Los carismas rejuvenecen la Iglesia

por administrador,

 

El pasado mes de mayo la Congregación para la Doctrina de la Fe envió a todos los obispos una carta titulada Iuvenescit Ecclesia. El título está tomado del Vaticano II, de la constitución dogmática sobre la Iglesia, y es muy significativo: «La Iglesia rejuvenece» gracias al poder del Evangelio y gracias al Espíritu que la renueva continuamente y la guía con diversos dones jerárquicos y carismáticos que acompañan y animan su vida y misión.

 

Me parece oportuno haceros una breve presentación de este documento ya que tiene que ver con la experiencia eclesial concreta, pues ofrece una perspectiva que nos ayuda a afrontar los desafíos y proyectos del presente con el dinamismo que nos hemos trazado en el plan pastoral de la Diócesis: cuando escuchamos la llamada a salir al encuentro de las necesidades humanas y de los que no han escuchado el Evangelio, cuando estamos implicados en un proceso de conversión pastoral, cuando debemos releer toda la vida cristiana en clave misionera, cuando la evangelización es nuestra tarea más urgente, cuando nos esforzamos por ser discípulos misioneros, resulta más necesario y estimulante reconocer y apreciar los muchos carismas que en nuestra propia Iglesia pueden despertar, contribuir y alimentar la vida de fe del Pueblo de Dios.

 

Los carismas, se dice en esta carta, son dones de Dios, del Espíritu Santo, de Cristo, dados para contribuir de diferentes maneras, a la edificación de la Iglesia, el bien de los hombres y las necesidades del mundo. Los dones jerárquicos y carismáticos, tienen el mismo origen y el mismo propósito. Las relaciones entre ellos han de ser estrechas y articuladas. Quien ha recibido el don de guiar en la Iglesia también tiene la tarea de vigilar sobre el correcto funcionamiento de los otros carismas, para que todo contribuya al bien de la Iglesia y su misión evangelizadora.

 

Debemos por ello cultivar nuestra capacidad para discernir la presencia de los carismas entre nosotros, superando el prejuicio de pensar que los carismas sólo surgen en momentos o situaciones muy especiales. En realidad el Espíritu sigue otorgando con generosidad sus dones también hoy, entre nosotros. Entre los dones carismáticos hay muchos que son recibidos y vividos por personas concretas dentro de las comunidades cristianas. Otros carismas son vividos por grupos, movimientos, comunidades, familias espirituales, que proponen formas renovadas de seguimiento de Cristo, y que llevan a los nuevos contextos sociales la atracción del encuentro con el Señor Jesús y la belleza de la existencia cristiana vivida integralmente.

 

Todo ello, como ya decía San Juan Pablo II, es una respuesta providencial a las necesidades actuales de la Iglesia. Porque los  Carismas son gracias especiales del Espíritu Santo dados para servir a la edificación de la iglesia, el bien de los hombres y las necesidades del mundo. Por eso deben ser para nosotros motivo de alegría y satisfacción, de reconocimiento y de acogida.

 

Ahora bien, todos estos carismas, como nos recuerda la carta que comento, deben insertarse en las Iglesias locales y en las parroquias, permaneciendo siempre en comunión con los pastores. La función y el dinamismo de esos dones deben acreditarse en el servicio a la diócesis en su vida cotidiana. Debe ser tarea y compromiso de todos la inserción de las realidades carismáticas en la pastoral de las Iglesias particulares, como servicio de la misión eclesial. Así fecundan la comunión de la Iglesia gracias a la conexión armónica y complementaria de muchos protagonistas unidos en el común empeño pastoral.

 

También el ministerio jerárquico es un carisma que está al servicio de estos dones que el Espíritu regala a la Iglesia; es tarea suya, impulsando la comunión eclesial, discernir los carismas, recibirlos con alegría y gratitud, promoverlos y dejarles espacio para su desarrollo y crecimiento. Es una responsabilidad que yo, como obispo, procuraré realizar con gozo para lograr, como nos pide el Papa Francisco, esa armonía que el Espíritu crea entre los diferentes dones y carismas.

 

Esos dones del Espíritu no son algo opcional en la vida de la Iglesia; es una obligación de todos nosotros dejar que se manifiesten para el bien común y para el rejuvenecimiento de nuestra Iglesia local, precisamente cuando estamos inaugurando nuestro Plan Pastoral.

