La Asamblea Diocesana comienza su andadura

por redaccion,

El arzobispo, durante un consejo diocesano de pastoral.

El arzobispo, durante un consejo diocesano de pastoral.

 

Escucha aquí el mensaje

 

En mis últimos mensajes dominicales y en otras intervenciones he aludido a la Asamblea Diocesana que «como Pueblo de Dios que camina en Burgos» nos disponemos a realizar. De modo oficial será convocada después del verano y centrará la puesta en marcha del próximo curso pastoral. Pero ya desde ahora deseo informaros de este proyecto y tarea conjunta, para que os sintáis desde el principio invitados y protagonistas.

 

La decisión de esta convocatoria, que corresponde al Obispo, no ha sido producto de la improvisación ni de un deseo particular. Es la conclusión de un largo proceso de reflexión y de oración que he ido realizando a lo largo de mi Visita Pastoral y de múltiples conversaciones y diálogos, con muchos de vosotros, en ambientes y contextos diversos. Además esta reflexión personal ha ido acompañada por la consulta a los diversos organismos y consejos diocesanos: el Consejo Diocesano de Pastoral, el Consejo Presbiteral, el Colegio de Consultores, el Equipo de Gobierno. En todos ellos, aún reconociendo las dificultades, se ha manifestado una opinión muy mayoritariamente favorable a la iniciativa de convocar y llevar a cabo esta Asamblea.

 

Durante el este mes de junio se están configurando los organismos responsables de ponerla en marcha y de preparar los criterios y etapas fundamentales del proceso, a fin de que ya en septiembre esté creado el marco para la participación de cuantos lo deseen.

 

Muchos de vosotros recordaréis que hace veinticinco años nuestra diócesis celebró un Sínodo Diocesano. La Asamblea Diocesana, aunque es diferente por su duración y por su carácter canónico, vive del mismo espíritu: es ante todo una experiencia eclesial en la que todos los bautizados puedan descubrir, experimentar y profundizar lo que significa ser Iglesia, reunidos unos con otros, en un contexto social concreto y en una circunstancia histórica determinada. Participar juntamente con los otros, porque los otros poseen muchos dones que yo no tengo y que pueden enriquecernos a todos. Y aquí y ahora, en el momento presente, para no vivir nostálgicamente del pasado sino para que la memoria se transforme en profecía que nos ilumine en nuestro proyecto de futuro.

 

Estamos celebrando el octavo Centenario de la Catedral, que nos descubre el sentido y el valor de una Iglesia que va avanzando a través de las generaciones. Y celebraremos un Año Jubilar para vivir este acontecimiento como ocasión de gracia y de renovación espiritual. La Asamblea Diocesana pretende hacer visible al verdadero sujeto protagonista de todo ello: nosotros –todos nosotros– como Iglesia de Jesucristo en Burgos. Pienso que la Asamblea es un medio privilegiado del ejercicio de la corresponsabilidad pastoral; y que podrá servirnos, sin duda, para una «puesta a punto», viendo juntos cómo estamos caminando y en qué aspectos debemos seguir orientando los pasos en fidelidad al envío misionero del Señor Jesús.

 

Tendremos ocasiones y momentos concretos para seguir hablando de esta experiencia viva de diócesis. Ahora deseo simplemente subrayar un doble aspecto. En primer lugar, que en una sociedad en transformación, con un creciente pluralismo ideológico y religioso, es necesario que quienes somos seguidores de Jesús podamos decir «nosotros» con la satisfacción y el orgullo de sentirnos una familia unida en torno a la misma fe y a un aliento evangelizador renovado. En segundo lugar, que para ello hemos de reflexionar, debatir y discernir en común para compartir criterios, opciones, actitudes, decisiones y compromisos.

 

No podemos pensar ingenuamente que de este modo solucionaremos todos los problemas. Pero podemos estar seguros de que una experiencia eclesial intensa y sincera es la mejor respuesta a los desafíos del momento presente. Estamos iniciando el camino. Os pido a todos que lo acompañéis con vuestra oración y que lo encomendéis de modo especial a Santa María Madre de la Iglesia.

