Fallece el sacerdote Francisco Javier Martínez Riaño

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Francisco Javier Martínez Riaño

 

En el día de hoy ha fallecido el sacerdote diocesano Francisco Javier Martínez Riaño. Nació el 3 de diciembre de 1936 en Belorado y fue ordenado sacerdote el 23 de julio de 1961. Ejerció el ministerio en los siguientes encargos encomendados por los diferentes arzobispos: coadjutor y párroco sucesivamente de Pedrosa del Príncipe y servicios; párroco de San Pedro de la Fuente y párroco de la Anunciación.

 

El funeral por su eterno descanso se celebrará mañana día 17 a las 16:00 horas en la parroquia de la Anunciación. Su capilla velatoria será instalada en la funeraria de San José.

 

El arzobispo, don Mario Iceta, y todo el presbiterio diocesano expresan el más sentido pésame a sus hermanas Valeriana y María Luisa y a sus sobrinos, y oran a Dios Padre por el eterno descanso de Francisco Javier.

 

En este tiempo de Pascua, compartimos desde la fe la realidad de la que ya Francisco Javier está disfrutando y tan bellamente expresa Jesús en el evangelio de San Juan: «Yo soy la resurrección y la Vida. El que cree en mí aunque haya muerto vivirá, y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás». El Señor que comenzó en él la obra buena eligiéndole para el ministerio presbiteral, él mismo la lleve a feliz término.

El Año Jubilar de la Catedral encara su recta final

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El 7 de noviembre de 2020 se iniciaba el Año Jubilar concedido por el papa Francisco con motivo del 800 aniversario de la colocación de la primera piedra de la Catedral de Burgos, un tiempo para permitir a los fieles lucrar las gracias jubilares y que, de no haber sido por el estallido de la pandemia de covid-19, debería haber concluido en noviembre de 2021. La emergencia sanitaria llevó a la Penitenciaría Apostólica a prolongar siete meses más el Año Santo, lo que ha posibilitado que en este tiempo más de 171.000 personas hayan peregrinado a la Seo para celebrar el Jubileo.

 

Entrada la recta final de este Año Santo, desde el Cabildo señalan que este tiempo jubilar «sobrepasa nuestras posibilidades de evaluación», si bien insisten en que «está siendo un acontecimiento de gracia en el que Dios está actuando de diferentes maneras, por distintos medios, a través de distintas sensibilidades y experiencias en cada una de las personas» que han acudido al templo en el último año y medio. Agustín Burgos Asurmendi, canónigo responsable de la liturgia en la Catedral y uno de los miembros del Cabildo que más ha participado en los actos de recepción de peregrinos, indica que las personas que han acudido a la Seo han experimentado que «este templo es una obra de arte» y que, como tal, ellos también son templo de Dios –como reza el lema del Año Jubilar–: «Haced que con la ayuda de Dios vuestra vida sea también una obra de arte», explica a los peregrinos que acuden a la Seo y participan del itinerario jubilar propuesto.

 

Parroquias, arciprestazgos, grupos organizados venidos de todos los rincones de la archidiócesis y de otros lugares del país y del mundo han participado en algunos de los actos jubilares organizados en la Catedral. Grupos de catequesis, ampas de colegios religiosos, participantes en los programas de Cáritas, congregaciones religiosas, asociaciones de fieles… Hasta la fecha, 151 grupos han acudido de forma organizada para participar en el rito de apertura de la Puerta Santa del Perdón y la acogida por parte del Cabildo, algunos realizando incluso el itinerario catequético propuesto desde la Puerta del Sarmental. 32.400 personas han participado en las celebraciones jubilares programadas, a las que se han sumado prácticamente todos los sectores de la pastoral diocesana (pastoral de la salud, migraciones, misioneros, familias, religiosos, sacerdotes, seminaristas, cofradías, catequistas, agentes de Cáritas, adolescentes y jóvenes, periodistas, adoración nocturna… y un largo etcétera). Tampoco olvida varios actos de carácter nacional organizados en Burgos con motivo del Jubileo, como el encuentro de músicos católicos o de cabildos del país. Muchos de ellos han acudido al templo portando tierra de sus lugares de origen, con la que se plantarán jardines en diferentes lugares de la archidiócesis como memoria de la celebración de este año Jubilar tan especial.

 

Burgos Asurmendi destaca que en los últimos 16 meses se han procurado vivir todas las dimensiones que lleva aparejado la celebración de un Año Santo, como son el júbilo, la intercesión, el compromiso y la reconciliación. En relación al primer aspecto señala de forma especial el desarrollo de todas las celebraciones litúrgicas, de forma particular la de Apertura de la Puerta Santa, presidida por don Fidel Herráez, la solemne eucaristía del pasado 20 de julio con don Mario Iceta, coincidiendo con el 800 aniversario de la colocación de la primera piedra, y las diferentes celebraciones lúdicas y actividades marianas, con toques de campanas incluido. 

