Un festival misionero de evangelización a través de la música

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Tras el encuentro VEM que se desarrolló el sábado en el Seminario de San José, tuvo lugar el festival de la Canción Misionera organizada por Cristianos sin Fronteras en el salón Caja Círculo de la calle Concepción. Esta vez participaron cuatro grupos: El grupo Imagina de la parroquia de Santa Cecilia (Espinosa de los Monteros), el coro «Hacemos Camino», de la unidad parroquial de El Salvador, la Ventilla y Castañares de Burgos, el grupo Autrigones y Utopía, formado por jóvenes de Pancorbo y Sedano; y el coro familiar de la parroquia de San Andrés (Zazuar).

 

Lina Teresa Feijoó, coordinadora en Burgos de Cristianos son Fronteras, explica que la finalidad de este festival es «evangelizar a través de la música». «Siempre hay un tema misionero sobre el cual los participantes dan ideas de lo que es para ellos la misión. Desde Cristianos sin Fronteras damos siempre una catequesis y ellos preparan la canción por medio de esa catequesis. Han de reflexionar primero, porque tanto la letra como la música han de ser inéditas».

 

El evento estuvo dividido en dos partes; la primera consistió en la participación de los grupos parroquiales, como siempre se ha hecho, destacando el coro formado exclusivamente por niños de Espinosa de los Monteros. «Las canciones estuvieron muy bien, muy bien hechas y trabajadas. Los que estuvimos presentes disfrutamos con un ambiente cómodo», comenta Ramón Delgado, delegado de Misiones de la diócesis. La segunda parte estuvo dedicada al grupo «Siembra», un grupo peruano con 40 años de recorrido y procedente de la zona de Lima, cuyos componentes comenzaron cantando y animando en las parroquias. «Amenizaron el festival con canciones rítmicas y con un contexto misionero y evangélico, de reflexión y recepción de la Palabra», añade Delgado. Además, el arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, asistió al festival y estuvo presente durante todo el evento.

Una representación burgalesa participará en el Congreso de Laicos

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Algunos de los burgaleses que asistirán al Congreso, en una de sus últimas reuniones de trabajo.

 

Del 14 al 16 de febrero se va a celebrar en Madrid el Congreso Nacional de Laicos. Organizado por la Conferencia Episcopal Española y bajo el título «Pueblo de Dios en salida», el Congreso contará con  la participación de dieciséis representantes de la diócesis burgalesa. Ha sido la delegación de Apostolado Seglar la encargada de impulsar este trabajo, que comenzó su andadura en marzo del pasado año con el lanzamiento del material titulado «Un laicado en Acción». El documento se trabajó en distintos grupos de parroquias y movimientos o asociaciones, culminando esta primera etapa diocesana con el Encuentro de Laicos del 8 de junio en el Seminario de San José. Allí se presentó el documento síntesis con las aportaciones que la Iglesia burgalesa presentaría al Congreso.

 

Según detalla Lucía Ferreras, delegada diocesana de Apostolado Seglar, a través del trabajo realizado la última primavera se han descubierto «inquietudes, experiencias, dificultades, retos y desafíos para el laicado de nuestra diócesis». Esas conclusiones diocesanas forman ahora parte del «Instrumento de trabajo» del Congreso nacional, donde se han aunado las reflexiones de diócesis, movimientos y asociaciones laicales de todo el país.

 

Experiencia eclesial y sinodal

 

Los 16 representantes de Burgos participarán en el Congreso junto con otros 2.000 bautizados de todo el país, convocados, según detalla Ferreras, «a participar de una experiencia eclesial, de renovación, discernimiento y sinodalidad». Los representantes de Burgos se sienten «enviados por nuestra diócesis» desde los distintos ámbitos a los que pertenecen: arciprestazgos de la ciudad y de la zona rural, miembros de la Pastoral Universitaria, Pastoral Obrera, delegación de Familia y Vida y del propio equipo de la delegación de Apostolado Seglar. Todos ellos estarán acompañados, además, por el vicario diocesano de Pastoral, José Luis Lastra.

