Las parroquias de Merindades, de romería a la Virgen de la Tabla

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Cada mes de mayo, las parroquias del arciprestazgo de Merindades peregrinan a un lugar mariano de su comarca para realizar una romería a alguna de las advocaciones marianas de la zona. Este año, las parroquias del norte de la archidiócesis se reunieron el pasado domingo en torno a la ermita de la Virgen de la Tabla, en la localidad de Cigüenza.

 

El acto comenzó con la bienvenida a los numerosos fieles, que se trasladaron desde Frías, Trespaderne, Espinosa de los Monteros, Medina de Pomar, Quintana Martín Galíndez, Villarcayo… y de diferentes valles como el de Manzanedo o Valdivielso. En total, alrededor de 120 personas.

 

Una vez dentro de la ermita, se rezó el santo Rosario, en el que cada misterio era introducido por un representante de las diferentes unidades de acción pastoral que configuran la zona. Durante el rezo de las letanías, se nombraron las diferentes advocaciones marianas presentes en las Merindades. A continuación se hizo una pequeña procesión con la imagen de la Virgen de la Tabla alrededor de la ermita mientras se entonaron canciones marianas. Dicha procesión concluyó rezando la Salve popular.

 

La jornada concluyó con una merienda campestre en las laderas de la ermita. Un día de convivencia que volvió a reunir a los fieles de la comarca después de dos años largos de pandemia.

 

Los orígenes de esta advocación a Nuestra Señora de la Tabla se remonta a una leyenda que narra cómo una niña fue salvada de morir ahogada en el río Nela gracias a la tabla que le ofreció la Virgen a modo de salvavidas. Su fiesta se celebra el 8 de septiembre (fiesta litúrgica de la Natividad de la Virgen María), con el traslado de la talla de la Virgen de la Tabla desde su ermita a la parroquia, donde permanece a la veneración de los fieles durante una semana.

«Retablo sonoro» permitirá a artistas residentes elaborar nuevos proyectos culturales

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Con el nombre «Retablo Sonoro», el Museo del Retablo de Burgos pone en marcha una nueva propuesta cultural basada en la modalidad de la «residencia artística», un programa que permite a artistas y creadores disponer de espacios y recursos para trabajar, individual o de forma colectiva, en los ámbitos vinculados a su disciplina artística. De esta forma, se permite la concentración de los artistas en sus proyectos, se dan a conocer proyectos de artistas de la misma rama y exhibir y compartir sus trabajos.

 

Arzobispado de Burgos y Fundación Círculo Burgos han firmado esta mañana un convenio de colaboración que permitirá desarrollar un proyecto cultural basado en la música gracias a la «residencia artística» concedida al músico burgalés Diego Crespo durante los años 2022-2023 en la iglesia de San Esteban – Museo del Retablo y por un presupuesto de 4.000 euros. Entre las actividades a realizar a lo largo de estos dos años, se programarán conciertos, conferencias y talleres sobre música. «Ser artista en residencia para mí es un lujo y un honor al que pocos creadores tienen acceso», ha declarado Crespo, quien ha afirmado que buscará la «calidad» en la programación que elabore, buscando siempre «buenos intérpretes y los mejores referentes» del panorama musical.

 

El conocido artista es intérprete de varios instrumentos de tecla (piano, órgano y clavecín), lo que hace más fácil poder incluir músicas de todos los estilos y agrupaciones diversas. Su misión es programar durante los próximos dos años conciertos de música barroca, clásica o culta con dichos instrumentos, audiciones divulgativas de órgano o conciertos didácticos. Se ofrecerán conciertos de órgano en la nave central de la Iglesia de San Esteban y conciertos de música de cámara en el claustro del Museo. Para ello también se ha instalado un piano de cola modelo Yamaha C3.

 

El primer concierto tendrá lugar este sábado, 14 de mayo, a las 20.30 horas. Será un recital de flauta y piano a cargo José Sotorres, flauta solista de la  Orquesta Nacional de España y Diego Crespo, al piano. La programación se completará, sobre todo durante los meses de mayo a octubre, con la implicación de otros artistas, entre los que ya figuran Daniel del Pino, Carlos Goicoechea, Antonio Arias o Enrique Martín Laguna. El precio de las entradas será popular, y oscilará entre los cinco y los diez euros, y podrán adquirirse en la misma taquilla del Museo del Retablo hasta media hora antes del comienzo de cada espectáculo.

