Centralidad de la persona, trabajo decente y cuidado del planeta: las reivindicaciones de la Iglesia ante el 1º de mayo

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trabajo decente

 

Ante la próxima celebración del Día del Trabajo, las entidades que integran en Burgos la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han firmado un manifiesto en el que reclaman un «trabajo decente para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan».

 

Tras más de un año en pandemia, estas instituciones constatan que la crisis sanitaria ha acelerado los procesos que «debilitan el derecho al trabajo–que se ha precarizado– y que empobrecen y descartan a millones de trabajadores y trabajadoras, principalmente mujeres y jóvenes». Por ello, los puestos laborales dignos son «un lujo» que pocas personas se pueden permitir, haciendo que entre en crisis, como sostienen, el pacto social y la propia democracia. Sus reivindicaciones se respaldan en la destrucción de empleos en los últimos meses, en la falta de consideración efectiva para los trabajos calificados como «esenciales» o la ineficacia de las medidas de protección social diseñadas para paliar los efectos de la crisis, que no han llegado «a las personas que más lo necesitan». Además, constatan que la pobreza se ha disparado entre los migrantes en situación administrativa irregular, donde el desempleo y la economía informal son mayoritarios, sin posibilidad de acceso al sistema de protección.

 

Por todo, hacen una serie de reivindicaciones que pasan, en primer lugar, por redefinir el trabajo como una «actividad humana» y por configurar nuevas políticas que aseguren a cada trabajador «alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo a la construcción del bien común». También pretenden potenciar el trabajo con derechos, seguro, «libre, creativo, participativo y solidario» en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin distinción de edad, sexo o procedencia.

 

También reclaman garantizar el acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan trabajar o que sus condiciones laborales no les permitan llegar «a fin de mes», lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales con unas condiciones laborales dignas y promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta. Por último, piden impulsar la incorporación de la juventud al mercado laboral.

 

Actos

 

Junto al manifiesto, Iglesia por el Trabajo Decente también llevará a cabo una serie de acciones a lo largo de esta semana. Con motivo del Día de la Seguridad y la Salud en el trabajo, HOAC de Burgos organiza para mañana miércoles una nueva concentración en la Plaza del Cid contra la siniestralidad laboral (a las 20:00 horas), mientras que el sábado 1 de mayo tendrá lugar un diálogo en torno al citado manifiesto en la sede de Acción Católica (a las 10:30 horas). Además, han elaborado un subsidio litúrgico para con el que animar las eucaristías que se celebren en la archidiócesis el primer día de mayo.

 

Iglesia por el Trabajo Decente es una plataforma que está integrada por Acción Católica General, Cáritas, Justicia y Paz, JOC, HOAC, Promoción Solidaria, el secretariado diocesano de Trata y las delegaciones diocesanas de Familia y Vida, Pastoral Gitana, Pastoral de Migraciones, Pastoral Obrera y Pastoral Penitenciaria.

Nuevo altar de cedro para la iglesia de Santa Catalina

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La iglesia de Santa Catalina, de Aranda de Duero, cumple sus bodas de oro. En el año 1971 fue terminado el templo y el obispo que había entonces, don Segundo García de Sierra y Méndez, acudió a inaugurarlo.

 

Ahora, cincuenta años más tarde, esta parroquia ha querido renovar todo el mobiliario del presbiterio. Han elaborado un nuevo altar, un ambón, un atril, una sede, una credencia y un pie de cirio pascual. Todo ello, está hecho de madera de cedro y expresado con diversos colores, queriendo representar la multiculturalidad del barrio de Santa Catalina. Esto queda patente, especialmente, en el ambón y el altar, los lugares donde se proclama la palabra de Dios y donde se celebra la Eucaristía.

 

El domingo 25 de abril, el arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, presidió la consagración del nuevo altar. Quedó inaugurado el nuevo mobiliario aprovechando la proclamación del evangelio del buen pastor, un día que consideraron muy apropiado para celebrar las bodas de oro de esta parroquia arandina.