«Desposeeos de vosotros mismos para centraros en Cristo y servir a los demás»

por redaccion,

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El de hoy ha sido un día «muy especial y muy importante» para la Iglesia burgalesa. Así al menos lo ha definido el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, quien esta mañana, con la imposición de manos, ha ordenado sacerdotes a los jóvenes Isaac Hernando González, Diego Luis Diez y Pablo Andrés Rodríguez Sancho. Arropados por sus familiares y amigos y un más que representativo número de sacerdotes, estos jóvenes se han comprometido ante una repleta catedral a cumplir con las exigencias de su nuevo ministerio, obedeciendo al obispo y sus sucesores, preparando con diligencia la predicación y administrando los sacramentos, especialmente el de la eucaristía y la penitencia.

 

En su homilía, el arzobispo ha revelado a los neopresbíteros que le «estremece» ordenar sacerdotes y que, aunque no se pueda percibir por los sentidos, ellos son ya, desde hoy, ministros del único sacerdocio de Cristo «por obra del Espíritu del Resucitado»: «Las cosas más bellas y fundamentales de la vida no se pueden palpar con las manos y ver con los ojos, pero no por ello dejan de ser reales. Y realmente vosotros hoy vais a concretar y plenificar vuestro bautismo en un ser y actual sacerdotal, en el mismo sacerdocio de Cristo».

 

El pastor de la diócesis ha invitado a los nuevos sacerdotes a «desposeerse de vosotros mismos para centraros en Cristo y servir a los demás». «Dios no os hace sacerdotes para vuestro propio bien, sino para gloria de Él y para el servicio, desde la fe, la esperanza y el amor, de la comunidad eclesial y, desde ella, de la sociedad misma». «Dios, de algún modo os expropia –les ha insistido– para ser mediadores de su amor».

 

De igual modo, ha pedido a las familias presentes en la celebración a abrirse a la futura vocación sacerdotal de sus hijos, pues la Iglesia sigue necesitando de pastores.

 

Cantamisas

 

Tras la imposición de manos, la unción con el santo crisma y la vestición de la casulla, los tres jóvenes han celebrado su primera eucaristía. Sin embargo, será a partir de mañana cuando los nuevos sacerdotes la presidan en lo que tradicionalmente se conoce como «cantamisas».

 

Pablo Andrés presidirá su primera eucaristía a las 13:00 horas en la parroquia de la Anuciación y Diego Luis Díez hará lo propio, a las 18:00 horas, en su parroquia de origen, San José Obrero. Isaac, por su parte, presidirá una eucaristía de acción de gracias mañana domingo a las 12:30 horas en su parroquia de El Salvador y el lunes 17, a las 19:00 horas, en la iglesia de Santa María de Salas de los Infantes, donde ha vivido los últimos quince meses como diácono.

 

Más: galería fotográfica de la celebración

Reunión de delegados de liturgia de Castilla y León y Santander

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liturgia castilla y leon

 

Los delegados diocesanos de liturgia de Castilla y León y Santander se han reunido en una jornadas de trabajo el martes y miércoles de esta semana en Burgos, presididos por don Julián López, arzobispo de León. Un primer momento estuvo dedicado a la reflexión en torno a los equipos parroquiales de liturgia. En esta sesión se analizó la situación actual de lo que entendemos por equipos de liturgia en las parroquias de nuestras diócesis. Los distintos elementos analizados llevarán a la publicación de un suplemento sobre los equipos en la edición de los próximos meses en la ayuda litúrgica Liturgia Dominical.

 

Las actitudes básicas de quien pertenece a un equipo de liturgia que se analizaron fueron: espíritu de servicio, espíritu de comunión, ser participante antes que agente de animación, conocer la comunidad, querer mejorar la calidad de las celebraciones, conocer las leyes y la dinámica de la celebración litúrgica. Entre otros puntos se habló del método a seguir según indica el directorio de la conferencia episcopal: momento orante, momento de leer los textos litúrgicos, momento panorámico, momento de preparar los distintos elementos, de la celebración, momento de distribuir funciones, momento de ampliación y momento de revisión.

 

Los delegados visitaron la exposición «Angeli» explicada por su comisario, Juan Álvarez Quevedo, y el monasterio cisterciense de Villamayor de los Montes. Momento especial de oración fue el rezo de vísperas en el monasterio dominico de San Blas.