 

Emilio de Domingo, presidente de la Fundación Círculo Burgos, ha señalado que con «Retablo Sonoro» se propiciará el acceso a la cultura a más burgaleses en una época del año en la que decae este tipo de programación en la ciudad: «Los museos no son lugares donde se almacenan y exhiben piezas, han de ser también elementos vivos que generen cultura y encuentro».

 

Con la puesta en marcha de «Retablo Sonoro», el Museo del Retablo prosigue con su estrategia de impulso a las actividades culturales de la ciudad. Ubicado en la iglesia de San Esteban, recibe anualmente unas 30.000 visitas. Es fruto del trabajo desarrollado por la archidiócesis de Burgos desde 1995 para la restauración y conservación del patrimonio de las iglesias parroquiales abandonadas o en proceso de ruina. Aunque también alberga una importante sección de orfebrería, está centrado en el retablo (exhibe más de treinta), lo que le convierte en un museo único en su género en España. El Arzobispado trabaja, además, en la puesta en marcha de otros proyectos, entre los que sobresale la restauración del órgano barroco de la iglesia o el acceso a su torre, a fin de que «la mayor parte de San Esteban sea visitable», como ha señalado el vicario general, Carlos Izquierdo.

Convocatoria de prensa: presentación de «Retablo Sonoro»

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La oficina de Información del Arzobispado de Burgos invita a los medios de comunicación a participar en una rueda de prensa en la que se dará a conocer el proyecto «Retablo Sonoro», una propuesta cultural basada en la «residencia artística» y posible gracias a un acuerdo económico entre el Museo del Retablo y la Fundación Círculo. Tendrá lugar mañana jueves 12 de mayo a las 10:15 horas en el Museo del Retablo. En el acto participarán:

  • Antonio García Ibeas, director del Museo del Retablo
  • Emilio de Domingo, en representación de Fundación Círculo Burgos
  • Diego Crespo, artista en residencia
  • Carlos Izquierdo, vicario general de la archidiócesis de Burgos.

Duración aproximada: 20 minutos.

El arzobispo reconfigura el Consejo Episcopal «con vistas a la evangelización»

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consejo episcopal

 

El arzobispo ha trasladado al presbiterio diocesano, reunido hoy en el Seminario para celebrar la fiesta de San Juan de Ávila, la configuración de su nuevo Consejo Episcopal. Transcurrido año y medio de su llegada a la archidiócesis y con el objetivo de «llevar adelante la tarea evangelizadora», don Mario Iceta entiende que su nuevo equipo esté compuesto por cinco miembros: un vicario general y moderador de la curia, un vicario para la pastoral, un vicario territorial, un vicario para el clero y un secretario general canciller. Tras haber consultado a sacerdotes, religiosos con empeño pastoral y a los organismos deliberativos de la archidiócesis, ha nombrado a los sacerdotes Julio Andrés Alonso Mediavilla (1966) como nuevo vicario territorial y Miguel Ángel Díez Villalmanzo (1965) como vicario para el clero. El vicario general, Carlos Izquierdo (1973), y el secretario canciller, Fernando Arce (1972), nombrados recientemente, seguirán en sus cargos, al igual que José Luis Lastra (1968), que repetirá como vicario episcopal para la Pastoral. Sus nuevas responsabilidades se hará efectivas el próximo 1 de septiembre, con el inicio del nuevo curso pastoral.

 

En la nueva configuración del consejo episcopal, el arzobispo ha añadido la figura de un vicario episcopal territorial, que se responsabilizará de la acción evangelizadora en los arciprestazgos, unidades pastorales y parroquias, así como de la necesaria remodelación de sus respectivos equipos pastorales y estructuras con vistas a la evangelización. Los demás miembros mantendrán las obligaciones propias que marca para ellos el Código de Derecho Canónico y la praxis habitual: el vicario de pastoral se ocupará de la acción pastoral y formación de las delegaciones y secretariados de la curia, así como los organismos, movimientos y asociaciones laicales que dinamizan la acción pastoral diocesana; el vicario para el Clero cuidará de la atención personal y formación de los sacerdotes y diáconos permanentes y el vicario general y el secretario canciller se responsabilizarán de las competencias que marca para ellos el estatuto de la curia.