 

El documento termina con una referencia a María, Madre de la Iglesia, a quien se invoca con las palabras que también hago mías, pidiendo que «con su ayuda eficaz y con su poderosa intercesión, los carismas distribuidos abundantemente por el Espíritu Santo entre los fieles sean dócilmente acogidos por ellos y den frutos para la vida y misión de la Iglesia y para el bien del mundo».

El ministro del Interior pide a Santa María La Mayor la protección para la Guardia Civil

por administrador,

 

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La Guardia Civil ha buscado hoy la bendición de la Virgen María para «una profesión consagrada al servicio de la sociedad, al servicio de España, llevada a cabo en base a los firmes valores que le fueron inculcados». Así lo ha asegurado el ministro del interior, Jorge Fernández-Díaz, en la eucaristía en honor de la Virgen del Pilar que ha acogido esta mañana la catedral de Burgos dentro de los actos que la Benemérita está desarrollando en la ciudad con motivo del día de su patrona. Ante la presencia del arzobispo y el vicario general castrense, el director de la Guardia Civil, cuerpos de seguridad del Estado y autoridades autonómicas, provinciales y locales, Fernández Díaz ha pedido a Santa María La Mayor que «proteja a los guardias civiles de Burgos y de España entera en el difícil y sacrificado camino que estos hombres y mujeres eligieron».

 

La advocación como patrona a la Virgen del Pilar por parte de la Benemérita empezó en 1864 en el cuerpo de guardias jóvenes de Valdemoro. Una «feliz protección» que más tarde se extendió a todo el cuerpo de la Guardia Civil, siendo reconocido por el rey Alfonso XIII en 1913 como patrona oficial del cuerpo, «que se enorgullece de encontrar en ella su refugio y abrigo», tal como ha indicado el ministro. «Hoy soy yo quien tiene el honor de peregrinar hasta tu altar y de postrarse ante ti; esta vez en nombre y en representación de todos los guardias civiles, quienes vienen con humildad a mostrarte su cumplida gratitud por los continuos favores que le otorgas, por el auxilio que les demuestras y por velar por ellos con tus ojos de ternura y comprensión». Así ha orado momentos antes de entregar al arzobispo un broche para Santa María La Mayor que «quiere ser una pequeña muestra del sincero homenaje que te rinden los guardias civiles». «A cambio –ha dicho Fernández Díaz– nos atrevemos a implorar tu protección» para todo el cuerpo de la Benemérita, pos sus familias y por «los que han caído en el cumplimiento del deber».

Haciendo bien a la sociedad

En su homilía, el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha asegurado que «no es una exageración decir que el pueblo español ama y valora altamente a la Guardia Civil». Para el pastor de la diócesis «es el común sentir de todos los presentes», a la vez que ha afirmando que «nos alegra hondamente dar gracias a Dios y pedir su especial bendición para toda la Guardia Civil y al mismo tiempo por sus familiares y seres queridos».

 

Al igual que María acompañó a los apóstoles en la etapa de santificación de la Iglesia en la espera del Espíritu Santo en Pentecostés, ha pedido a la Virgen que «acompañe a la Guardia Civil, que la tiene como patrona», a la vez que ha exhortado a los presentes a dejarse acompañar «por esta protección de nuestra madre».

 

El pastor de la diócesis ha concluido su predicación asegurando poner ante el altar «de forma muy especial a la Guardia Civil para que Dios les siga acompañando y nosotros sigamos queriendo a este cuerpo que tanto bien ha hecho, está haciendo y hará».

La Iglesia burgalesa clama por el trabajo decente

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Con motivo del día internacional del Trabajo Decente, varias organizaciones sociales de Iglesia (Cáritas diocesana de Burgos, Acción Católica General, HOAC, Promoción solidaria, Fundación Alter, CONFER, JOC, Justicia y paz y la delegación de Pastoral Penitenciaria), se unieron ayer para difundir su compromiso de seguir construyendo y exigiendo una sociedad que defienda el trabajo decente. Con este fin tuvo lugar la conferencia «¿Creación de empleo o trabajo indecente?» impartida por Carlos López Ahedo en la sede central de Cáritas. En el encuentro se leyó el manifiesto que secundan todas estas instituciones y con el que quieren denunciar el aumento de la precariedad en el trabajo y la pérdida de condiciones que favorezcan un trabajo digno.