 

La segunda jornada se centró el el sentido y el contenido de la publicación semanal Liturgia dominical, proyecto que se lleva a cabo entre las delegaciones de liturgia reunidas y que se distribuye más allá de las propias diócesis. El sentido de cada una de las secciones y la necesidad de poner empeño en algunas partes de la misa han permitido seguir en la tarea de ayudar a que la liturgia, fuente y culmen de la vida cristiana, sea vivida desde el pleno sentido que la Iglesia nos muestra y enseña.

Excursión de fin de curso de los voluntarios de Cáritas del Vena

por redaccion,

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Los voluntarios de Cáritas del Arciprestazgo del Vena se desplazaron ayer a Santander para celebrar el fin de curso. Un autobús completo salió Burgos a las ocho y cuarto de la mañana. En la capital cántabra visitaron el Parlamento Autonómico e hicieron una visita por la ciudad vieja, guiados por Ángela en su recorrido por todos los rincones más importantes de esta bonita ciudad: la Plaza Porticada, la Biblioteca Menéndez Pelayo, el mercado de abastos, el Ayuntamiento, el Centro Botín, la Catedral…

 

También conocieron la historia de la explosión del barco Machichaco, cargado de pólvora, y el incendio de la ciudad. Casi sin darse cuenta se fue acercando el momento de compartir el almuerzo en un restaurante cercano al Sardinero.

 

Por la tarde, de camino hacia Santillana del Mar, visitaron el cementerio de Maliaño, dentro del cual se conservan unas termas romanas. En Santillana del Mar pudieron callejear por la villa y cargar algunos sobaos y quesadas típicos de esta zona.

 

Los voluntarios, provenientes de las parroquias del Arciprestazgo del Vena, estuvieron acompañados por el delegado episcopal de Cáritas, Fernando García Cadiñanos, y de algunos trabajadores de Cáritas, encabezados por Almudena, trabajadora social del Arciprestazgo.

 

Sin duda fue una bonita jornada de convivencia que sirvió para estrechar los lazos de amistad entre los voluntarios, sin los cuales la tarea de Cáritas no sería posible.

«La experiencia centrada en Jesús dará mayor calidad a la pastoral juvenil»

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Jesús Rojano es sacerdote salesiano. Nacido en Madrid en 1962, es licenciado en Filosofía y doctor en Teología Pastoral por la Universidad Pontificia de Salamanca. Durante casi dos décadas ha sido coordinador de Pastoral en Bachillerato y director de varios centros juveniles salesianos en Madrid. Actualmente, ejerce la docencia en el Instituto Superior de Pastoral y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y Catequéticas de Madrid, dependientes ambos de la Universidad Pontificia de Salamanca. Además, es profesor en el CES Don Bosco y, desde el año 2012, dirige la revista «Misión Joven». Ayer, de la mano de la delegación de Infancia y Juventud, impartió en Burgos un seminario de pastoral juvenil.

 

jesus rojano pastoral juvenil

 

¿Por qué no hay jóvenes en la Iglesia?

 

Está claro que no hay una causa única. Los sociólogos son enemigos del unicausalismo y, en este caso, ocurre lo mismo: hay una serie de causas. Por un lado, los adolescentes y jóvenes están cambiando mucho de gustos, inquietudes, prioridades, modos de enfocar la vida… y este cambio, en la Iglesia y nuestras estructuras de pastoral, nos pilla con el pie cambiado. Las cosas que funcionaban hace 20 años ahora no funcionan y eso nos deja perplejos. Además, muchos jóvenes tienen una imagen negativa de la Iglesia y eso les aleja. También hay un cierto cansancio en los agentes de pastoral que, al ver pocos frutos, se desaniman y pierden el optimismo. Todo junto, está provocando que muchos jóvenes no vengan a la Iglesia.

 

La religión, junto a la política, está en el último puesto de la escala de valores de los jóvenes. ¿Por qué el hecho religioso ha dejado de ser relevante para ellos?

 

Habría que hacer un matiz: las encuestas sociológicas suelen medir la práctica y no son perfectas. Y es la práctica, el asistir la eucaristía o a las celebraciones, lo que no hacen los jóvenes, trasladando una imagen más negativa de lo que es en realidad. Porque hay otros aspectos, como el deseo de transcendencia, de felicidad, de encontrarse con Dios, que sí lo tienen los jóvenes. En esas encuestas que reflejan que la religiosidad juvenil es baja, si se leen detalladamente, se encuentra también que los jóvenes responden que rezan… Es decir, que hay aspectos de la religión que sí les interesan.