 

Don Mario Iceta ha agradecido la disponibilidad de los sacerdotes en aceptar y asumir las responsabilidades que les encomienda y en la que la puesta en marcha de las propuestas de la Asamblea Diocesana serán una prioridad. «Es un don precioso de Dios para la archidiócesis y yo me implicaré con alma, vida y corazón en llevarla adelante», ha afirmado.

 

El pastor de la archidiócesis ha agradecido las 107 aportaciones que ha recibido y que le «han ayudado» a tomar la decisión a la hora de componer el nuevo consejo episcopal. «No sé lo que ha propuesto cada uno; he meditado y rezado los nombres y he borrado los correos recibidos», ha explicado. De José Luis Lastra ha señalado su «servicio grande y reconocido» y su «inmenso trabajo realizado para impulsar la Asamblea». Sobre el nuevo vicario territorial, ha indicado que deberá recorrer la provincia «porque hay que reestructurar la archidiócesis ya que somos menos sacerdotes, con pueblos cada vez más vacíos y tenemos que implicar al laicado en las tareas pastorales». El vicario del clero, por su parte, tendrá como función estar cerca de los sacerdotes y atender sus necesidades, de ahí que se desvincule a partir de ahora esta tarea con la de dirigir la Casa Sacerdotal, tarea realizada hasta la fecha por Jesús Castilla.

 

El arzobispo ha agradecido el «impagable trabajo y entrega» de quienes hasta el momento han conformado el equipo de gobierno y que le «han ayudado a insertarme en la archidiócesis; me he sentido querido y bien acompañado». La vicaría que ocupaba el salesiano Amadeo Alonso se transformará en una delegación para la vida consagrada; Vicente Rebollo ocupará el cargo de ecónomo diocesano, pero sin ejercer como vicario, al igual que Andrés Picón, que continuará al frente de la fundación Manjón y Palencia que aúna los colegios de titularidad diocesana.

25, 50, 60 y 70 años de ministerio: el asombro de ser curas

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Decenas de sacerdotes se han dado cita hoy para celebrar la fiesta de su patrón, el maestro san Juan de Ávila. Después de dos años de pandemia, el evento ha regresado con fuerza al Seminario (en 2021 se celebró una solemne eucaristía en la Catedral) y con los actos tan característicos de esta entrañable celebración, en la que son homenajeados de forma especial los sacerdotes que cumplen 25, 50, 60 y hasta 70 años de vida ministerial.

 

La figura del sacerdote y periodista José Luis Martín Descalzo, desgranada en una conferencia a cargo del profesor de Teología Antonio Martínez Serrano, y una comida de hermandad han completado los actos de la jornada, en la que ha ocupado el puesto central la eucaristía concelebrada y presidida por el arzobispo momentos después de haber desvelado la configuración de su nuevo consejo episcopal.

 

En su homilía, don Mario Iceta ha recordado a los presbíteros que «ser sacerdote es ser amor, ejercer el oficio de amor». Y un amor «concreto, con rostros y nombres» pues, ha dicho, «no se puede amar a bulto, en masa». Por eso, si los sacerdotes deben imitar las actitudes de Cristo, el Buen Pastor, «tenemos que poner rostro a la porción del pueblo que Dios nos ha confiado» y «desgastarnos por nuestras ovejas». En este sentido, el pastor de la Iglesia en Burgos ha subrayado que «los fieles tienen olfato y enseguida se dan cuenta si somos personas de Dios, si queremos transmitirlo a él o a nosotros». «Hagamos vida lo que leemos o, de lo contrario –ha advertido–, lo que digamos quedará hueco». «Busquemos –en definitiva– la santidad, pues la santidad es la plenitud del amor», ha remarcado.

 

En su extensa alocución, el arzobispo también ha pedido a los sacerdotes que «la sinodalidad no se convierta en un eslogan de moda», sino que promueva en sus vidas una auténtica conversión. En este sentido, ha exhortado a los presbíteros a «escuchar», poner sus vidas «en servicio a la misión», colocar «en el centro a Jesucristo» y favorecer la comunión en el presbiterio: «No nos unen las apetencias, ni los gustos o las afinidades ideológicas… nos une la ordenación presbiteral y que somos hijos de Dios. Gracias a Dios, él nos ha elegido diferentes. Acojamos en el corazón al hermano diverso, formando un único presbiterio». «La fragmentación es obra nuestra, la diversidad es obra del Espíritu. Convirtámonos para querernos como hermanos», ha concluido.