Octavario por la Unidad de los Cristianos

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Esta semana, del 18 al 25 de enero, celebramos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El lema –«Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (cf. Mt 2, 2)–, inspirado en la visita de los Magos de Oriente a Jesús recién nacido, nos adentra en el misterio inagotable de la Luz del mundo: ese resplandor de plenitud que sigue alumbrando las oscuridades de las personas y de los pueblos», sin que se extinga «el hambre de Dios».

 

Hoy, en medio de tantas divisiones, ahogos y conflictos, ante la falta de unidad que en muchas ocasiones nos aflige, hemos de descansar la mirada en el corazón del Evangelio. Y hacerlo, como quien despierta sus sentidos a un Dios que, siendo inmensamente poderoso, nace pobre por amor.

 

Ciertamente, nuestras dificultades para mantener la unidad visible de la Iglesia no pueden hacernos olvidar la urgencia del mandato de Cristo, porque la salvación es el destino universal de todos; y para que la salvación alcance a todos es preciso darles a conocer la verdad que se le ha confiado a la Iglesia. Por tanto, como los profetas, hemos de adelantar el destino universal del anuncio evangélico (cf. Hch 16, 18) hasta hacernos buena noticia y promesa de unidad y salvación.

 

Ecumenismo es caminar juntos por los diferentes escenarios de la historia, y siempre bajo la atenta y amorosa mirada de Dios. «Ningún diálogo ecuménico puede avanzar si nos quedamos firmes», aseguraba el Papa Francisco a los miembros de la Delegación de la Iglesia Evangélica Luterana Alemana, a quienes recibió en el Vaticano. Porque es esencial el espíritu de comunión fraterna entre todos los hermanos, para ser todos uno en el Amor (cf. Jn 17,21) y, así, cumplir –unidos, en la Tierra– el sueño de Dios: «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20b).

 

En este mosaico de sentires reunidos a la escucha de un mismo credo, hemos de poner mayor énfasis en cuanto nos une para poder superar cuanto nos separa. Y sin olvidar el camino central de la oración, para que sea el Espíritu Santo quien indique la ruta a seguir. «El Espíritu de amor», ha destacado el Santo Padre en multitud de ocasiones, con gestos y acciones, «nos empuja por los senderos de la caridad».

 

Cabe destacar en esta semana de comunión –que debe hacerse extensiva a todos los días del año–, el trabajo de la comisión de ayuda y respaldo a los cristianos de Tierra Santa que han promovido los obispos católicos de Europa. En este sentido, reconocen que hoy, más que nunca, «el Próximo Oriente necesita una luz celestial para acompañar a su pueblo». Y ponen rostro a la estrella de Belén, que «es la señal de que Dios camina con su pueblo, siente su dolor, escucha su grito y le muestra compasión».

 

Jesús es la luz que inundó de paz nuestras tinieblas cuando se encarnó en la Virgen María, por obra del Espíritu Santo, y se hizo hombre. Una luz que es signo de unidad, de acogida, de comunión, de alianza y de encuentro. Luz que siguieron los Magos. Ellos, viajando de países lejanos, representan el corazón de las diferentes culturas y manifiestan la unidad de los pueblos, tan deseada por Dios.

 

Que esta Semana sea, también, un encuentro de amor con la Santísima Virgen María. Ella sostuvo, cuidó y custodió al Niño hasta que el Padre le dijo que era el momento de dejarle partir para ser, a la vez y para siempre, hermano de todos.

 

Los cristianos estamos llamados a ser una señal ante el mundo de la unidad que Dios trae consigo. Que este Octavario por la Unidad de los Cristianos nos ayude a sanar heridas milenarias y nos aproxime, aun más, a esa caridad fraterna tan deseada por el Padre; para que el mundo crea al ver cómo nos amamos y para que seamos –en su nombre– fieles discípulos de su Amor.

