La «tierna procesión» de la Semana Santa burgalesa

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La Banda de Cornetas y Tambores de la Sangre del Cristo de Burgos fue fundada en 1992 gracias a una quincena de jóvenes y a la ayuda de la cofradía a la que pertenece, la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores. Con el paso de los años, la banda ha ido integrando nuevos miembros, entre los que se cuentan numerosos niños. De hecho, la agrupación cuenta con una sección dedicada a los más pequeños, que hacen sus pinitos musicales con las marchas de tambores.

 

Entre su joven cantera se encuentran Adrián Benito, que tiene nueve años y porta el estandarte, y su hermano Álvaro, que «toca muy bien el tambor», como dice, a pesar de tener solo seis años. Desde hace tres se enrolaron en la banda de tamborcitos y parece que el mundo cofrade les gusta, como asiente su madre. Aseguran que «tocar el tambor es fácil», aunque les exija ensayar cada domingo, unas veces bajo techo y otras «incluso en la calle». Ambos pertenecen a la parroquia de San Gil, donde tiene sede esta hermandad, donde acuden a catequesis y Adrián ha hecho este año su primera comunión y ejerce como monaguillo.

 

Ellos, sus compañeros de la banda, y numerosos niños pertenecientes a distintas cofradías de la ciudad, así como miembros del coro infantil de la Schola Cantorum, han salido esta mañana a la calle para participar en la «procesión más tierna» de la Semana Santa de Burgos, como la ha calificado el párroco de San Gil. El sacerdote ha animado a los niños a «ser como los barrenderos que riegan las calles» y «limpiar la tristeza de los burgaleses que no conocen a Jesús y María».

 

De hecho, la imagen de la Virgen del Socorro ha sido portada a hombros por doce niños, arropados por otros tantos que han interpretado bailes tradicionales a lo largo de la «tierna procesión», que ha recorrido las calles de San Gil, Avellanos, Alonso Martínez, San Lorenzo y Arco del Pilar, para regresar de nuevo al punto de salida.

 

Tras haber obligado a suspender las dos procesiones programadas ayer, la lluvia ha dado una tregua y los niños han podido disfrutar de su celebración. Si el tiempo lo permite, esta tarde una procesión penitencial recorrerá las calles de la barriada Juan XXIII y a las 21:00 partirá de la iglesia de San Cosme y San Damián la procesión de Nuestra Señora de las Angustias.

Viernes de Dolores, de silencio… y de lluvia

por redaccion,

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En 1472, el papa Benedicto XIII determinó que el viernes anterior al Domingo de Ramos los cristianos meditasen sobre el dolor de la Virgen María durante la pasión de Cristo. Sin embargo, siglos más tarde, Pío XII trasladó la fiesta al 15 de septiembre y, aunque el concilio Vaticano II determinó eliminar las fiestas «duplicadas» del calendario, lo cierto es que la devoción popular sigue conociendo este día como el ‘Viernes de Dolores’. Máxime cuando la reforma del misal del año 2000 conserva la memoria dedicada a la Santísima Virgen de los Dolores como alternativa para la celebración del Viernes de la Semana de Pasión. Un día en que el dolor, el silencio y la sobriedad se dan la mano como pórtico de la Semana Santa. Y este año, además, la lluvia.

 

La borrasca Olivier ha impedido que el Cristo de la Salud salga este año a la calle. Pero aún sin procesión, el resto de la liturgia preparada se ha desarrollado con la misma sobriedad bajo techo, en la iglesia de San Cosme y San Damián, donde cofrades de diferentes hermandades de la ciudad han hecho voto de silencio al comenzar los días grandes de la Pasión de Cristo.

 

Vestidos con hábito franciscano (en recuerdo de la cofradía primigenia de la Semana Santa de Burgos, sita en el extinto convento de San Francisco) y después de haber recibido la absolución en el sacramento de la penitencia, los cofrades han procesionado la robusta talla del siglo XVI por las naves del templo hasta la puerta de la iglesia. Sólo los sutiles golpes de un bombo rompían el silencio. Otros penitentes han portado un gran pebetero de incienso, donde se han quemado sus peticiones mientras rezaban por los cofrades fallecidos en el último año. La capucha y los faroles encendidos han sido símbolos de la penitencia que querían cumplir los cofrades que han asistido a la celebración.

 

Ha sido el segundo de los actos programados para este Viernes de Dolores, después del rosario penitencial celebrado en la iglesia de San Pedro de la Fuente, también bajo techo a causa de la lluvia. Si el tiempo no lo impide, mañana sábado el programa cuenta con la procesión infantil del Amor y la Esperanza (con salida a las 12:00 de la iglesia de San Gil), la procesión penitencial por la barriada Juan XXIII (a las 19:00 horas desde la iglesia de  Nuestra Señora de Fátima) y la procesión de la Virgen de las Angustias (a las 22:00, con salida desde San Cosme y San Damián).

«Pésame, Señor, de haberos ofendido»

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Antiguamente recorrían las calles para anunciar que un miembro de la hermandad había fallecido. Hoy, matraca en mano y repitiendo aquella tradición, cofrades de Nuestra Señora de la Soledad y de Santiago han convocado al barrio de Santa Águeda para acompañar al Cristo de la Buena Muerte en la primera de las procesiones de la recién inaugurada Semana Santa de Burgos. El cortejo anunciador ha salido de la iglesia a las 22:30 y, tras juramento y bendición ante el padre abad, ha recorrido la calle Embajadores y la plaza de Santa María para volver a su punto de partida, desde donde media hora más tarde ha emprendido la procesión.

 

Fue el año pasado cuando se decidió sacar del olvido una antigua costumbre, la que mantenían en el siglo XVI las «freirías», que dado su carácter asistencial, velaban a sus difuntos. Como un recuerdo de esa obra de misericordia, además de orar por los cofrades fallecidos, acompañar la muerte de Cristo ha hecho recapacitar a los miembros de esta hermandad sobre la fugacidad de la vida: «Si mañana moriremos, ninguno lo sabemos», han repetido a lo largo de su recorrido.

 

Un itinerario que en su segunda edición se ha enriquecido, además, con la recuperación de cantos devocionales populares, donde el «pésame, Señor, de haberos ofendido», se ha repetido como un estribillo por un cortejo de plañideras ataviadas con trajes tradicionales. Esta vez, ha sido la imagen de un Cristo yacente que se conserva en la iglesia de San Lorenzo la que se ha portado a hombros de ocho cofrades sobre unas andas de Villamorón. También han procesionado la imagen de una Virgen Dolorosa, mientras que un grupo de niños ha portado una pequeña talla.

 

La del Cristo de la Buena Muerte ha sido la primera procesión en salir a la calle tras el pregón pronunciado en la Catedral por Saturnino López Santidrián. La insistencia del ex abad de la Junta de la Semana Santa en recordar con el concilio de Nicea que Cristo es «verdadero Dios» ha sido palpable en el recorrido. Porque muerto es el mismo Hijo de Dios y, por eso, su muerte es buena, porque con ella rescata a la entera humanidad. Con todo, «pésame, Señor, de haberos ofendido».

Más de 1.200 estudiantes de la escuela pública de Castilla y León reivindican en Burgos el valor de la asignatura de Religión

por Natxo de Gamón,

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Finalmente, el día ha acompañado a los más de 1.200 jóvenes llegados de las nueve provincias que componen Castilla y León que han participado en el IX Encuentro Regional de Estudiantes de Religión que se ha celebrado este miércoles, 2 de abril, en Burgos.

 

La asignatura de Religión Católica ha sido el nexo común de los alumnos llegados a Burgos. Una materia que «le da sentido a la formación integral de los chicos y de las chicas. La asignatura de Religión da luz al corazón e ilumina las realidades de la vida de nuestros alumnos y alumnas, que tanto lo están necesitando», explica Alejandro Romero, profesor de Religión en los institutos de Tudela de Duero y de La Cistérniga de Valladolid.

 

«Me parece que la asignatura de la Religión también ofrece muchos valores que aportan a lo largo de la vida», señala Estela, una estudiante de 3º de ESO de Valladolid que ha participado en el Encuentro. «La Religión también te enseña a mirar hacia adentro, a tu alma. Lo que aprendemos en Religión te puede ayudar a salir de momentos difíciles y en tu día a día», afirma María, compañera de Estela en el aula.

 

Hacia las 10:30h de la mañana comenzaban a llegar al Seminario Diocesano de San José los primeros autobuses cargados de estudiantes de la escuela pública que, como Estela y María, cursan la materia de Religión Católica. Allí han sido recibidos con música y se les ha proporcionado un almuerzo para consumir a lo largo de la mañana.

 

A las 11:00h, divididos en grupos, han partido al centro de la ciudad, que han recorrido en seis diferentes rutas alrededor del patrimonio histórico-artístico que atesora el casco viejo, con un concurso de preguntas y respuestas sobre los 27 lugares que han podido visitar.

 

Ha sido una oportunidad para que los alumnos de Religión Católica de Castilla y León conozcan la riqueza patrimonial de Burgos relacionándola con el 950 aniversario del traslado de la Sede Episcopal de Oca a Burgos y con el año jubilar, y mostrando la respuesta de esperanza que la Iglesia ha ofrecido a lo largo de la historia en los diferentes ámbitos: patrimonial, artístico, asistencial, educativo, etc.

 

Tras reunirse en la Plaza del Rey San Fernando, a los pies de la Catedral, para la multitudinaria foto de grupo, los jóvenes estudiantes se han dirigido a la iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, donde ha tenido lugar la parte más vivencial, espiritual y trascendente del Encuentro: un acto religioso presidido por José Luis Lastra Palacios, vicario de Pastoral de la archidiócesis de Burgos.

