.

 

Con este motivo, el próximo miércoles, 13 de febrero, a las 18:30 h., se celebrará a nivel diocesano una vigilia de oración en la parroquia de San Fernando, seguida de una marcha hasta la puerta del centro comercial Alcampo, donde finalizará el gesto público con la lectura de un manifiesto. Este acto está convocado por el Secretariado de Trata de la Diócesis, dependiente de la Delegación de Pastoral de Migraciones. Asimismo, se ha convocado a las parroquias y comunidades religiosas a dedicar un recuerdo y una oración en sus celebraciones el próximo domingo 17 de febrero.

 

En Miranda de Ebro también se han organizado actos para la celebración de esta Jornada. El próximo jueves, 14 de febrero, la directora del Secretariado Diocesano de Trata, Consuelo Rojo, pronunciará una conferencia en la Casa de Cultura, con posterior coloquio. Será a partir de las 19:30 h. Por último, el domingo día 17, a las 14:00 h., tendrá lugar un Círculo de Silencio en el Parque Antonio Machado.

El Seminario San José acoge un encuentro diocesano de coros

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El Seminario de San José acogerá el próximo 16 de febrero, de 16:45 a 20:30 horas, un encuentro diocesano de coros, organizado por la delegación de Liturgia con el objetivo de ofrecer un espacio en el que coralistas y grupos que animan las celebraciones en distintas parroquias compartan su experiencia y sus conocimientos.

 

Así, se han programado una dinámica de respiración y canto y tres talleres, sobre canciones –cada uno de los coros compartirá una canción que deberá enviarse por correo electrónico al formalizar la inscripción–, guitarra y percusión. En estos dos últimos es necesario llevar los instrumentos que habitualmente se toquen. También habrá un momento para hablar sobre la música en la liturgia.

 

Para participar en el encuentro es necesario inscribirse antes del 10 de febrero enviando un email a la dirección [email protected], indicando nombres y edad de los participantes y el taller elegido por cada uno ellos.

El arzobispo se reúne con la Junta de Confer tras haber visitado 70 comunidades de vida activa

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El arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, se reunió ayer en la Casa de la Iglesia con la Junta de CONFER, a modo de conclusión de la visita que ha ido efectuando a las distintas comunidades religiosas de vida activa. En la reunión participaron también el vicario para la Vida Consagrada, Amadeo Alonso, y el vicario pastoral, José Luis Lastra.

 

Don Fidel comenzó su visita a las comunidades de vida consagrada –de vida activa– el 17 de septiembre de 2017, y hasta enero de 2019 ha visitado ya 70 comunidades en 55 visitas realizadas en Burgos capital y la provincia (en algunas se han unido dos comunidades de la misma familia religiosa). Únicamente quedan ocho pendientes, todas ellas en la provincia, a la espera, en algunos casos, de que coincidan con la visita pastoral a esas parroquias.

 

Después de recordar su infancia en Ávila, en un ambiente abundante en congregaciones religiosas, don Fidel hizo su valoración general de esta visita y dijo sentirse impresionado por la riqueza de vida que se ha encontrado y por el testimonio de muchas religiosas y religiosos mayores que han entregado su vida en los más variados lugares. «La vida consagrada» afirmó «sigue siendo un precioso tesoro en la Iglesia y en la sociedad, y concretamente en Burgos muy abundante». También constató que la vida religiosa está en etapa de transformación, buscando nuevos caminos, consciente de que Dios sigue llamando y acompañando. Asimismo planteó algunos interrogantes de cara al futuro, dado el elevado número de religiosos de avanzada edad en bastantes de las comunidades. Por otra parte, transmitió a los religiosos la sensación de que en general los sacerdotes diocesanos valoran positivamente la vida consagrada, aunque hay algunos casos en los que permanecen distantes, y otros en los que predomina el «interés pastoral» concreto para desarrollar algunas actividades. Finalmente señaló tres cuestiones que cuidar con sumo interés no solo por la vida consagrada sino por la Iglesia diocesana en general: la iniciación cristiana, la familia y la oración.

