La fecundación in vitro, su eficacia y consecuencias, fueron objeto de reflexión y debate en una conferencia organizada por la delegación diocesana de Familia y Vida, y que corrió a cargo de una de las principales expertas en la materia a nivel internacional, la doctora Mónica López Barahona, miembro del Comité Director de Bioética del Consejo de Europa, directora de la Cátedra de Bioética Jérôume Lejeune de Madrid, directora general académica del Centro de Estudios Biosanitarios y, desde 1999, miembro de la Pontificia Academia para la Vida.
En su intervención, que tuvo lugar el pasado día 16 en el salón de actos de la Fundación Cajacírculo, y que contó con la asistencia de más de un centenar de personas, la experta en bioética desmontó el mito de la eficacia de este tipo de técnicas de reproducción asistida y su carácter supuestamente terapéutico, ya que no solucionan la infertilidad sino que la suplen, y además, a un coste enorme de vidas humanas, ya que llegan a “producirse” unos 18 embriones para que nazca uno. Además, apuntó, existe una tendencia a que la fecundación in vitro se convierta en una forma de eugenesia y por tanto de rechazo de personas con alguna enfermedad o deficiencia o que simplemente no tienen las características que se buscan, algo que ilustró con el ejemplo de los llamados «bebés medicamento».
Otra de las grandes consecuencias de las que alertó fue la realidad de los vientres de alquiler, también llamada maternidad subrogada, una forma terrible de explotación de mujeres puesto que mayoritariamente son mujeres pobres las que se ven abocadas a esta forma inhumana de desligar la maternidad de la procreación, lo que en sí ya es también una tragedia.
El diálogo con el público fue intenso y entre otros temas se abordó la falacia del preembrión, categoría artificialmente creada por intereses espurios para manipular el debate ético y justificar la utilización de vidas humanas.
Imagen de la oración interconfesional de Burgos del año pasado.
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Del 18 al 25 de enero celebramos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Un año más la Iglesia, evocando la oración de Jesús al Padre cuando pide para sus discípulos: «que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, …para que el mundo crea» (Jn 17, 21), nos recuerda el sentido y la necesidad de rezar por la unidad de los cristianos, divididos en diferentes confesiones y comunidades. «La desunión, dice el Papa Francisco, es una herida en el cuerpo de la Iglesia de Cristo. Y nosotros no queremos que esa herida permanezca».
Esta Semana pone siempre delante de nuestros ojos una triste realidad, ante la cual no podemos responder con indiferencia y con distancia. Por el contrario tiene que ser un estímulo para conocer mejor a los cristianos de otras confesiones, y para reconocer los valores evangélicos que ellos realizan con sinceridad y honestidad; tiene que ser también ocasión para que sintamos el dolor de la separación y el escándalo que ello supone para nuestro testimonio en una sociedad multicultural y plurirreligiosa; y sobre todo tiene que suscitar en nosotros la urgencia de la unidad y de la comunión plena, para realizar la misión que el Señor entregó a su Iglesia, «para que el mundo crea», para que hagamos creíble el Evangelio de la reconciliación, la paz, la justicia y la unión del género humano.
Esta celebración constituye una de las expresiones más antiguas y genuinas del ecumenismo de hoy. Ya hace más de un siglo, en 1908, el sacerdote anglicano Paul Watson propuso estas fechas porque se situaban entre dos fiestas litúrgicas: el 18 de enero, la cátedra de san Pedro, y el 25 de enero, la conversión de san Pablo. La referencia a los dos grandes apóstoles ofrece el marco para el encuentro y la reconciliación entre todos los que confiesan a Jesucristo como Hijo de Dios y Salvador. La originalidad y la peculiaridad de esta iniciativa de oración radican en que participan la mayoría de las confesiones cristianas. Los responsables y coordinadores son el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución, organismo del Consejo Mundial de las Iglesias. La realización directa es asumida cada año por un país o una región distinta del mundo. Así se expresa el carácter universal del cristianismo y el protagonismo de todas las comunidades eclesiales.
Para la Semana de la Oración de este año, 2019, los textos y reflexiones han sido preparados por los cristianos de Indonesia. Es el país del mundo con mayor población musulmana, que supone el 86% de sus 265 millones de habitantes. Solo el 10% son cristianos de diversas tradiciones. Comparten situaciones difíciles, por lo que se sienten profundamente unidos en el testimonio que están ofreciendo, en un ambiente hostil, atravesado por la corrupción, la codicia y la injusticia. Desde su experiencia, proponen como lema para esta semana las palabras del Deuteronomio: «Actúa siempre con toda justicia» (cf. Dt 16,18-20).
La actitud ecuménica reclama de nosotros una mayor sensibilidad ante los problemas y dificultades que afectan a otros grupos cristianos. De un modo especial en este momento histórico no podemos olvidar el drama que están padeciendo tantos cristianos, católicos y ortodoxos, en algunos países del Medio Oriente, que experimentan de modo directo la persecución y hasta la amenaza de desaparición. Recemos, sí, por la unidad visible de todos los cristianos. En un mundo dividido, en el que a veces también los cristianos somos cómplices, rezar juntos es un gesto significativo y poderoso, que crea unidad y conduce al compromiso común para transformar el mundo. Nos recuerda que sólo podemos ser testigos significativos y eficaces cuando nosotros mismos nos convertimos, nos reconciliamos y suscitamos un dinamismo fecundo en favor de la reconciliación y unidad de toda la humanidad.
Os invito a participar en los actos que están organizados en nuestra diócesis. La unidad la da Jesucristo. Y a Él se la pedimos ahora con especial intensidad. Que el Espíritu nos mueva también para que esta unidad y esta comunión empiecen por hacerse visibles en nuestras vidas personales y en nuestras comunidades cristianas.
El colegio diocesano Santa María la Nueva y San José Artesano ha acogido durante el día de hoy el encuentro de adolescentes del arciprestazgo de Gamonal. Teniendo como lema “Growing Community”, casi un centenar de adolescentes y una quincena de animadores y catequistas han profundizado en la importancia de crecer en una comunidad parroquial o grupo e referencia. El tema había sido preparado previamente por los adolescentes en sus respectivos grupos por medio de dos sesiones realizadas para tal propósito.
La jornada ha comenzado con una dinámica de presentanción seguida de un almuerzo que ha dado paso a una yincana y una oración. Tras la comida, los participantes en el encuentro han disfrutado de un tiempo de juego y un taller en que han construido un cuadro en tres dimensiones que plasmaba la realidad de ser cristianos en una comunidad.
A tenor de los catequistas y adolescentes que han asistido a la convocatoria, el ambiente ha sido agradable y distendido. «He disfrutado mucho de la yincana y de los juegos. Lo que más me ha gustado es conocer más chicos y chicas de mi edad, y también encontrarme con compañeros y algún profesor de mi antiguo colegio. Me lo he pasado muy bien y quiero repetir», asegura Álvaro, uno de adolescentes participantes.
«Ha sido un día de unión muy acogedor. Los animadores hemos acompañado a los adolescentes y disfrutado con ellos. Entre nosotros ha habido muy buena colaboración. Hemos hecho un equipazo, como si nos conociéramos de toda la vida», explica Ana María Sánchez, una animadora.
Para Marcos Pérez Illera, sacerdote responsable de juventud del arciprestazgo de Gamonal, «ha sido un día de encuentro de los adolescentes del arciprestazgo, tratando el tema de la identidad como creyentes en una comunidad parroquial o grupo, y en un arciprestazgo, resaltando la importancia de caminar juntos en torno a Jesús y en la Iglesia. El balance ha sido muy positivo, los animadores y catequistas lo han disfrutado, porque han visto a los adolescentes contentos. A pesar del día invernal, ha habido un clima muy cálido de convivencia, respeto y encuentro».
Siguiendo con el tema “Growing Community” y la importancia de pertenecer a una comunidad, los adolescentes han sido citados para un próximo encuentro, esta vez de tres días, del 15 al 17 de abril, en torno a la Semana Santa. Varios adolescentes han manifestado su intención de asistir a esta convivencia.
El día 22 se cumplirán 27 años del asesinato de la joven.
La Facultad de Teología acogerá el martes 22 de enero la clausura del proceso diocesano de la causa de beatificación de Marta Obregón, la joven asesinada en 1992 por el conocido como «violador del ascensor». Concluye asíla instrucción de un proceso llevado a cabo en la diócesis desde el año 2011 durante el cual se ha recopilado numerosa documentación civil y canónica sobre la joven y que viajará ahora hasta Roma, donde se abrirá un nuevo proceso canónico para su estudio encabezado por la doctora Silvia Correale, quien también instruyó la causa de los beatos burgaleses Valentín Palencia y compañeros mártires.
El acto del día 22, que comenzará a las 19:30 horas en la capilla del centro teológico, consistirá en una celebración de la Palabra en la que participarán el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, el postulador diocesano de la causa de beatificación, Saturnino López Santidrián, así como el juez delegado para la causa, Pablo González Cámara, el promotor de Justicia del Arzobispado, Jesús Manuel Val Ballesteros, y un notario, Rafael Casado García.
Todos ellos firmarán y sellarán con lacre los documentos que viajarán hasta el Vaticano, acompañados con varias cartas que darán fe del buen desarrollo de la fase diocesana del proceso y que detallarán los motivos por los que la Iglesia en Burgos solicita la beatificación de la joven. [Saber más sobre su vida y proceso de beatificación]
Marta Obregón, al igual que les ocurre a muchos jóvenes de su edad (tenía 22 años cuando fue asesinada), pasó por un periodo de luces y sombras en su vida, y decidió dar el paso definitivo a la madurez espiritual siguiendo los valores del evangelio. Siempre contó con el apoyo de su familia, que le ayudó a dar este paso, y se había ofrecido a la Comunidad Neocatecumenal para marchar como misionera itinerante. Se manifiesta así en su persona una serie de virtudes que animan a los cristianos a seguir su ejemplo, motivo por el cual se promueve su causa de beatificación.
El próximo lunes 21 de enero tendrá lugar la cuarta sesión del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia, organizada por la Comisión de Pastoral Obrera del arciprestazgo de Aranda. Será a las 20:00 horas en los dos grupos habituales.
A lo largo de este curso se está reflexionando sobre el libro «La dignidad de la persona y el bien común», editado por Francisco Porcar. En esta reunión se continuará con el capítulo 6: «La democracia como sistema político». Se analizarán las características de la democracia a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, y también las insuficiencias y perversiones de nuestro sistema democrático. Los ponentes serán: en el grupo de la Casa de la Iglesia (plaza de los Tercios), Juan Ochoa Santamaría, superior de los padres claretianos; y en el grupo de la parroquia de Santa Catalina, José Luis Lastra Palacios, vicario de pastoral.
Ambos grupos están abiertos a los asistentes habituales del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia y a cuantas personas interesadas quieran participar.
Se continuará recaudando dinero para el gesto solidario anual, que en esta ocasión irá destinado al proyecto Betania de las religiosas Adoratrices, para mujeres en situación de prostitución y trata.