 

Después de la experiencia del Congreso, el proceso entrará en una tercera etapa, que será «el inicio de nuevos caminos que permitan concretar lo reflexionado en la fase diocesana y lo vivido con motivo del Congreso». «En el caso concreto de nuestra diócesis entroncaremos con nuestra Asamblea Diocesana, a la que aportemos nuevas iniciativas y caminos para que nuestro laicado siga creciendo en madurez, en formación, en corresponsabilidad y protagonismo» para «suscitar espacios donde descubrir y vivir la vocación laical que nace del bautismo y nos hace miembros de la Iglesia y responsables de su misión: la evangelización».

 

Y es que, como asegura el papa Francisco en su exhortación Evangelii Gaudium, «Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados aceptar este llamado: salir de la propia comunidad y atreverse a llegar hasta las periferias, que necesitan la luz de Evangelio». De ahí que, tal como recuerda Ferreras, «la misión específica de los laicos está en el mundo». E insiste: «Estamos llamados a estar significativamente presentes en nuestra sociedad como Iglesia que somos. La mejor manera para escuchar a nuestros conciudadanos es estar allí donde se encuentran, compartiendo su existencia cotidiana. Siendo levadura en la masa, siendo discípulos misioneros».

 

Los documentos del Congreso, las distintas experiencias expuestas, los contenidos que se abordarán, el himno, la oración y otros materiales son accesibles en la página web oficial creada para el eventoDesde la delegación de Apostolado Seglar de la diócesis piden, durante estos días en que se desarrolle el Congreso «una oración especial a toda nuestra diócesis por los frutos de este proceso, que sin ninguna duda será presencia del Padre e impulso del Espíritu».

Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú

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Escucha aquí el mensaje

 

Hoy se celebra la Jornada Nacional de Manos Unidas que, como sabéis, es la organización de la Iglesia Católica en España para la lucha contra el hambre que sufren los pueblos más olvidados del planeta. Con el lema de la campaña de este año «Quien más sufre del maltrato del planeta no eres tú», Manos Unidas denuncia que las poblaciones más vulnerables son las más afectadas por la crisis actual del medio ambiente.

 

La sensibilidad medioambiental es uno de los valores de nuestra época. En los últimos tiempos se ha ido despertando una mayor conciencia de esta problemática, propiciada, entre otras cosas, por el cambio climático. No obstante, todavía debemos profundizar en los cambios personales y estructurales que ello supone, porque la emergencia climática es uno de los grandes retos ante los que se sitúa esta generación.

 

Esta Campaña de Manos Unidas nos quiere ayudar a reflexionar sobre la relación que existe entre el deterioro medioambiental y sus consecuencias en las personas, especialmente en las más pobres y vulnerables. Es una perspectiva muy importante para los creyentes, pues la «opción por los pobres» ha de marcar nuestra manera de mirar la realidad y de acercarnos a ella.

 

El contexto actual es ciertamente paradójico: el deterioro medioambiental ha sido provocado principalmente por los países más desarrollados, que sostienen su modelo de desarrollo en la clave del crecimiento y del consumo, sin tener en cuenta las limitaciones propias del planeta. Sin embargo, las heridas provocadas por este modelo las sufren sobre todo los habitantes de los países más empobrecidos, que disponen de muchos menos medios para superar las consecuencias del descuido de esta casa común. Por eso, no extraña lo que dice el Papa cuando nos habla de que «hay una verdadera “deuda ecológica”, particularmente entre el Norte y el Sur, relacionada con desequilibrios comerciales con consecuencias adversas en el ámbito ecológico, así como con el uso desproporcionado de los recursos naturales llevado a cabo históricamente por algunos países» (LS 51).

 

Ciertamente, a poco que abramos los ojos, nos damos cuenta de que son los pobres los que más sufren las consecuencias de la deforestación, la contaminación o el cambio climático… En estos fenómenos está la raíz de muchos procesos de migración, de movilidad humana que se visibiliza en los que hoy se llaman «refugiados o migrantes medioambientales». Además, si la crisis medioambiental la sufren especialmente los más pobres, también podemos afirmar con tristeza que esta misma crisis provoca cada vez más pobres y hambrientos en el mundo. Así lo afirman los datos de la FAO que cifran en 821 millones las personas que sufren hambre en el mundo, incrementándose este número en los últimos años por culpa de los conflictos armados y del cambio climático. Una cifra escandalosa que provoca nuestra preocupación y nuestro compromiso. Por eso, tenemos que ser conscientes que cuidar el planeta es combatir la pobreza.