 

Respecto a la intercesión, recuerda las vigilias de oración de fin de año, una jornada de 24 horas de lectura ininterrumpida de la Biblia o la celebración de la memoria de los santos y beatos burgaleses, cuyas reliquias –70 en total– se han sumado a la capilla que las alberga. 

 

Sobre la dimensión social que lleva aparejada el Jubileo, Burgos destaca la colecta especial en favor de varios proyectos solidarios con misioneros burgaleses, aunque no solo. En este aspecto de «renovación y misión», el canónigo también engloba la celebración del Domund, la celebración de la vida consagrada, la recepción de bautismos en la Catedral o las últimas celebraciones de Cuaresma y Semana Santa, con salida de todas las cofradías desde el interior del templo gótico. En el aspecto penitencial y de perdón, destaca la celebración especial de las últimas «24 horas para el Señor», que se celebraron de forma íntegra en la Catedral, y las confesiones celebradas dentro del templo. 

 

¿Y ahora, qué?

 

El número tres del Vaticano, Edgar Peña Parra, sustutito de la Secretaría de Estado, presidirá la eucaristía de clausura del Año Santo el 5 de junio. Ese mismo día, el arzobispo, don Mario Iceta, firmará el documento final de la Asamblea Diocesana, acontecimiento eclesial por excelencia que se ha desarrollado también teniendo como trasfondo el aniversario de la Catedral. Se está proyectando una celebración en la que queda representada toda la archidiócesis en sus diferentes sectores de la pastoral y sus territorios. También se planifica una celebración en torno a Santa María la Mayor durante el mes de mayo, así como la puesta en escena del oratorio «Catedral de Piedras Vivas», compuesto en tres actos por el maestro de capilla de la basílica de Santa María la Mayor de Roma. También espera sonar por primera vez una misa para cuatro voces y orquesta compuesta para este Año Santo y que se incorporará al archivo de la Catedral.  

Tiempo de Pascua, tiempo de Confirmación

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Inmersos en este precioso tiempo de Pascua, en el cual abrimos, de par en par, las puertas al Espíritu, recordamos la importancia del sacramento de la Confirmación.

 

El tiempo pascual es, por excelencia, el despertar a una vida nueva, un momento admirable para recibir –como los apóstoles en Pentecostés– el don del Espíritu Santo.

 

El fuego del Espíritu purifica el alma de quien lo contempla y edifica el corazón de quien lo recibe. Y su luz ilumina las tinieblas de aquellos rostros que han perdido el vestigio bondadoso y pródigo del Padre.

 

Fuego y luz, pasión y espera: un camino de alegría que nos impulsa a ser testigos de Jesucristo hasta los confines de la tierra. Porque la Confirmación infunde gozo, ilusión y expectativa; une más íntimamente a Cristo y a su Iglesia, renueva la esperanza y enriquece el porvenir con una fuerza que nada ni nadie puede parar.

 

Hoy deseo animar, de una manera muy especial, a todos aquellos que aún no habéis recibido el sacramento de la Confirmación, con el anhelo de que os abráis a la gracia del Espíritu; porque, a Su lado, aferrados a esa fuente de Agua viva, nunca quedaréis defraudados.

 

Un sacramento que, como el Bautismo, «imprime en el alma del cristiano un signo espiritual o carácter indeleble; por eso solo se puede recibir una vez en la vida». Así se lo recordaba el Papa Francisco a un grupo de jóvenes de Viterbo en Roma, en marzo de 2019, mientras les decía que «el Espíritu Santo te da la gloria que no enferma. ¡Sean valientes y sean firmes!».

 

Jóvenes y mayores: no tengáis miedo a recibir el sacramento de la Confirmación, ese signo visible de un don invisible que se hace verdad a través de la señal del Espíritu Santo. Hacedlo, y el Señor sostendrá vuestra entrega y vuestro compromiso para difundir, por todos los rincones del mundo, el buen olor de Cristo. Pero no tengáis miedo; pues, como ya predijo el Señor antes de su Pasión, «cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis de qué vais a hablar; sino hablad lo que se os comunique en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo hablará por vosotros» (Mc 13, 9-11).

 

Uno solo es el Espíritu, y está deseando posarse sobre vuestras debilidades y heridas para hacerlas, en Dios, fortalezas. Solo necesita vuestro paso, vuestro sí y vuestra mano, para que ese signo espiritual se haga imborrable en vuestra vidas.

 

Decía san Agustín que «según crece el amor dentro de ti, así crece también la belleza; porque el amor es la belleza del alma». Y, desde los ojos de la Belleza, deseo animaros a recorrer vuestros pasos con Él, a dejaros moldear por Su infinita paciencia y a haceros uno con Quien es verdaderamente la vida (Jn 14, 6).

 

La vida eterna, que brota del Padre, nos la transmite en plenitud Jesús en su Pascua por el don del Espíritu Santo. Así lo anticipa el Salmo 104, en comunión, con la fuerza inusitada del Paráclito: «Escondes tu rostro, y se espantan; les retiras el aliento y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu Espíritu y los creas, y renuevas la faz de la tierra» (Sal 104, 29-30).