‘Lux’, un motivo de esperanza en medio de la oscuridad de la pandemia

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Fue en 1990 cuando la Catedral de Burgos acogió ‘Libros y documentos de la Iglesia en Castilla y León’, la segunda de las exposiciones de las Edades del Hombre, puestas en marcha en Valladolid apenas doce meses antes. Pasados 31 años de aquella muestra, que atrajo a la ciudad a medio millón de visitantes, la Catedral de Santa María acogerá ‘Lux’, la 25ª edición de este ciclo expositivo y que compartirá sede con las iglesias de Santa María del Camino y Santiago de Carrión de los Condes (Palencia) y el santuario de la Peregrina y la iglesia de San Tirso de Sahagún (León). Será la quinta exposición que se desarrolle en la provincia de Burgos después de las celebradas, además, en Oña, Aranda de Duero y Lerma. Una muestra que pretende ser «una luz y un motivo de esperanza tras la pandemia», «un reconocimiento a los que sufren y a quienes trabajan para que vuelva a brillar la luz en medio de la oscuridad», tal como han señalado esta mañana el arzobispo, don Mario Iceta.

 

‘Lux’ pretende ser un homenaje a la Catedral de Burgos en su VIII Centenario y al Camino de Santiago en este año Jacobeo. Por ello, la exposición mostrará algunos de los hitos constructivos de las principales catedrales del país, en los que destacan la construcción de vidrieras, y la importancia y presencia de la Virgen María en todas ellas.

 

La exposición en Burgos contará con siete capítulos distribuidos en los dos claustros y la sala Beato Valentín Palencia. Contará con 120 obras de arte procedentes de todas las catedrales de la región y de otras catedrales de España en un montaje que prende conjugar «túneles y claroscuros que lleven al visitante hacia la luz definitiva, que es Cristo», tal como ha señalado Juan Álvarez Quevedo, delegado diocesano de Patrimonio y comisario de la muestra en Burgos junto con el historiador René Jesús Payo. Se exhibirán, además, 26 obras de arte de la archidiócesis, entre las que destacan el cáliz de los Condestables, algunas de las vidrieras de esta capilla y una reproducción de la puerta que, hace más de un siglo, daba acceso a la Catedral desde el antiguo palacio arzobispal, adosado al templo. Culminará el recorrido la imagen de Santa María la Mayor, patrona de la Seo, «que invitará a los turistas a visitar las otras sedes en Carrión y Sahagún».

 

«Impulso de normalidad»

 

‘Lux’ será «la edición más extensa de las Edades del Hombre», un «complejo reto organizativo» puesto en marcha «en un contexto de enorme inseguridad», tal como ha señalado Gonzalo Jiménez, secretario general de Las Edades. Con todo, la exposición pretende ser «un impulso a la normalidad» y un intento por «mostrar el rostro de la Madre, de María, a una sociedad cada vez más secularizada».

 

Jiménez ha agradecido la colaboración de numerosas instituciones privadas (entre las que se encuentra la Fundación VIII Centenario) y públicas que colaboran económicamente en la realización de este proyecto cultural. La Junta de Castilla y León aportará en esta ocasión 2,2 millones de euros para la realización de la muestra, a los que habría que añadir distintos trabajos de restauración y de promoción de la actividad, tal como ha señalado el consejero de Cultura, Javier Ortega, quien ha destacado que ‘Lux’ será «el mejor evento cultural del país en 2021». El consejero ha estado también acompañado del alcalde, Daniel de la Rosa, y el presidente de la Diputación, César Rico, instituciones implicadas en la puesta en marcha y financiación de este proyecto y para quienes la muestra será un «revulsivo» para «recuperar la esperanza de la gente».

Profesa una nueva religiosa clarisa en Medina de Pomar

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En el año 2012, Sor María Alexandra llegó al monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar. Con 19 años supo que quería pertenecer a Jesús porque sentía un fuerte impulso a identificarse con él. «He experimentado la paciencia de Dios al recrearme, para que Jesús vaya tomando forma en mí, saciando mi sed de su persona, y enamorando cada día más mi corazón».

 

Los días previos a su profesión solemne han transcurrido con normalidad en el monasterio, ayudada por la oración y el cariño de todas las Hermanas.

 

Con 29 años, el pasado sábado, sor María Alexandra del Buen Pastor hizo su Profesión Solemne entregando así su vida en alabanza de Dios. «Llegó el día que tanto había esperado, ser esposa de Cristo para siempre y ser servidora de todos a través de mi entrega a Jesús».

 

La profesión estuvo presidida por el arzobispo D. Mario Iceta, que compartió varias reflexiones con la comunidad: «¿Para quién es tu vida? Solo las personas son dignas de ser amadas con el corazón de Dios, no las cosas. El corazón solo puede entregarse a Dios y a las personas». Dirigiéndose a la religiosa destacó que «no podemos amar a Dios con el corazón pleno, si él no nos ha amado primero».

