
Abraham Canales Fernández nació en Elche en 1969. Es responsable de Publicaciones de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento al que pertenece desde 2004. Director de la revista Noticias Obreras, una mirada cristiana del trabajo humano y el bien común, además es miembro del grupo de comunicación de la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente». Ha participado en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en diálogo con el papa Francisco como integrante del equipo de comunicación. También ha sido el responsable de la oficina de comunicación de la Asamblea General del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos. El próximo 11 de junio, a las 20 h, presentará en la Facultad de Teología de Burgos el libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. El 12, a las 19:30 h, lo hará en la Casa Municipal de Cultura de Miranda de Ebro.
Su vinculación a la HOAC viene de lejos y nace del ámbito familiar. «Yo vengo de una familia obrera y cristiana –relata–, mis padres pertenecieron a la HOAC durante muchos años y en mi proceso de formación estuvo presente también esta organización, que conozco muy bien y aquí estoy desde hace muchos años». Considera que el ámbito laboral es imprescindible en la Iglesia: «lo dice el papa Francisco cuando afirma que es imposible construir un mundo más justo, como quiere la Iglesia, sin un trabajo decente, porque a través del trabajo no solo nos implicamos en la gran tarea de la Creación, como se lee en la Biblia, sino que contribuimos al desarrollo de la persona y la cohesión social. Sin trabajo digno no se puede construir un mundo mejor y además ello repercute también en el deterioro del medio ambiente, que amenaza la vida en nuestro planeta. Cualquier solución a estos problemas pasa necesariamente por lograr un mercado de trabajo decente, el Papa insiste mucho en ello».
Sin trabajo digno no se puede construir un mundo mejor y además ello repercute también en el deterioro del medio ambiente. Cualquier solución a estos problemas pasa necesariamente por lograr un mercado de trabajo decente
En el libro que presentará en los próximos días en Burgos ha intentado recoger las experiencias del papa Francisco en el mundo del trabajo, «que es uno de los ejes principales de su pontificado», sostiene, «lo que ha dicho en foros como el Parlamento Europeo, la ONU o la OIT, en los que se ha puesto cerca de las personas que peor lo están pasando, como lo hace en su tarea pastoral alentando a quienes están sin trabajo o lo hacen en condiciones precarias». Además, también dedica una parte a explicar los esfuerzos del Papa por abrir diálogos desde la Iglesia con el mundo del trabajo que aborden su realidad y que sirvan para iniciar procesos en busca de soluciones a los problemas actuales.
Abraham opina que es el momento de fortalecer la presencia de la Iglesia en el ámbito laboral, una tarea en la que ya lleva inmersa mucho tiempo. Además, añade, coincidiendo con que se cumplen 25 años de la puesta en marcha de la Pastoral Obrera, la Iglesia va a evaluar lo que se ha hecho en este tiempo y piensa que «ese análisis debe servir de impulso para afrontar este momento de reto y que se refuerce esta misión evangelizadora desde el trabajo, que es fundamental tanto para la vida humana como para el futuro del planeta».
Sobre la HOAC, aclara que no se puede confundir con un sindicato: «De ninguna manera porque somos muy diferentes. Nosotros somos un movimiento de laicos dentro de la Iglesia cuya misión es la evangelización y que tiene como instrumentos los Evangelios y la Doctrina Social de la Iglesia, que deben suponer su transformación en los modelos de vida de los laicos para llevarlos a todas las personas y transformar el mundo. Esto no tiene nada que ver con un sindicato, nosotros no nos presentamos a las elecciones sindicales ni tenemos gabinetes jurídicos como ellos».
Hacer ejercicio de coherencia es indispensable tanto para la Iglesia como para los sindicatos, porque de lo contrario la credibilidad se viene abajo
No obstante, las relaciones entre el movimiento y los sindicatos «son buenas, de respeto mutuo», asegura. «Ambos tenemos mucho que hacer por el bien de los trabajadores en un momento de precariedad laboral en el que es necesario ir todos juntos. En cuanto a la relación de los sindicatos con la Iglesia considero que es manifiestamente mejorable y debemos de hacer un esfuerzo en ello y abrir más cauces de dialogo y encuentro, porque hay una cierta desconfianza desde el mundo sindical hacia la Iglesia, que debe mejorar, ya que son dos instituciones fundamentales, sindicatos e Iglesia, para la mejora del país y del mundo en general».
Desde ambos estamentos, considera, el comportamiento con sus propios trabajadores debe ser ejemplar. «La coherencia debe ser lo primero a tener en cuenta en aquellas instituciones que quieren transformar determinados comportamientos en la sociedad en la que viven. Hacer ejercicio de coherencia es indispensable tanto para la Iglesia como para los sindicatos, porque de lo contrario la credibilidad se viene abajo».
En definitiva, es mucho el trabajo que queda por hacer, reconoce Abraham. «En la HOAC lo sabemos y lo tenemos asumido, por un lado la tarea de acompañamiento a quienes peor lo están pasando por el desempleo y el trabajo precario y además, junto con otros movimientos, como la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente» buscamos articular una denuncia social sobre lo que falla en el mercado laboral y también sensibilizar a nuestras diócesis para que incrementen su compromiso en la búsqueda de soluciones para conseguir entre todos un trabajo decente. Con sueldos dignos y conciliación de la vida laboral y familiar», concluye.