 

El Espíritu nos ha sido dado como «prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo» (Ef 1, 14). Y hoy, una vez más, anhela prender vuestros corazones. Y desea hacerlo, también, desde la mirada de María: la llena de gracia que concibió por obra y gracia del Espíritu Santo para llevar a cabo su misión maternal como madre, hija y esposa.

 

Queridos amigos, que aún no habéis recibido el sacramento de la Confirmación: id al templo que es Cristo (Lc 2, 27), y pedid que venga sobre vosotros el don del Espíritu. Así, bajo Su unción, os convertiréis en signos de esperanza y podréis escuchar cómo Jesús os susurra al oído, y en nombre del Padre: «El que cree en mí, vivirá para siempre» (cfr. Jn 11, 25).

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Un Rosario de la Aurora para convertir «nuestra sociedad acartonada»

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No es necesaria mucha publicidad ni grandes convocatorias: los burgaleses se suman en masa al popular Rosario de la Aurora. Más si cabe después de dos años de pandemia, que han obligado en las últimas ediciones a pensar alternativas a esta tradicional cita en la mañana del 13 de mayo. Puntual, el arzobispo, don Mario Iceta, saludaba a los congregados a los pies de la Catedral para comenzar a las 6:30 de la mañana la procesión, que ha recorrido desgranando misterios del Rosario las calles de la Paloma, Laín Calvo, plaza Alonso Martínez, Santander, Mío Cid y paseo del Espolón. «Pidamos especialmente por la paz, tan necesaria en nuestro mundo», ha exhortado. Y así ha sido. También se ha pedido por los jóvenes, la familia, los pobres y necesitados, los mártires de hoy en día y tantos cristianos que sufren persecución a causa de su fe en todo el mundo.

 

Tras el rezo del Rosario, de nuevo en la Catedral, el arzobispo ha presidido la eucaristía. En su breve homilía, ha recordado que los mensajes de la Virgen de Fátima en sus apariciones tenían en común un único mensaje: «Cambiar el corazón». «Parece que todo está bien, que todo circula y todo funciona, pero vemos sin embargo que el mundo está sumido en violencias, guerras, injusticia, angustia, soledad. Vivimos solos en nuestro individualismo y necesitamos el don del Espíritu que convierta radicalmente nuestros corazones. Necesitamos una humanidad nueva, si no todo serán cataplasmas; necesitamos convertir nuestra sociedad envejecida y acartonada no por nuestro trabajo, sino que es un don de Cristo que transforma nuestros corazones. Solo así daremos frutos de donación, paz, alegría y esperanza», ha subrayado.

 

También ha recordado que la Virgen de Fátima pone en el centro de la atención de la Iglesia la familia, el cuidado de la vida naciente y la que está por terminar –«la vida es un don y eliminarla no es un bien; no podemos agravar la ya agravada situación con nuevas leyes», ha advertido–, el acompañamiento a las personas que viven en soledad y la paz para toda la humanidad.

 

Desde hace años, el Rosario de la Aurora es uno de los actos de piedad que reúne a mayor número de personas. Organizado por la milicia de Santa María de Burgos, este popular Rosario no es el único acto mariano que se desarrolla durante el mes de las flores. Las tardes de cada sábado de mayo congregan también a un buen número de burgaleses en torno a la estatua de santo Domingo de Guzmán, en el paseo Sierra de Atapuerca, para rezar el Rosario. Al concluir el mes de mayo, el último sábado, organizan igualmente otro Rosario de la aurora por las calles del popular barrio de Gamonal.

Un café, sindicatos e Iglesia

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Pastoral Obrera retomó ayer sus encuentros en torno al mundo sindical que se han celebrado en ediciones anteriores y que se han visto interrumpidas los últimos años a causa de la pandemia. En esta ocasión, eligieron el formato café-tertulia. En un ambiente distendido, cristianos que desarrollan su compromiso en el mundo del trabajo a través de los sindicatos compartieron sus experiencias e impresiones. A la cita acudieron cristianos pertenecientes a sindicatos como UGT, CCOO, SOI o CGT, entre otros. «Es imprescindible fomentar más el encuentro entre Iglesia y sindicatos, en el deseo común de luchar por un trabajo digno para todos», señaló la delegada de Pastoral Obrera, Amaya Muñoz Vicario.

 

El evento estaba abierto a todos los públicos y se celebró en el centro comunitario del Espíritu Santo de Gamonal. En él, una treintena de personas dialogaron sobre diferentes vivencias en el mundo sindical y todos coincidieron en la necesidad de formación para conocer la historia del movimiento obrero y los derechos laborales actuales. También se habló de la importancia de que la sociedad recupere valores como el esfuerzo o la solidaridad.

 

La delegación de Pastoral Obrera hace un balance muy positivo de la asistencia y participación de este acto y afirma que repetirán en el curso que viene con un formato similar.