 

A los jóvenes no les preocupa la Iglesia, pero sí al revés y está habiendo un gran interés por replantearse la pastoral juvenil. ¿Crees que la preocupación por los jóvenes es un interés desde siempre o solo de ahora, cuando se constata que los jóvenes no acuden a la Iglesia?

 

Es una pregunta interesante y no es tan fácil decir una cosa o la contraria. La Iglesia, en los momentos de mayor pujanza histórica, ha tenido un mensaje fuerte para los jóvenes. Además, desde Juan XXIII, los papas insisten mucho en que la Iglesia es «Madre y Maestra». Y, en cuanto Madre, siempre ha tenido el interés de ser fecunda y tener hijos y esos son los niños, jóvenes y adolescentes. Una Iglesia que no es fecunda y no desea tener hijos es síntoma de una Iglesia que se está agostando, que está languideciendo. Interés siempre lo ha habido. Quizás ahora hay un esfuerzo mayor al darse cuenta de que, al menos en Europa, los jóvenes no se interesan tanto por la fe.

 

Hablando de Europa, y más concretamente de España, ¿cómo valoras la situación general de la pastoral juvenil?

 

Hay que reconocer que no vemos los resultados y los números de hace 30 o 40 años. El proceso de secularización que en Francia y Centro Europa llevó 100 años, aquí se ha producido muy rápido y, a lo mejor, el péndulo está yendo hacia un lado y llegará un momento en que parará y volverá. Ahora, por ejemplo, una cosa buena de la pastoral juvenil es que hay un esfuerzo por trabajar más en red. En las reuniones se invita a religiosos, movimientos… y hace 15 años eso no existía, cada uno iba a lo suyo. Ese esfuerzo por aunar y no hacernos la guerra unos a otros acabará dando sus frutos.

 

¿Cuál es la preocupación que subyace en la pastoral juvenil, que falten jóvenes en nuestros grupos o que no hayan tenido un encuentro con Jesús?

 

Sí preocupa mucho la primera parte: vemos que tenemos pocos y queremos más. Pero la segunda parte debe ser lo que cada vez más nos preocupe y nos motive: quiero que los demás experimenten la felicidad que yo siento de encontrarme con Jesús.

 

Funcionan las pastorales donde se está cuidando que haya un fondo, un fundamento de fe y una relación de verdad con Jesús. Al principio, los adolescentes no lo entenderán, pero después dará mayor calidad a la pastoral: se van a quedar más tiempo y se plantearán su vocación.

 

¿Y qué pastoral habría que hacer para lograr este objetivo?

 

Yo creo que hay que ir por donde ha apuntado el sínodo de los obispos y el papa en «Christus Vivit». Hay que apostar por la sinodalidad, por trabajar juntos; por que los jóvenes sean auténticos protagonistas, el facilitar su compromiso social de voluntariado con un sentido y fundamento y favorecer y ayudarles a que tengan de verdad una experiencia de Dios, algo que, quizás, ha estado más descuidado en los últimos años.

 

¿Qué tipo de pastoral está funcionando en España y por qué? ¿Cuál es sus secreto?

 

Funcionan las pastorales donde se está cuidando esto de lo que estamos hablando: que haya, precisamente, un fondo, un fundamento de fe y una relación de verdad con Jesús. Al principio, los adolescentes no lo entenderán, pero después dará mayor calidad a la pastoral: se van a quedar más tiempo y se plantearán su vocación. También funcionan las experiencias que tocan el corazón de los chicos y chicas, con tal que no sean cosas fugaces, como fuegos de artificio: el Camino de Santiago, una JMJ… Una experiencia fuerte de exigencia, de convivencia… hace que les quede. Es importante hacer una pastoral más de experiencias que de vivencias. Y también es importante el acompañamiento: la pastoral ambiental o de grupo no llega a todos y ellos necesitan sentirse acogidos y acompañados.

 

Para terminar, ¿alguna palabra de aliento para los agentes de pastoral juvenil de Burgos?

 

Es muy importante no dejarse llevar por el pesimismo, que todo se acaba o somos estériles… Aunque sea por dos o tres, vale la pena trabajar: se llega a menos gente pero son muy importantes. No hay que desanimarnos. Y, por otro lado, trabajar más en red con otras parroquais o grupos nos hace ver que no estamos solos, que somos más gente.