 

Por su parte, los religiosos agradecieron unánimamente el gesto del obispo de acercarse a cada una de las comunidades: «Nos hemos sentido queridos», aseguraron. También coincidieron en señalar el reto de la elevada edad, más acusada por la ausencia actual de casas de formación. Igualmente se dialogó sobre la pastoral vocacional, constatando que se llega a muchos voluntarios jóvenes pero que es muy difícil suscitar nuevas vocaciones y plantear compromisos de por vida. El envejecimiento es de toda la Iglesia en Europa, se dijo, con lo cual será tarea de todos juntos poder presentar el Evangelio como algo fresco y nuevo. Uno de los grandes retos es sumar todos en la Iglesia, porque tendemos a estar en nuestros respectivos rincones.

 

Además, se pidió que la vida consagrada quede más reflejada en los planes pastorales diocesanos, aunque se reconoció que de unos años para acá se ha caminado hacia una mayor cercanía e implicación de todos en la vida de la Iglesia local. Otros de los temas objeto de diálogo fueron la situación y el futuro de los colegios religiosos, así como la presencia de religiosos jóvenes provenientes de otros países (hay que estar abiertos a ellos y acogerlos con discernimiento, sin buscar que sean el remedio para comunidades envejecidas, sino un signo de que la misión es universal).

2019 02 07 jueves: Resumen de Prensa

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«El sacerdote no ha de buscar el prestigio social, sino ser un testimonio creíble»

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Nació en Fruniz (Bizkaia) en 1933. Ordenado sacerdote en 1957, Juan Maria Uriarte Goiricelaya es licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas y en Psicología por la Universidad de Lovaina. En 1976 fue nombrado obispo auxiliar de Bilbao y ha sido pastor de las diócesis de Zamora (1991-2000) y de San Sebastián (2000-2010). Ha dedicado una parte importante de su ministerio a la atención de los sacerdotes, tanto en su vida espiritual como en su dimensión humana, individual y colectiva. Ha dirigido muchas tandas de ejercicios espirituales a sacerdotes y seminaristas, y ha sido presidente de la Comisión Episcopal del Clero y miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española.

 

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Un obispo en retirada y preocupado por los sacerdotes…

 

Yo creía que mi vida de jubilación iba a ser menos activa, o que las llamadas desde el exterior durarían pocos años. Pero ya llevo diez años y estas llamadas desde el exterior no han disminuido, sino que han crecido. Yo me encuentro cada vez con menos fuerzas, pero también tengo menos fuerzas para decir que no y muchas veces luchan la cabeza y el corazón: la cabeza me dice que no debería acceder pero el corazón te traiciona y vas a los sitios. Además, también te agrada encontrar con buena gente allí donde vas.

 

¿Y por qué esa preocupación tan especial por los sacerdotes?

 

Porque creo que la situación existencial del sacerdote es más incómoda que en otros momentos y, por consiguiente, la interlocución y el apoyo son más necesarios. En primer lugar, para analizar nuestra cultura y ver los impactos que tiene en nosotros. En segundo lugar, para ver la problemática de la Iglesia y nuestra eclesialidad, y ver también de qué manera repercute y de qué manera la vivimos. En tercer lugar, toda la problemática interior que existe en el corazón de los sacerdotes, no solo el celibato, sino otras muchas aspiraciones y deseos de nuestra afectividad, de nuestra personalidad, de nuestro yo, que hay que procurar no ahogar pero sí educar y convertir al evangelio. Y creo que en todo esto hacen falta personas que tengan cierta experiencia y conozcan y vivan la teología y que tengan una cierta preparación psicológica, que también es importante. La experiencia espiritual, la teología y la psicología: ninguna de ellas se da especialísimamente en mí, pero en las tres tengo algún cultivo y procuro expresarme…

 

¿Cómo valora la situación del clero español en general?

 

Yo no estoy de acuerdo con las publicaciones malhadadas en las que de ciertos problemas concretos y de ciertas personas concretas se hace una generalidad. Yo creo que la salud integral del clero no está peor que en ningún otro momento anterior. Yo diría que, incluso, está mejor, a pesar de que no me lo crean todos, yo estoy convencido. Pero también es verdad que tiene más necesidades porque la vida se ha complicado mucho, la situación de la fe en la gente es un problema mayor, y por consiguiente, los impactos que recibe el cura son mayores y hay que ayudarle a digerir estos impactos, sin paternalismos, fraternalmente.

