Ante el 1º de mayo, Iglesia por el Trabajo Decente denuncia el «virus de la precariedad»
Iglesia por el Trabajo Decente denuncia la precariedad laboral, «ese virus que caracteriza el sistema de relaciones laborales y que lesiona los derechos de las personas trabajadoras y sus familias». A través de un comunicado emitido ante la celebración del próximo 1º de mayo, las organizaciones que integran esta plataforma en Burgos lamentan que las graves consecuencias provocadas por la pandemia se han visto agravadas por los recortes de la anterior crisis económica. Así, «los empleos más precarizados, como los de las personas trabajadoras del hogar y de cuidados, de la agricultura, de establecimientos de alimentación o repartidoras» se realizan en «condiciones precarias y en la mayoría de los casos sin la protección adecuada», a pesar de que se han «descubierto» como profesiones «esenciales para la sostenibilidad de la vida y para garantizar el bienestar de todas las personas».
Junto a la precarización, lamentan también el «drama del desempleo registrado», al que habría que sumar el de los trabajos no reconocidos ni el empleo suspendido por expedientes de regulación temporal. «El empleo que se ha destruido en primer lugar es el más débil», lamentan, «el que carece de redes de protección social», haciendo que al drama del desempleo se sumen otras consecuencias negativas, como la ausencia de cualquier tipo de ayuda.
Por todo ello, Cáritas, Acción Católica General, Justicia y Paz, Promoción Solidaria, JOC, HOAC y las delegaciones diocesanas de Pastoral Obrera, Familia, Pastoral Gitana, Pastoral Penitenciaria, Pastoral de Migraciones y Secretariado de Trata reclaman medidas que eviten «que todo esto vuelva a pasar y para apoyar a las personas más afectadas», entre las que destacan las que están en la calle y las que nunca reúnen los requisitos para recibir alguna renta mínima. «Exigen» construir «una red de protección social para quienes han perdido empleo, salario y derechos para que nadie se quede atrás».
Compromiso por el bien común
Para estas organizaciones es necesario «superar planteamientos individualistas» y «comprometernos solidariamente con la comunidad y el bien común», subrayando que han de ser las Administraciones Públicas las garantes últimas del mismo.
Por todo ello, en su comunicado reclaman el reconocimiento de un ingreso mínimo garantizado, el derecho a la prestación por desempleo para las personas empleadas del hogar, la regularización extraordinaria y urgente de los trabajadores «sin papeles y descartados de los derechos de la ciudadanía», el fortalecimiento del pilar de los derechos sociales en Europa, así como «un pacto de Estado, entre todas la sociedad y sus instituciones que apueste por la centralidad de la persona y el trabajo decente».
Por último, solicitan a la comunidad cristiana a unirse desde sus casas en la celebración del 1º de mayo, desde casa, en la celebración y la oración e invitan a participar con creatividad en aquellas acciones que puedan hacer visible la necesidad de un trabajo decente acorde con la dignidad humana.