 

La presencia del arzobispo en la profesión solemne fue una alegría para Sor María Alexanda: «Veo en él la paternidad de Dios, que con corazón de verdadero padre, bendice mi consagración».

 

Esta religiosa, inmersa en la vida monástica, desde el corazón de las Merindades, envía un mensaje de esperanza a los jóvenes y a los que más sufren. «Yo les invitaría a que en esos tiempos largos de silencio, tomen un crucifijo en sus manos y lo miren con detenimiento. Una mirada larga y perseverante y que piensen: Jesús me ha amado hasta el extremo y tiene sed de mi amor».

El Buen Pastor da la vida por sus ovejas

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Queridos hermanos y hermanas:

 

«El Buen Pastor da la vida por sus ovejas» (Jn 10, 11). Jesús Resucitado, verdadero Dios y verdadero hombre, vuelve a recordarnos hoy, Domingo del Buen Pastor, que ha venido a dar la vida por todos. El Señor, una vez más, abre sus brazos y se presenta como la puerta por la que entran las ovejas para alcanzar el descanso, la gloria y la vida plena en el amor. Hoy volvemos la mirada al Pastor. Porque su fidelidad nos preserva del peligro, porque su entrega redime nuestra desesperanza, porque necesitamos de su Cuerpo y de su Sangre para dar sentido pleno a nuestra vida.

 

El Señor Jesús se dejó clavar en el madero para curar nuestras heridas, sin retener nada para él, y para consumar, así, lo que a diario hacemos vida por amor en el altar. Cristo, Pastor del pueblo y Cordero de Dios, nos enseña a vivir una vida de servicio. Y lo hace curando y velando las heridas de cada una de sus ovejas, a las que llama por su nombre, para después salir a buscar a la que se despistó por el camino o se extravió.

 

Está deseando que reconozcamos su voz entre tanto ruido, llevarnos sobre sus hombros para sostener nuestro cansancio, que le reconozcamos como hermano y amigo. Porque, como decía santa Teresa de Jesús, «solo el amor da valor a todas las cosas», y sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, como son las de Dios, «es imposible curar a un hombre enfermo de su soledad».

 

«Mirad qué amor nos ha tenido el Padre…», revela el evangelista san Juan (1 Jn3, 1). Es el Padre que nos entrega a su propio Hijo para que pastoree nuestras huellas, nuestros dones, nuestros cansancios.

 

San Agustín, ante el misterio abismal de la elección divina, manifestaba que «Dios no te deja, si tú no le dejas». En Jesús escuchamos su Palabra hecha carne. Y nos posibilita percibir su presencia en el sonido de una hoja que cae, en el llanto de un niño que nace, en la sonrisa de un abuelo o en la brisa del mar. Y que lo hagamos con toda nuestra alma al descubierto. «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna» (Jn, 10, 27-28), nos prometió el Señor, y nos sigue prometiendo cada día de desvelo y cada noche de desierto.

 

Queridos hermanos y hermanas: sigámosle, aunque nos caigamos una y otra vez. Lo importante no es caer, sino levantarse; siendo conscientes de que siempre nos espera el abrazo que toma cuerpo en nuestra alma. El Buen Pastor, como hizo con los apóstoles a orillas del lago de Galilea, nos sigue llamando por nuestro nombre. Para que todos seamos uno: un solo rebaño y un solo redil, en el corazón de un solo Pastor. Él, quien nos ama profundamente, aunque algunas veces nosotros ni le devolvamos la mirada. Él, que siendo Dios, despojándose de sí mismo, abandona todo para velar por su amado rebaño.

 

La Santísima Virgen María, con su ternura de Madre, supo guardar en su corazón la voz de Dios. Acudamos a sus brazos cuando la niebla oculte los de su Hijo. Ella, Madre del Buen Pastor, nos alienta a ser –a imagen de Jesús– «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4, 32). Fiaos del Señor. Él, como Pastor bueno que es, no os defraudará jamás. Y orad por quienes han recibido del Buen Pastor la vocación a representarle sacramentalmente en la comunidad cristiana. Los pastores desgastan su vida para cuidar de vosotros. También nosotros necesitamos de vuestro cuidado y acompañamiento. Que pueda, de este modo, hacerse realidad el deseo del Señor: «Sabrán que sois mis discípulos si os amáis».

 

Con gran afecto, recibid la Bendición de Cristo Buen Pastor en este domingo de Pascua.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos