El pasado 5 de marzo, miembros de la junta directiva de la Mezquita Attaqwa visitaron al arzobispo Don Mario Iceta para tener un momento de presentación y diálogo. Este encuentro fue una forma de retomar el contacto iniciado hace unos años con el obispo emérito Don Fidel Herráez, por iniciativa propia de los musulmanes que forman parte del ‘Grupo de conocimiento y diálogo cristiano-musulmán’ creado en 2008 desde la Delegación diocesana de Pastoral de Migraciones de Burgos y con los que esta delegación mantiene reuniones de forma periódica, una vez al mes.
En la reunión, Don Mario se interesó por la situación de los jóvenes que le visitaban. Todos ellos se encuentran trabajando y están asentados en la ciudad desde hace muchos años, pero esta no es la situación de la mayoría de los musulmanes de que llegan a Burgos. Por esta realidad también se interesó el arzobispo. «Están llegando muchos jóvenes y la gran dificultad que encuentran es el acceso a la vivienda y al trabajo por no tener papeles» señala Hilda Vizarro, delegada diocesana de la Pastoral de Migraciones. El diálogo se centró, sobre todo, en transmitir la realidad que viven las personas musulmanas en Burgos, donde se encuentran con muchas dificultades desde su llegada: la falta de papeles, la demora de la gestiones públicas o el gran problema de encontrar un empleo o acceder a una vivienda cuando se encuentran en situación irregular, «es la pescadilla que se muerde la cola, porque si no tienen trabajo no les dan los papeles, pero sin papeles no pueden trabajar», denuncia Hilda.
Está previsto que Don Mario devuelva la visita a este grupo acudiendo a la mezquita el sábado 15 de abril por la tarde, en pleno mes de Ramadán, donde compartirá con ellos el momento de la ruptura del ayuno.
No se entiende la Iglesia sin la presencia del sacerdote. Un sacerdocio que se remonta a los primeros inicios del cristianismo y que han sabido modular su misión en el devenir de los siglos para actuar en la Iglesia de cada tiempo. Al estudio sobre «el sacerdocio ministerial en la misión de la Iglesia» está dedicando la Facultad de Teología su último simposio, que se prolongará desde hoy hasta el próximo viernes con una reflexión en torno a la figura del sacerdote en el Nuevo Testamento, su presencia en la primitiva Iglesia, en los tiempos actuales y su papel en el futuro y en su relación con otras religiones y confesiones cristianas.
El profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Italia Septentrional, Franco Manzi, ha sido el encargado de inaugurar el simposio con una conferencia en torno a la figura sacerdotal de la Carta a los Hebreos. Tras su ponencia se sucederán otras de Pedro Langa (sobre el ministerio sacerdotal en la época de san Agustín), Lorenzo Trujillo (el sacerdote en los nuevos tiempos), José Román Flecha (el sacerdote en la sociedad relativista) y Fernando Rodríguez Garrapucho (sobre el sacerdote del tercer milenio y su relación con otras religiones y confesiones cristianas). El arzobispo y gran canciller de la Facultad de Teología de Burgos, don Mario Iceta, será el encargado de clausurar el simposio.
Este evento pretende «recoger algunos aspectos actuales para la formación de los sacerdotes», aunque se hagan desde una perspectiva histórica, señala Isaac González, uno de los organizadores del simposio. «San Agustín, a pesar de vivir en el siglo IV nos hablará de ser una Iglesia sinodal, «una cuestión de rabiosa actualidad» y «que es diálogo con todos, con los de dentro y fuera de la Iglesia». Para este profesor agustino, además, el simposio está destinado no solo a los sacerdotes, sino a todos los laicos, «que en virtud del bautismo también participan del sacerdocio real de Cristo y están llamados a ser testigos creíbles del evangelio en un mundo descreído que vive como si Dios no existiera».
La reflexión en torno al sacerdocio es uno de los pilares de estudio de la Facultad de Teología, que repite este simposio desde hace 37 años, como una ocasión para profundizar en las últimas reflexiones teológicas en torno al ministerio ordenado.
Los días 2, 3 y 5 de marzo ha tenido lugar la visita pastoral de don Mario Iceta a la parroquia de San Pedro y San Felices de Burgos. Después de haber visitado las comunidades de la Santa Cruz y San Martín Obispo, ha sido la segunda parada de su itinerario por el arciprestazgo del Vega, donde ha dado inicio a esta visita canónica.
Durante tres días, el arzobispo ha tenido oportunidad de conocer no solo la vida de la parroquia, sino también el tejido social del barrio, donde la Iglesia está presente en numerosos ámbitos. Compartió un café tertulia con los miembros de la asociación laical Promoción Solidaria, donde conoció la labor que realiza este colectivo a través de su militancia cristiana en los ámbitos sociales donde participan. También visitó la residencia de ancianos San Pedro y San Felices, donde saludó a casi todos los residentes. También mantuvo reuniones con los sacerdotes y participó en una asamblea parroquial, donde los grupos de la parroquia expusieron sus acciones y los retos que perciben en su tarea evangelizadora. Don Mario concluyo la asamblea respondiendo a algunas propuestas y confirmando la importancia de ser una parroquia en salida, que invita a otros a vivir la fe.
El segundo día de la vista, el arzobispo se hizo presente en el Colegio del Sagrado Corazón, donde visitó las clases y mantuvo un encuentro con la comunidad religiosa, así como las dos clases de religión del vecino instituto de enseñanza secundaria Diego de Siloé.
La visita canónica concluyó el domingo con un encuentro con familias de los niños de la catequesis. Las familias pidieron a la parroquia espacios donde cuidar a los adolescentes y don Mario recordó la importancia de evangelizar en el tiempo libre. La eucaristía puso boche final a la visita pastoral, en la que el arzobispo envió a cumplir su misión evangelizadora a los educadores de los colegios San Pedro y San Felices y del Sagrado Corazón, y de los catequistas de la parroquia.
Según explican desde la parroquia, «la visita pastoral ha sido una oportunidad para sentir la cercanía de don Mario y para poder tomar conciencia de las oportunidades y los retos de la tarea evangelizadora de nuestra parroquia. Nos hemos llenado de ganas e ilusión para seguir adelante».
Alumnos y profesores de los 29 centros educativos que conforman en Burgos la plataforma «Escuelas Católicas» han salido esta mañana a la calle para poner en valor el estilo en común de educación que comparten todos estos centros, fundamentado en los valores cristianos y la innovación educativa, así como los beneficios que los alumnos y familias obtienen de la formación académica, humana e innovadora que se ofrece en ellos.
Siguiendo la estela del año pasado, cerca de mil personas se han concentrado en la plaza Mayor, que se ha convertido en un improvisado «patio de vida» escolar. Allí, representantes de estos centros han leído un manifiesto con el que se comprometen a que los colegios católicos se conviertan en «espacios de abrazos, encuentros y sonrisas, donde cada día podamos ser compañeros de vida, cuidadores de nuestro entorno y fomentar redes de solidaridad y empatía».
El acto ha contado con la presencia del director provincial de Educación, José Antonio Antón Quirce, para quien la escuela concertada es «complementaria» a la pública para seguir logrando «los buenos resultados educativos en Castilla y León». También ha participado el responsable de Escuelas Católicas en Castilla y León, Leandro Roldán, y el presidente de esta entidad en Burgos, Víctor Mendiguchía, para quien el futuro de la escuela concertada y la pública es incierto debido a la escasa natalidad en la Región. «Hoy es un día festivo para nuestras escuelas; queremos recordar que somos escuela concertada pero formamos una red junto a la escuela pública». «Somos un proyecto innovador que trabaja desde la cercanía y la atención personalizada y dentro de la libertad de enseñanza y, fieles a la espiritualidad de nuestros fundadores, damos un plus en la educación de los niños».
La patronal de los colegios católicos en Castilla y León aglutina en Burgos 29 centros (21 de ellos solo en la capital) y cuenta durante este curso con 18.861 alumnos y más de 1.700 profesionales, entre profesores y personal no docente. En la provincia, el total de centros de educación concertada aglutina al 35% del total del alumnado, un 0,5% más que el año precedente, un porcentaje muy superior al resto de la región, donde estudian en estos colegios el 29% del total del alumnado.
La Iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) ha hecho público un manifiesto bajo el lema «Igualdad y Dignidad – La precariedad laboral se escribe en femenino», con motivo del Día Internacional de la Mujer, para reivindicar un cambio en la organización de la sociedad donde el centro sea la persona y pueda tener acceso a un trabajo decente que suponga que mujeres y hombres trabajen en igualdad, dignidad, libertad y seguridad.
Con motivo de esta fecha señalada, desde ITD se sigue denunciando la desigualdad salarial que mantiene a las mujeres en situación de inferioridad y se exige que se corrijan las desigualdades existentes tanto a nivel salarial como de las situaciones que las originan. Frente a la situación de los jóvenes, ITD «encuentra una especial dificultad de acceso al mercado laboral de mujeres jóvenes». Por ello, «pedimos políticas de empleo activas y pasivas vinculadas a la educación para el empleo y dirigidas a reforzar las probabilidades de que las jóvenes encuentren un empleo». En este sentido, la iniciativa urge a que el trabajo que las mujeres realicen sea socialmente reconocido y goce de las condiciones laborales de un trabajo decente. Ante todo esto, «tenemos que situarnos en otra lógica, hemos de afrontar la realidad del mundo obrero y del trabajo desde la fraternidad, de la dignidad de la persona y el bien común». Por ello, emplazan a situarse en la lógica de la defensa de la dignidad del trabajo y de un trabajo con condiciones dignas y saludables para las personas que lo realizan.
Siguiendo el lema «Igualdad y Dignidad – La precariedad laboral se escribe en femenino», ITD se une al constante llamamiento del papa Francisco para poner fin a las desigualdades de las mujeres en el mercado laboral, como por ejemplo, la menor consideración de los riesgos laborales en los trabajos altamente feminizados y que traen problemas de salud, y acabar con la brecha salarial, un «escándalo que los cristianos deben rechazar firmemente», junto con las consecuencias que todo ello acarrea.
Esta Iniciativa por el Trabajo Decente que inició su andadura a nivel nacional en el año 2014, en la archidiócesis de Burgos está formada por trece entidades eclesiales: Cáritas, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), las delegaciones de Familia y Vida, Pastoral Obrera, Pastoral Gitana, Pastoral de Migraciones y Pastoral Penitenciaria, el secretariado contra la Trata, Juventud Obrera Cristiana (JOC) Acción Católica General, Encuentro y Solidaridad, Promoción Solidaria y Justicia y Paz