 

En él se ha reflexionado sobre el Jubileo universal Peregrinos de Esperanza junto a la Cruz de los Jóvenes de san Juan Pablo II. Con ella se ha recreado el logotipo del Jubileo, con cuatro estudiantes envueltos en los colores que aparecen en él. Además, algunos de los participantes han ofrecido su testimonio al resto de los estudiantes, manifestando públicamente que todo lo relacionado con la fe merece la pena vivirlo intensamente.

 

La charanga Entrenotas ha acompañado a los más de 1.200 jóvenes al entorno de la sala Andén 56, donde han comido y han tenido el acto festivo, con la música del DJ Cristrax y la actuación del grupo burgalés de danza urbana H3B.

 

El Encuentro ha terminado hacia las 17:30h con la entrega de premios por parte de las autoridades a los ganadores en el concurso de preguntas y respuestas de las rutas realizadas por la mañana.

 

El acto ha concluido con las palabras de Carlos Izquierdo Yusta, vicario general de la archidiócesis de Burgos, quien ha ejercido de anfitrión y ha animado a los presentes a ser testigos de esperanza. También ha tomado la palabra Cristina Ayala Santamaría, alcaldesa de Burgos, que ha agradecido la visita a la ciudad de tantos jóvenes estudiantes.

 

Por su parte, Inmaculada Sierra Vecilla, vicepresidenta tercera de la Diputación Provincial de Burgos, ha destacado el testimonio que ofrecen estos estudiantes cursando una asignatura que ofrece los valores que enseña la Religión; y José Antonio Antón, delegado provincial de Educación de la Junta de Castilla y León, ha felicitado a los más de 1.200 estudiantes de Religión congregados en Burgos por elegir esta asignatura en su formación. Tras ello, los alumnos han partido de vuelta a sus lugares de origen.

Escuelas católicas, ‘empapadas’ de inspiración

por redaccion,

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Porque «educar no es sólo preparar para un futuro profesional, sino también para la vida», Escuelas Católicas ha querido reivindicar un año más su importante papel en la sociedad actual. A través de un manifiesto y un acto conjunto celebrado en la plaza Mayor y con la lluvia como escenario de fondo, han querido dar a conocer su «apuesta por una enseñanza integral, donde cada estudiante desarrolla no sólo sus competencias académicas», sino también «su capacidad de amar, crear, servir a los demás y afrontar los retos de la vida con esperanza y determinación». Y todo, porque esta escuela, además de transmitir conocimientos, también «motiva, impulsa y ayuda a cada alumno a descubrir su vocación, crecer con valores y desarrollar todo su potencial para contribuir a la sociedad».

 

Además de los representantes de los centros educativos burgaleses –han acudido niños que cursan 5º de primaria de al menos una docena de colegios–, en el acto han estado presentes diversas autoridades, como la alcaldesa, Cristina Ayala, el arzobispo, mons. Mario Iceta, o el director provincial de Educación, José Antonio Antón. También han participado representantes sindicales, directores de colegios de la red católica y miembros de FECAMPA, así como el secretario autonómico adjunto de Escuelas Católicas Castilla y León, Leandro Roldán. Su representante en Burgos, Faustino Díez, ha asegurado que el de hoy no es un día de reivindicaciones sino de «celebración», de «festejar que la escuela católica sigue presentado un servicio a la población de Burgos». Aunque atisba que el futuro de estos centros –«como el de los colegios públicos»– es incierto, dada la baja natalidad, se siente animado: «Nos repartiremos la tarta, estamos todos unidos, escuela católica y concertada. Estamos unidos en esta tarea de educación que es maravillosa, de poder acompañar y formar a estos peques. Es la mejor profesión del mundo», ha subrayado.

 

Como se ha subrayado en el acto, estos centros suponen «un proyecto de inspiración y transformación». En sus aulas y a través de pedagogías innovadoras, «inspiramos con valores que construyen personas comprometidas con su entorno, con una enseñanza que respeta la diversidad, fomenta la creatividad y ofrece herramientas para que cada alumno alcance su máximo potencial». La lluvia, sin embargo, ha impedido concluir el acto como estaba previsto y será cada centro el que complete un gran mural en el transcurso de los próximos días con el lema «Educación que te inspira», el lema que aúna a estos centros durante este curso.

 

En Burgos, pertenecen a la red de Escuelas Católicas 29 colegios, en los que se forman 18.949 estudiantes (el 34% del total de alumnos de la provincia) y trabajan 1.744 profesionales, entre docentes y personal administrativo y de servicios. Desde hace una década, estos centros celebran su día en distintas ciudades de Castilla y León, para poner en valor los elementos comunes de la educación católica de la región, dar a conocer sus centros educativos y mostrar el estilo de educación compartido entre todos ellos, fundamentado en valores cristianos, calidad académica e innovación educativa.