 

¿Cuáles son las crisis por las que atraviesan actualmente los sacerdotes?

 

En primer lugar, la crisis de la propia fe, que está sometida en este mundo de increencias y, de alguna manera, ese sacerdote creyente lleva dentro de sí también un potencial increyente. En segundo lugar, la crisis de la eficacia pastoral en una situación en la que, si antes las piedras se convertían en hijos de Abrahán, ahora muchos hijos de Abrahán se convierten en piedras… Eso produce una decepción que el sacerdote ha de saber gestionar. En tercer lugar, la crisis de la devaluación de la Iglesia, que no tiene el crédito moral del que gozaba en otros tiempos y que muchas veces está zarandeada públicamente.

 

Y en cuarto lugar, que la vida célibe del presbítero es una contestación espléndida y magnífica, pero también mucho más difícil que en otros momentos, precisamente porque el erotismo ambiental nos impregna. Por otra parte, el celibato no es una de las cosas que más se han trabajado explícitamente en la formación de los seminaristas y de los presbíteros jóvenes. Y este es un asunto que a mí me ha preocupado tanto que me ha conducido a escribir un libro relativamente gordo –El celibato, apuntes antropológicos, espirituales y teológicos– con la idea de prestar una ayuda; un libro que ya se ha editado cuatro veces; tiene dos ediciones argentinas, ha sido traducido al inglés, al italiano, al portugués y al ruso.

 

La pederastia tiene como razón fundamental una gran inmadurez de las personas que caen en ella

 

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Decía que una de las crisis que tiene que afrontar el sacerdote es la devaluación social que existe contra la Iglesia. Una devaluación que es debida, en gran parte, por la actitud mantenida por ciertos sacerdotes: pederastia, abusos de poder, y otros ejemplos moralmente inaceptables. ¿Qué ha fallado en la vida de los sacerdotes para cometer estos delitos?

 

Es muy diferente la posición autoritaria y rigorista que hemos podido tener con respecto a la cultura actual en la que hay valores y contravalores mezclados. Es muy diferente este dato del otro que de la pederastia, que tiene como razón fundamental una gran inmadurez de las personas que caen en ella. Lo que está más claro de todos los estudios que se han hecho es esto: que el nivel de inmadurez de estas personas es tan grande que les conduce a no poder tener relación sexual más que con personas también inmaduras, como son los niños o las personas con discapacidad mental.

 

En cuestión al autoritarismo o la cerrazón ante la cultura, hemos recibido una formación muy sólida pero muy poco flexible. Y nos ha costado como Iglesia flexibilizarnos para acoger de la cultura aquello que, lejos de negar nuestra fe, la confirma y la purifica.

 

Entonces, ¿qué necesita el clero para volver a buscar el prestigio social que ha perdido?

 

Éxito no es uno de los nombres de Dios. Yo distinguiría entre prestigio social y credibilidad social. La credibilidad social es importante porque si no, nuestra palabra es multiplicada por menos uno y convertida en lo contrario. Sin embargo, el prestigio, el que uno sea considerado relevante en la sociedad, no es necesario ni conveniente para que el cura se adhiera a los valores evangélicos. Es mejor estar un poco azuzado por el exterior y no visto como un ser superior que esta muy mimado…

 

El prestigio no es conveniente para que el cura se adhiera a los valores evangélicos. Es mejor estar azuzado por el exterior que no ser visto como un ser superior

 

¿Y cómo se logra esa credibilidad?

 

Con el testimonio evangélico y sobre todo, con dos cosas: que vean que cuando uno dice una palabra, la palabra que dice en la homilía, es una palabra como un vino que ha madurado bien en contacto con el roble y no como un vino químico. Y segundo, la debilidad para con la gente más pobre y más sencilla y más sola y tocada. Estos dos elementos son sustanciales del testimonio que puede hacer creíble la palabra y el evangelio que tenemos el gozoso deber de anunciar.

 

Más: escuchar las ponencias de monseñor Uriarte

 

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