 

Con gran afecto pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

El arciprestazgo del Vega, por una catequesis más misionera

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La parroquia de San José María Escrivá, acogió el pasado 15 de enero a más de 50 catequistas del arciprestazgo del Vega en su tradicional encuentro de formación. La hermana Julia Blázquez, ACI., delegada de catequesis de la diócesis de Salamanca, animó la primera parte de la mañana con la presentación del método «Godly Play». Se trata de una nueva pedagogía aplicada a la catequesis basada en «un medio de dirección espiritual y descubrimiento basado en principios del método Montessori y el culto cristiano». Según Blázquez, «pretende presentar de manera imaginativa las historias de la Biblia a niños y también a gente de más edad».

 

La religiosa recordó a los responsables de la acción catequética que su tarea principal es preparar a los niños y adolescentes «no para recibir el sacramento, sino para la misión», es decir, ayudar a los catequizandos a tener un encuentro personal con Jesús y desde ahí, ser enviados a ser sus testigos.

 

Tras el descanso y el café, la segunda parte de la mañana, se presentaron dos proyectos arciprestales de familia y juventud. Un ejemplo más de que los catequistas de la archidiócesis buscan nuevas vías de evangelización con la incorporación de nuevas propuestas metodológicas y proyectos pedagógicos más adaptados a los tiempos modernos.

Musulmanes de la ciudad conocen los secretos de la Catedral

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El «Grupo de conocimiento y diálogo cristiano-musulmán» inició su andadura en 2008 por iniciativa de la entonces mesa diocesana de pastoral con inmigrantes y, desde entonces, son varias las acciones que desarrolladas para permitir a los creyentes de ambas religiones conocer un poco más acerca de sus culturas y tradiciones respectivas. Además de las habituales jornadas anuales, con conferencias y mesas redondas, realizan otro tipo de actividades, como visitas a templos católicos o mezquitas y otros encuentros de carácter lúdico. Y, en medio del VIII Centenario de la Catedral, la visita al primer templo de la archidiócesis era una de acciones que quedaba pendiente de cumplirse.

 

En la jornada de ayer, quince integrantes de este grupo de conocimiento y diálogo –entre las que destacaban mujeres musulmanas de la asociación Arreda y algunos católicos– conocieron la razón de ser y la historia del templo comenzado a construir hace ahora ocho siglos. La visita estuvo guiada por el canónigo Juan Álvarez Quevedo y se desarrolló en un «clima cordial», tal como señalan los organizadores.

 

En las próximas semanas, el «Grupo de conocimiento y diálogo cristiano-musulmán» organizará una visita que realizarán miembros de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima a la mezquita de Gamonal.

Diálogo entre generaciones, tema del aula de Doctrina Social de Aranda

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diálogo generaciones

 

El próximo lunes 17 de enero tendrá lugar la cuarta sesión del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia, organizada por la Comisión de Pastoral Obrera del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán en Aranda de Duero.

 

El acto se desarrollará en el salón de la parroquia de Santa Catalina (avda. Burgos 5) a partir de las 19:00 horas. Siguiendo la tradición de años anteriores, en este mes de enero se reflexiona el Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz (1 de enero), titulado en esta ocasión «Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera». Estará animada la sesión por José Luis Lastra, vicario pastoral de la archidiócesis.

 

Esta charla-coloquio está abierta a los asistentes habituales del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia y a cuantas personas interesadas quieran participar. El gesto económico solidario de este curso va destinado a Cáritas arciprestal.

«Manjón y Palencia»: una nueva fundación canónica para los colegios diocesanos

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Con la intención de lograr una mejor coordinación y unidad de actuación en los colegios diocesanos, además de una mejor consecución de sus fines, el pasado mes de noviembre nació la Fundación Canónica Autónoma de Colegios Diocesanos Manjón y Palencia. Su finalidad, tal y como se expone en el Boletín Oficial de la Archidiócesis [diciembre 2021] es promover una educación integral de inspiración cristiana, de calidad y excelencia y que dote a los alumnos de recursos para que en el futuro sean personas competentes y capaces de transformar la sociedad. Este nuevo órgano diocesano está regido por un patronato compuesto por doce miembros, de los cuales la presidencia corresponde al arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, y cuenta con varios seglares que aportarán sus conocimientos en el mundo educativo, que mantuvieron ayer mismo una jornada de encuentro y trabajo. Entre estos miembros está Andrés Picón, quien como director general para la Fundación expresa que «es bueno separar los colegios de toda la administración diocesana para darles más independencia, además de dotarles con un instrumento administrativo más ágil».

 

Evangelizar en las asignaturas ordinarias

 

Picón, quien también ejerce como delegado episcopal para los colegios diocesanos, explica que esta Fundación se debe a una apuesta fuerte por la escuela católica, «por el derecho que tiene la Iglesia a fundar colegios y educar a los hijos de los cristianos que quieran esta educación para ellos inmersa en una cultura cristiana. Es una forma de ver el mundo desde nuestros principios del evangelio». Y sobre el peso de la pastoral en estos centros, aclara que siempre ha estado potenciada, pero sin limitar la actividad evangélica a la catequesis o misas que puedan celebrarse, y que tienen un gran papel pero son insuficientes: «Buscamos que los colegios tengan una identidad completamente cristiana y la pastoral ordinaria; la presencia que hay en este curso de sacerdotes que ejercen como capellanes en los colegios son importantes, pero si queremos formar hombres y mujeres con criterios y cultura cristiana, esa cultura ha de adquirirse fundamentalmente en las asignaturas de literatura, de historia, de física y química, de filosofía… es en estas asignaturas donde está la cultura cristiana y donde tiene que estar el cristiano si queremos influir en la evangelización del mundo», sostiene.

 

«La evangelización –continúa exponiendo Picón– no es fundamentalmente una labor catequética, sino es cambiar nuestra forma de pensar, de ver y de juzgar la realidad de acuerdo con el evangelio, con la historia de la salvación y de la Iglesia a lo largo de estos siglos. Los alumnos pueden vivir en un ambiente cristiano en sus casas, pero de qué sirve todo eso si luego en física y química les explican que el mundo es producto de la casualidad o les dicen en literatura que los grandes literatos eran anticlericales o que la Iglesia lo único que ha hecho es quemar libros, o que les digan en filosofía que Dios no existe porque no se puede probar. Por más que vayan a catequesis o que su familia sea cristiana, los alumnos que viven una atmósfera así no serán cristianos».

 

Potenciar la esencia de la escuela católica

 

Entre las primeras actuaciones de esta Fundación Manjón y Palencia está una convención de directores de los colegios para llevar una pedagogía más o menos conjuntada y lograr una economía centralizada, aunque cada centro tendrá su independencia económica debido a su conciertos. «Vamos a tener un equipo de pastoral que trabaje conjuntamente en los seis colegios que pertenecen a la Fundación (los cinco colegios de titularidad diocesana –Saldaña, María Madre, Apóstol San Pablo, San Pedro y San Felices, Santa María la Nueva y San José Artesano– y el colegio Círculo Católico, que contará con un convenio para que  se aborde la dirección pedagógica y la pastoral). Además, también se abre la posibilidad de establecer convenios con otros colegios de órdenes religiosas, aunque esto es algo que aún está por estudiar. «Estamos dispuestos a trabajar con estas entidades porque no queremos que se pierda la esencia de la escuela católica en la ciudad de Burgos». 

 

Sobre esta esencia, el director general de la Fundación Manjón y Palencia apunta a tres niveles de pastoral en los colegios que abarca el territorio de la archidiócesis. En primer lugar están los colegios diocesanos y el colegio Círculo, que pertenecen a la Fundación. Son seis centros y cuentan con 5.000 alumnos. El segundo «anillo» sería la escuela católica, que son los colegios que pertenecen a las órdenes religiosas. «En la diócesis son 30 centros y educan a unos 15.000 alumnos aproximadamente, y junto con los colegios diocesanos suman el 40% de la escuela en Burgos». El tercer núcleo es la enseñanza religiosa en la escuela pública, la asignatura de Religión, y cuya situación resulta preocupante, pues cada año baja la demanda. «Aquí por una parte contamos con las clases de Religión y también con el testimonio y la libertad de cátedra de los profesores cristianos, que también es una forma de evangelizar. Su vida ha de ser conforme a lo que predican, congruente y que transmita la alegría de ser cristiano».