 

Manos Unidas nos invita en esta Jornada a profundizar en esa necesaria «conversión ecológica», que conlleva aspectos tan plurales como nos recuerda el Papa Francisco: «una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad» (LS 111). Se trata, en definitiva, de interrogarnos sobre nuestros hábitos de consumo, de producción, de desarrollo, de solidaridad, de justicia, en el empeño por construir un planeta sostenible en el que todos podamos vivir con dignidad. Los cristianos, desde el reconocimiento de Dios como Padre de todos y de todos como hermanos, no podemos quedarnos indiferentes. Con nuestro compromiso y con nuestras acciones, por sencillas que sean, podemos ser «sal de la tierra» como nos recuerda el Evangelio que proclamamos en la Eucaristía de hoy.

 

Mi agradecimiento expresamente en esta Jornada a las personas que, desde Manos Unidas, nos ayudan en esta necesaria reflexión. Ojalá que, cada día, en lugar de sentirnos dueños y dominadores, nos sintamos más cuidadores e inquilinos de este planeta, que ha sido el hermoso regalo para todos de nuestro Padre Dios Creador.

VEM: Un consolidado encuentro de catequesis

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Vocación, Eucaristía y Misión han sido los tres pilares sobre los que un año más ha girado el encuentro de los niños que participan en las catequesis de confirmación de la diócesis. Transcurridos seis años desde su puesta en marcha, el VEM se ha convertido en una más que consolidada cita que ha reunido en esta ocasión a cerca de doscientos niños de toda la geografía burgalesa.

 

Organizado conjuntamente por las delegaciones de Catequesis, Misiones y Pastoral Vocacional, la cita pretende que los chavales no solo sigan formándose en los aspectos básicos de la vida cristiana, sino también favorecer un clima de encuentro entre distintas parroquias y movimientos de la ciudad. Todo ello sin olvidar a los propios catequistas, que también aprovechan el VEM como un momento de encuentro donde compartir las diferentes propuestas pastorales llevadas a cabo en las variadas comunidades de la diócesis.

 

El encuentro ha conjugado distintos talleres sobre los tres ejes del encuentro. Así, los niños y niñas de 4º de primaria han reflexionado sobre la eucaristía y la importancia de la Palabra de Dios en la liturgia, el compromiso caritativo que brota de este sacramento y han podido cocinar su propio pan. Los de 5º han centrado su atención en las distintas vocaciones en la vida de la Iglesia, de modo particular al matrimonio, sacerdocio y vida consagrada. Por último, los de 6º han descubierto la importancia de la dimensión misionera de la Iglesia y han contado con el testimonio de varios misioneros.

 

La jornada ha concluido con una gran yincana y posterior adoración eucarística. El arzobispo, don Fidel Herráez, ha animado a los niños y sus catequistas y familias a seguir esforzándose por ser las «piedras vivas de la Iglesia de Jesús».

 

Más: galería fotográfica de la jornada

Manos Unidas prepara la XXI edición de la Operación Bocata

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La Operación Bocata organizada por Manos Unidas está a punto de arrancar y en esta ocasión, el acto institucional de la XXI edición se celebrará este 14 de febrero en IES Camino de Santiago en colaboración con el C.I.F.P Simón de Colonia y con la participación de los representantes públicos. Será el viernes 14 de febrero a las 12.30 horas.

 

Como cada año, se trata de algo más que comer un bocadillo en un ambiente festivo: es un gesto de solidaridad, tomando con los amigos o con los compañeros de clase, un bocadillo y un botellín de agua, con un donativo orientativo de 3 euros. La mayor parte de los bocadillos se preparan en las instalaciones del colegio Círculo Católico y desde allí se distribuyen a los centros participantes de Infantil, Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato.

 

El alumnado de unos 50 centros educativos de Burgos y provincia se reunirá en las instalaciones de cada centro el viernes 14 de febrero de 2020 para comer su bocadillo solidario al amparo de la iniciativa solidaria. La pasada edición rondaron los 13.000 participantes. Este año esta iniciativa solidaria se extiende a toda la ciudad, gracias a la colaboración de una cincuentena de establecimientos de hostelería que donarán parte de su recaudación. De esta manera, Manos Unidas, espera llegar a reunir los 39.795 euros necesarios para apoyar un proyecto de Centro de Educación Infantil para niños y niñas tribales en Meghalaya, India.