 

Según se lee en el documento, «el trabajo decente debe estar en la agenda política, en las agendas de las entidades sociales y empresariales, en nuestras agendas personales… y también en las propuestas de nuestra Iglesia». De ahí que estas organizaciones eclesiales aboguen por «poner en el centro a la persona, rompiendo la actual lógica de pensar y organizar el trabajo desde lo económico y los intereses de unos pocos; plantear el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo; luchar por condiciones dignas de empleo; articular de forma humanizadora el trabajo y el descanso y luchar para que el acceso a derechos humanos como sanidad, vivienda y educación no esté condicionado a tener un empleo».

 

«Toda sociedad –concluye el manifiesto– está llamada a visibilizar y denunciar, a través de todos los medios al alcance, la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la negación de dignidad que esto supone. Todos y todas podemos hacer algo desde nuestras organizaciones y lugares de compromiso».

Arranca en Burgos la 90ª campaña del Domund

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Varios misioneros burgaleses y amigos de las misiones han participado esta tarde en la eucaristía de lanzamiento de la campaña del Domund, una eucaristía presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, y con la que la delegación de misiones ha querido que los burgaleses tomen conciencia de la importancia de las misiones en este año en que la tradicional campaña eclesial cumple su 90 aniversario. El acto se ha desarrollado en la parroquia de San José Obrero, antiguo seminario de misiones, donde descansan los restos del sacerdote Gerardo Villota, promotor en Burgos de la Obra de la Propagación de la Fe hace ahora 130 años.

 

La de Burgos es una de las diócesis españolas que aporta un mayor número de misioneros, entre laicos, religiosos y religiosas y sacerdotes. En el fichero de la delegación de Misiones se contabilizan 735 misioneros burgaleses, que representan el 5,5% del total de los misioneros españoles, cuya cifra asciende a los 13.000. De estos misioneros burgaleses, el 71% se encuentra en América Latina, el 12% en África, un 3% en Asia, el 13% en Europa y uno en Oceanía.

Actos misioneros en Burgos

Además de la misa de esta tarde, la campaña del Domund de este año contará también con una vigilia de oración que tendrá lugar en la capilla de las Salesas de la calle Barrantes el 21 de octubre a las 20:00 horas.

 

El 23 de octubre se celebrará la jornada propiamente dicha, en la que se invitará a realizar una aportación económica para las misiones, mientras que el día 27 habrá un encuentro por las vocaciones misioneras a las 20:15 horas en el Seminario diocesano de San José.

Los catequistas del Vega buscan una catequesis adaptada al lenguaje de hoy

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manuel maria bru

Al acto han acudido numerosos catequistas de la zona.

 

Ochenta catequistas del arciprestazgo de Burgos-Vega han mantenido esta tarde una jornada de formación en los salones de la parroquia de San Julián Obispo para aprender a «catequizar con el lenguaje de hoy». La formación ha corrido a cargo del colaborador de la programación religiosa de la Cadena Cope y actual delegado de catequesis de la diócesis de Madrid, Manuel María Bru.

 

En su ponencia, Bru ha querido destacar la necesidad de ser una «Iglesias en salida» hacia las periferias existenciales, en la que tanto insiste el papa Francisco en el contexto de la nueva evangelización y en continuidad con las líneas marcadas con anterioridad por sus antecesores san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

 

De ahí que para el ponente sea de vital importancia el «conocimiento de las claves culturales de este tiempo para que los catequistas puedan ‘hacerse uno’ con la mentalidad de hoy», siendo fieles a la transmisión de la fe pero destacando al mismo tiempo la importancia a los destinatarios y la necesidad de adaptar esa fe a su contexto vital concreto.

 

Por último, en su ponencia ha señalado los puntos de encuentro entre el lenguaje de la cultura circundante (sobre todo en cuanto cultura mediática) y el lenguaje de la evangelización en general y de la catequesis en particular.

 

La jornada formativa de hoy tendrá su continuación mañana sábado con un taller práctico.